martes, 21 de agosto de 2007

Mejor me voy...


En estos tiempos y tal como decía Alfredo... “siento que la vida se agita nerviosa...”.
Día a día se me está haciendo cada vez más difícil continuar con el blog.
Problemas laborales y personales. Pero sobretodo, la falta de tiempo para dedicarle a esta criatura que nació allá por mayo del año pasado, sea quizás la más importante de todas las razones.

No puedo ni debo faltarle el respeto al Gato, no se lo merece... no me lo merezco.
Este gato, si algo aprendió en la vida, es que hay momentos para callarse y escuchar... para repensar, reinventarse, reconstruirse y sobre todas las cosas... reencontrarse con uno mismo.
Me voy un rato a lamerme las heridas.
Pero será solo un rato nomás...

El otro día le comentaba a alguien... “estoy esquivándole a los espejos”. En eso estoy, en que algún espejo de casa me devuelva mi rostro. Mis fantasmas me lo esconden muy a menudo. Yo los conozco, son ellos... lo se.

Y si me demoro en pegar la vuelta, igual nos encontraremos en cualquier otra esquina, allá donde suene el coro de una murga bajo un farol o esperando un tren en Sansueña o vaya uno a saber dónde... pero que nos vamos a encontrar, de eso... no tengo dudas.
Ahora, sin despedidas... como dice Mateo... mejor, me voy...


martes, 14 de agosto de 2007

Juan Carlos Onetti (Montevideo 1909 - Madrid 1994).






-¿Viviría en Santa María si pudiera?-
- Santa María no existe más allá de mis libros. Si existiera realmente, si pudiera vivir o viviera allá, inventaría una ciudad que se llamara Montevideo. (Entrevista de Alfredo Barnechea a J.C.Onetti).


Anoche llovió sobre Denia. Después de tres... cuatro meses?... finalmente anoche llovió.
El olor a tierra mojada se metió por todas las ventanas. La plaza se puso más verde y las palmeras bailaban agradecidas.

Noche de lluvia... La estaba esperando.
Tenía alguna cuenta con un tal Juan Carlos Onetti. Hacía mucho tiempo ya que no leía nada escrito por él.
Sí, Onetti, che...
Un hombre capaz de generar el amor eterno de Idea Vilariño, eso ya es motivo más que suficiente. Esa mujer a quien todos amamos... pero Onetti che... parece que la hacía sufrir y mucho. Habráse visto... justo a Idea...
Sí, Onetti, che…
El mismo que un buen día se fue al exilio y olvidó el camino de regreso. Nunca volvió. No quiso. Alguien que al mismo tiempo que continúa siendo venerado en España, en Uruguay sigue siendo una figura oscura, cerrada... inalcanzable. Aún después de su muerte.


Un día le preguntaron a Cortázar por Onetti, a quien definió como "el más grande novelista latinoamericano".
José María Arguedas escribe en El zorro de arriba y el zorro de abajo: "Onetti tiembla en cada palabra, armoniosamente; yo quería llegar a Montevideo – estoy en Santiago – entre otras cosas para saludarlo, para tomarle la mano con que escribe. Así es." (Citas tomadas de onetti.net)

Tenía que ser por la noche y con la lluvia golpeando sobre el ventanal. Y así fue...




Tan triste como ella

Para M.C.
Querida Tan Triste:

Comprendo, a pesar de ligaduras indecibles e innumerables, que llegó el momento de agradecernos la intimidad de los últimos meses y decirnos adiós. Todas las ventajas serán tuyas. Creo que nunca nos entendimos de veras; acepto mi culpa, la responsabilidad y el fracaso. Intento excusarme –sólo para nosotros, claro- invocando la dificultad que impone navegar entre dos aguas durante X páginas. Acepto también, como merecidos, los momentos dichosos. En todo caso, perdón. Nunca miré de frente tu cara, nunca te mostré la mía.
J.C.O.

Continúa en: www.onetti.net/es/node/491/print

Este video, donde Pablo Dotta logró lo que nadie… entrevistar a Onetti en su propia cama, fumando más que yo... demuestra que el viejo, además de ser un tipo genial y cuando muchos se “matan” pensando como transgredir, Onetti lo hace naturalmente hasta cuando se calla. Termina con esa para mí, célebre frase: “Me estás robando la imagen”.

Entrevista Pablo Dotta:

viernes, 3 de agosto de 2007

"Desexilios" de Mario Benedetti y Alfredo Zitarrosa

A comienzos de 1985, mientras empujábamos a la dictadura, los uruguayos nos convertimos en peregrinos permanentes entre el centro de Montevideo, el Aeropuerto de Carrasco y los penales de Punta Rieles y Libertad. La liberación de cada compañero preso era motivo de fiesta. Verlos salir con sus pocas pertenencias a cuestas, caminando primero… corriendo desesperadamente después hasta la ruta, desde donde los saludábamos agitando las banderas…

Mientras tanto, los exiliados volvían en bandadas. Tamboriles, banderas, bombo, platillo y redoblante para recibirlos en el aeropuerto.
Formábamos largas caravanas en busca del abrazo mientras nos lamíamos las heridas aún frescas.

Recuerdo el recibimiento a Zitarrosa y aún hoy me emociono... Alfredo fue uno de los primeros en retornar al país. Fue en marzo de 1984, con la dictadura ya herida de muerte.
Autos, bicicletas, motos, camiones, carros tirados por caballos, gente a pie... el pueblo salía a recibir a su cantor.
Un día recibimos la noticia largamente esperada. Regresaba del exilio el entrañable Mario Benedetti. Si no recuerdo mal, volvía junto al elenco del Teatro El Galpón y a Daniel Viglietti, quien desde el aeropuerto mismo, se fue al Estadio Luis Franzini para realizar un concierto histórico. A los pocos días de su retorno, un grupo de compañeros que habían estado exiliados en Noruega y Suecia me invitaron a su “primer asado de regreso”.
Lo que yo no sabía, era que Don Mario también estaba invitado. Esa noche pude confirmar que se puede ser más que grande... inmenso diría yo... y a la vez ser tan humilde. Nos contó que lo primero que hizo apenas llegado de regreso a Montevideo, fue subirse a un ómnibus y contemplar a través de las ventanillas a la ciudad y su gente. En una de sus primeras actuaciones junto a Daniel Viglietti en la Cinemateca de Fernández Crespo, Benedetti leyó su “Quiero creer que estoy volviendo”.

Ese día, confieso que no entendí la profundidad de lo que estaba escuchando. O mejor dicho, lo que nos estaba diciendo Don Mario.
Pasado el tiempo, lo fui entendiendo... no sin tristeza.
Nosotros, los pendejitos de entonces, la generación del silencio, los que resistimos al fascismo desde adentro mismo de sus entrañas, los que no dejamos un solo día de combatir a la dictadura... todos nosotros lo fuimos entendiendo de a poco.
Cuando muchos dirigentes políticos, sindicales y sociales volvían del exilio a ocupar sus “sillas” nuevamente por el solo hecho de haber estado exiliados... Don Mario nos decía al oído:

“…me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo…

nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses …
todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros… "

Alfredo Zitarrosa, además de ser el más grande de todos los cantores uruguayos, tuvo que ahogar en un vaso permanente sus tristezas de exilio. Decía Alfredo en un fragmento de su inolvidable Guitarra Negra “...Hago falta. Yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco, si no estoy. Siento que hay un sitio para mí en la fila, que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera. Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañero, el amor del que me aguarda lastimado. Falta mi cara en la gráfica del pueblo, mi voz en la consigna, en el canto, en la pasión de andar, mis piernas en la marcha, mis zapatos hollando el polvo. Los ojos míos en la contemplación del mañana. Mis manos en la bandera, en el martillo, en la guitarra, mi lengua en el idioma de todos, el gesto de mi cara en la honda preocupación de mis hermanos.”

Por todo eso, quise juntarlos. Las milongas de Alfredo, “Volver” de Mario Benedetti y una tangués-murguera llamada “Retirada” de Jaime Roos(*), un himno de aquellos años.
Una combinación lacrimógena… si las hay.




Las fotos de Mario Benedetti pertenecen al documental "Palabras verdaderas".
(*) Bo' Jaime... mirá que te pongo junto a don Mario y a Zitarrosa, eh? Aunque hayas votado al Hugo y por extensión a Sanguinetti... igual seguís siendo uno de los más grandes y no me jodas con que el arte no tiene nada que ver con la política... no jodas Jaime con eso... mirá que sigo siendo profundamente brechtiano... y como decía el Flaco, "soy un dinosaurio en el siglo de las máquinas". He dicho.



jueves, 2 de agosto de 2007

El Mudo.


Hoy, cerca de las 19 hs., El Mudo se fue.

Dicen los que saben acerca de historias de hospitales, que a esa hora... justamente a esa hora es cuando los enfermos empeoran. Será por eso que yo sin saberlo, me senté a su lado.

Mientras lo acariciaba, abrió sus ojos... apenitas... como en despedida.
A través de mi mano sentía su corazón apenas latiendo... entonces su cuerpo se estremeció, cayeron sus alas, las patas se pusieron rígidas y se fue...

El Mudo se fue.

Ahora... ahora la casa está en silencio.