“No maldigas el alma que se ausenta
dejando la memoria del suicida.
Quién sabe qué oleajes, qué tormentas
lo alejaron de las playas de la vida.”
Ya está... viste Darno? Se me está cambiando la tristecía por tu muertecita. Era lógico, no? Sabés que pasó? Pasó que me dio mucha pena. Lo primero que me vino a la mente fue que ahora allá en Uruguay muchos de los que te negaron una y otra vez, muchos de ellos ahora resulta que habían sido amigos tuyos. Dirán que compartieron mostradores, allá en El Lobizón o en Puppa’s. También dirán que si bien eras un bajón, ellos siempre te aguantaron. Y dirán y dirán... Y todo es mentira. Ellos son una mentira. Estuve escuchando algunos reportajes a gente que de verdad te quería. Uno de ellos, el entrañable poeta “Bocha” Benavídez, dijo que al fin te habías muerto. Que daba pena verte caminar por 18 de Julio tarde en la noche, solo y apoyado en tu bastón. Terriblemente solo. Dijo también que tus excesos y tu tristeza te fueron llevando de a poco al vacío. Al final, solo alivio. Según el “Bocha” fuiste el trovador más importante, el que mejor decía, el más culto pero también el más sensible. Tiene razón Benavídez, nadie... nadie le cantó a la revolución de todos los días, a los desconsolados, a los locos, los suicidas, a las mujeres flacas y a los relojeros.
Víctor Cunha, amigo de toda la vida, contaba que estaban distanciados desde hacía varios años porque no aceptaba tu autodestrucción. Lo ve como el final de una pesadilla. Dijo también, que eras el motor de la paradoja: Con tu destrucción generabas vida. Fue conmovedor ver a los chiquilines viniendo a decirte “Vivo porque escuché tus canciones”. No debe haber cosa más grande.
Yo te decía que vos no podías morirte. Que egoísta fui. Claro que podés Darno. Claro que podés. También podés morirte, incluso morirte. Me contaba Dafne acerca de como lloraba Montevideo el día que te enterraron. Un cielo profundamente gris. Los compañeros llevándote a pie hasta el cementerio. Alguien puso unos parlantes por donde se podía escuchar a tu amado Dylan... It´s all over now, baby blue... Y allá te fuiste, envuelto en la bandera del partido, entre aplausos y flores rojas a cosechar el trigo de la luna. Y cantando, siempre cantando... It’s all over now, baby blue...
El Darno y el Viejo Bob... entre aplausitos...
dejando la memoria del suicida.
Quién sabe qué oleajes, qué tormentas
lo alejaron de las playas de la vida.”
Ya está... viste Darno? Se me está cambiando la tristecía por tu muertecita. Era lógico, no? Sabés que pasó? Pasó que me dio mucha pena. Lo primero que me vino a la mente fue que ahora allá en Uruguay muchos de los que te negaron una y otra vez, muchos de ellos ahora resulta que habían sido amigos tuyos. Dirán que compartieron mostradores, allá en El Lobizón o en Puppa’s. También dirán que si bien eras un bajón, ellos siempre te aguantaron. Y dirán y dirán... Y todo es mentira. Ellos son una mentira. Estuve escuchando algunos reportajes a gente que de verdad te quería. Uno de ellos, el entrañable poeta “Bocha” Benavídez, dijo que al fin te habías muerto. Que daba pena verte caminar por 18 de Julio tarde en la noche, solo y apoyado en tu bastón. Terriblemente solo. Dijo también que tus excesos y tu tristeza te fueron llevando de a poco al vacío. Al final, solo alivio. Según el “Bocha” fuiste el trovador más importante, el que mejor decía, el más culto pero también el más sensible. Tiene razón Benavídez, nadie... nadie le cantó a la revolución de todos los días, a los desconsolados, a los locos, los suicidas, a las mujeres flacas y a los relojeros.
Víctor Cunha, amigo de toda la vida, contaba que estaban distanciados desde hacía varios años porque no aceptaba tu autodestrucción. Lo ve como el final de una pesadilla. Dijo también, que eras el motor de la paradoja: Con tu destrucción generabas vida. Fue conmovedor ver a los chiquilines viniendo a decirte “Vivo porque escuché tus canciones”. No debe haber cosa más grande.
Yo te decía que vos no podías morirte. Que egoísta fui. Claro que podés Darno. Claro que podés. También podés morirte, incluso morirte. Me contaba Dafne acerca de como lloraba Montevideo el día que te enterraron. Un cielo profundamente gris. Los compañeros llevándote a pie hasta el cementerio. Alguien puso unos parlantes por donde se podía escuchar a tu amado Dylan... It´s all over now, baby blue... Y allá te fuiste, envuelto en la bandera del partido, entre aplausos y flores rojas a cosechar el trigo de la luna. Y cantando, siempre cantando... It’s all over now, baby blue...
El Darno y el Viejo Bob... entre aplausitos...
Agradecimientos varios:
Luigi http://lascintasrecuperadas.blogspot.com/
Carlos Rodríguez http://puentecr.spaces.live.com/
Sorgin http://www.flickr.com/photos/sorgin/sets/72157594394934907/
Guadalupe
Sofía http://sumisalared.blogspot.com/
Que gris debe estar Montevideo,yo estoy trancado todavía para poder escribir algo para el "Darno"pero te lo dejo a vos Gato,yo se que esta en buenas manos,vamos a dejarlo descansar en paz,como el quería.
ResponderEliminar"Uno se va muriendo con cada amigo que se muere. Uno no se muere de golpe".
Aníbal Troilo.
Gracias Gato por tus lineas..!!
lascintasrecuperadas.blogspot.com
Cuando hace tiempo llegué a este blog, había escuchado hablar con mucha admiración del Darno...Hasta ese momento, no le había prestado atención. Escuché temas acá, mandaste mp3, y empecé a quererlo yo también. Ahora me entero de que se fue rumbo a algún rinconcito mejor del universo, aunque siempre esté entre los que lo escuchamos...
ResponderEliminarAbrazo bo'
luigi:
ResponderEliminargracias a vos loco... a vos.
pensar que te vi parado allí, en la plaza de tacuarembó mientras charlabas con el darno. quizás estés peleado con el lápiz loco... no lo creo, pero tal vez tengas razón, pero con los sentimientos, pah... vos de eso sabés y mucho. como en los viejos tiempo luigi... salud compañero!
vayauno:
vos sabés cuanto me alegró que a través del blog pudieras conocer al Darno. Más me alegró que te llegara. Yo sabía... conociéndote a vos, era solo cuestión de escucharlo. Botija, un abrazo grande.
Gato que tristeza es saber que los imprescindibles se nos van y que vamos quedando huérfanos de esos trovadores y cantores populares que nos alimentan el alma con sus canciones.¿Que injusta es la vida a veces?.Sé que lo querías mucho.
ResponderEliminarGabriel, sabes que estaba leyendo el post sobre el "Washi, el pan y las rosas...y tal vez tenemos un compañero en común. El se llama Jorge Grimberg, periodista uruguayo y estuvo luchando en el frente sur, allá por el´78- ´79. Tal vez lo conocistes.
Yo estuve en Nicaragua años mas tarde y también en Honduras y El Salvador.
Un abrazo Gato y adelante!!
Cordialmente
José
Cuando un trovador deja la tierra algo ilumina el cielo con su llegada. Si no podía seguir viviendo en este mundo terrenal, tan duro para las gentes sensibles, es mejor la partida...
ResponderEliminarY... los figurones de siempre son eso... y todos nosotros le bajamos la ficha.
Que en paz descanse.
Saludos
Despues de leer todo, sólo puedo decir...que lástima que no lo conocí, lamento su pérdida.
ResponderEliminarEstoy segura que un alma sencible como él, debe estar en un lugar especial.....
Mejor preocuparse por la pena de la vida que por la pena de la muerte ¿verdad?
Un abrazo,
Titi
José:
ResponderEliminarEl Darno fue y seguirá siendo un Compañero. Un artista tal y como lo concebía Bertold Brecht, comprometido y consecuente con la causas de la gente. Sabés que no recuerdo muy bien los nombres de los compañeros de aquella época, solo que este compañero que mencionás estuvo combatiendo antes de la gran ofensiva final del FMLN de los 80. José, un abrazo para vos y tu familia.
María Inés:
Gracias por estar, si? Anduve por su casa y la verdad es que disfruto mucho, eso de un café y un tango es para sentirse como en casa. Saludos arrabaleros.
Titi:
Las penas de la vida... pero celebremos lo bueno que hay en ella, lo cotidiano, lo sencillito.
Chilena, un abrazo para vos también.
Llueve
ResponderEliminarBajo la lluvia
de un nuevo otoño
un regimiento de paraguas
se refleja en la vidriera
justo al lado
de los ojos perdidos.
En la otra calle
aulla el lobizón
a otras lunas
y un ángel oscuro
esconde sus alas rotas
debajo del gaván.
Pero el frío que enfrió
los recuerdos de las noches blancas
es el mismo
que nos junta
en otras mesas
detrás de otras ventanas
a tu espera
aunque sabemos de memoria
que ya no llegarás
ni saldrás del baño
ajeno a lo ajeno
brindando a la salud
de nuestros muertos.
Este frío
también es el mismo
que me obliga a ajustar mi gavardina
a esperar el ómnibus
bajo la puerta de un bar cerrado
mientras toso
y el humo huye lejos
como espantado...
Hola tocayo!!
ResponderEliminarBueno, vengo a darte las gracias por el tan sincero y caluroso comentario que dejaste en mi espacio.
Sabés que si no fuera por el darno , nunca hubiese escrito nada de nada? El me dio las alas y cuando quise acordar, estaba en su casa mostrándole mis poemas y canciones, no me olvido más,a las 2 de la tarde tomando cerveza caliente y cantando dylan, era la época en la que había compuesto "el prisionero de la parada 2" y me la mostró(era un poco más larga que la versión final), una vez más me conmovía, es la mejor declaración de amor que alguna vez escuché.
Ahora leyendo los comentarios aquí, veo que hay una cantidad de almas complices, que por causalidad acudimos al encuentro, tal y como debría ser, salú!!!!
p.d: la primera lágrima fue la mía, y habrá mojado, seguramente, alguna de estas tus fotos.
Gracias!