miércoles, 11 de julio de 2007

Jorge Castro Flórez ( el Gallego Castro) - Escultor

"El espíritu de la forma está en el vacío."
(Jorge Castro Flórez – Escultor)

“Che Gato, el lunes voy por Denia”... me dijo Jorge al otro lado del teléfono.
Con el para nosotros “Gallego” Jorge Castro, nos conocemos desde hace poco tiempo.
Fue a través de aquel primer mail que me envió... El Gallego había estado leyendo El Gato y parece que no entendía mucho de que se trataba. En realidad no sabía si lo escribía una persona o si era un proyecto colectivo. En aquel primer mail, (el cual imprimí y lo tengo aún sobre la mesa del ordenador) el Gallego me decía que buscando algo sobre su amigo Mauricio Rosencoff había caído en El Gato Utópico. Me contó también algo su vida, que es escultor y poca cosa más. Pero lo que más me movió fue aquella frase “...nos perdemos por el mundo y nos volvemos a encontrar”...
Como el Gallego vive relativamente cerca, a los pocos días se vino por unas horas de visita a Denia. Nos juntamos con Roberto Calvo, pintor, bohemio y buen amigo. Conversamos sobre los bailes de la vida, de nuestras idas y venidas, de paredes y muros y de proyectos y sueños.
Me pareció estar hablando con un viejo amigo... El Gallego había pasado con todo éxito ese maldito filtro que me viene acompañando desde hace algún tiempo ya. Fue así que nos despedimos con la alegría de habernos encontrado. Quedamos para otra oportunidad.
Hace tres fines de semana atrás, tuvimos un festival de murga y canto popular en Denia. Vinieron José Carbajal “El Sabalero” y Araca la Cana, pero eso será motivo de otro post.
Llamé entonces al Gallego y allá se vino. Entonces, la charla fue mucho más profunda...
El Gallego me contó parte de su historia...
Nació en Cataluña a fines de la Guerra Civil en un hogar Republicano. La misma historia de cientos de miles de españoles... cruzar los Pirineos escapando de la bestia parda franquista. En Francia los esperaban para meterlos en campos de concentración. Ahí paso su niñez el Gallego, junto a su madre. Los campos de concentración estaban divididos por sexo. Así que el Gallego no pudo ver a su padre durante toda esa etapa.
Pasados algunos años la familia se pudo reunificar.
Su padre había escuchado hablar de una tierra lejana donde se respiraban valores democráticos, republicanos y de libertad.
Se llamaba Uruguay.
Y allá se fueron, al sur del sur...

Por esa época seguían llegando inmigrantes de todas partes...
Españoles, italianos, portugueses, rusos, libaneses, judíos...
En el puerto, apenas desembarcados, un oficial de policía les expedía los papeles que les habilitaba inmediatamente a residir y trabajar en tierra uruguaya... cuesta creer lo que sucede hoy en la vieja España con aquellos que siguiendo la huella dejada por sus abuelos, pretenden vivir dignamente... Pero la historia tiene demasiados ejemplos... algún día, los europeos van a tener que desembarcar nuevamente allá en el sur y aquel funcionario... ese, el que les otorgaba generosamente sus documentos uruguayos, ya no va a estar...

Fue en sus años de adolescencia cuando el Gallego se enamoró del arte. Alternaba su trabajo de cobrador con su pasión por la escultura. También fue por aquellos años cuando conoció a Mauricio Rosencoff, quien junto al Bebe Sendic, Mujica, Marenales y otros compañeros más, habían fundado el MLN Tupamaros.

A fines de los años sesenta, el Gallego se tuvo que ir...
La puta che... otra vez a hacer la maleta.
La crisis económica venía golpeando no solamente los bolsillos de los uruguayos, también golpeaba la puerta de los cuarteles...

A Canadá se fue el Gallego che... y se llevó a una uruguaya con él. Y esa uruguaya no fue solo su pareja, fue también su gran amor.
En Canadá el Gallego ya vivía de la escultura, aunque también tuvo que ejercer del oficio de inmigrante. Durante la dictadura, el Gallego junto a un grupo de uruguayos exiliados en Canadá, hicieron campañas de denuncia contra la dictadura fascista que asolaba al Uruguay. Actos políticos, espectáculos artísticos, venta de obras de arte... cualquier cosa que ayudara al paisito. El Gallego, catalán de nacimiento, asturiano de orígen... pero con el corazón mirando al sur.



Es a mediadios de los ’80 cuando él y su esposa deciden venirse a vivir a España.
La vuelta a sus raíces, la tiza que dibuja en el suelo el fin del círculo. Pero como me contaba el Gallego en un “uruguayismo” impecable, ya no sabe de dónde carajo es... Si es catalán, uruguayo, canadiense o que carajo.
Los que hace ya algunos años que salimos de nuestros países, sabemos bien cuanta razón tiene Mario Benedetti cuando dice algo así como... “Patria, es esa certeza de poder decir Nosotros”.

Y entonces, resulta que el Gallego resultó ser flor de escultor. Expuso en Canadá, Francia, Inglaterra, Alemania, Holanda, Austria y obviamente España. Se afincó en la provincia de Alicante, más precisamente en un pueblo llamado Agost.

Tengo ante mí, un artículo escrito por Mario Antolín Paz, Presidente de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte sobre el Gallego y sus esculturas: “Existe un importante grupo de artistas que luchan por darle forma y presencia a la vida, trasladando al bronce la angustia y la alegría de vivir, dentro de un expresionismo figurativo pleno de fuerza y de belleza. A este grupo pertenece Jorge Castro Florez, excelente escultor español, formado en América, cuya obra, hasta en las piezas de menor tamaño, posee un personal carácter de monumentalidad.

Pero que querés que te diga Gallego... yo me quedo con el final de esta nota, que dice así:

“... Jorge Castro Florez es un artista comprometido con su tiempo, al que le hiere la injusticia social, la desesperanza y el fracaso del hombre. Un artista que entremezcla en su obra un desgarrado grito de protesta y un susurrante poema de amor.”

Su monumental obra y quizás también la más emblemática, llamada “Asentamiento”, está emplazada en el Paseo de las Estrellas en Alfás del Pi, frente al Mediterráneo.


Hoy a las 5 de la tarde es la hora, Gallego.
Esta vez serán ellos, los cirujanos, quienes tratarán de hacer su mejor escultura.
Esta vez serás vos, el que tenga que poner el material para moldear.
Y será entonces ésta tu mejor escultura.
Que suelten el toro, Gallego querido... que lo suelten.
Porque estamos seguros que lo vamos a coger... coger a la española pero también a la uruguaya.
Que lo vamos a coger, de eso no tengas la menor duda.
Acá te estamos esperando, así que no jodas Gallego... que te estamos esperando.

(Manuel Capella, más conocido como el Gallego Capella. Nacido en Salamanca, emigró a Uruguay primero, luego se tuvo que exiliar cuando el golpe de estado. Actualmente vive en Montevideo. Una historia muy similar a la del Gallego).



Sitio web personal del escultor Jorge Castro Flórez:

http://es.geocities.com/artjcastro/index.html

7 comentarios:

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

La escultura es un arte muy desconocido para gente no iniciada como yo. Pero me encantan las que muestras en el post, sobre todo la bailarina. Te felicito por el blog. Un saludo y espero que puedas visitarme.

Luciano dijo...

Yo quedé escorado. Por la historia, por las esculturas (la del ancla-flor-mano-organo) y por como le deseas la mejor de las fortunas a tu amigo en este momento.
Que salga lo mejor.
Un abrazo.

Luis dijo...

Ojalá que salga todo bien, de corazón lo digo... Te lo dice alguien que tiene hace diez días a su tía, una de las personas que más quiere, internada, todo el tiempo con un pie acá y allá, y como no termina de estabilizarse, no pueden aún operarla de dos aneurismas que le detectaron (uno se le rompió y por eso está en el hospital).

Con respecto a como tratan en Europa a los inmigrantes, es terrible. Continuamente leo en blogs o sitios de Europa (sobre todo de España) como se quejan de que los inmigrantes les quitan trabajo, que ellos (los inmigrantes) tienen un montón de derechos que no se los reconocen a los españoles, y cosas de ese estilo.

Y nunca tienen en cuenta que ellos, cuando estuvieron mal, de estos lugares se los acogió con premura y aprecio sincero. Cosa que, salvo por honradas excepciones, falta allá.
Y ni qué hablar de las empresas europeas que tienen pingües ganancias con lo que explotan a estos países...

En fin, que eso...

Un gran abrazo, viejo, y que andes bien

el gato utópico dijo...

lanobil:
Es una alegría verte nuevamente por El Gato. Te devuelvo la visita en cuanto pueda. Mirá que yo también soy un "no iniciado" en la escultura... bah.. en el arte en general. Creo que no necesitamos "saber" para que una obra, ya sea un cuadro, una escultura o cualquier manifestación artística nos mueva algo dentro. Saludos!

luciano:
Lo estaba esperando che... así que siéntese nomás y sírvase algo. Me parece que si el Gallego lee esto, se va a quedar encantado con el desglose que hacés de su obra "Asentamiento". Ancla-for-mano-organo... a mí me parece una definición buenísima. Saldrá lo mejor, no tengo dudas. Te mando un abrazo grande.

luis:
Antes que nada, espero que lo de tu tía salga todo bien, aunque un aneurisma es algo complicado, te mando toda la fuerza del mundo. Viste vos... venía escribiendo sobre como llegaban los europeos a nuestros países y me fui un poquito... pero es algo que me sigue calentando. De las empresas europeas otro día hablamos... Un abrazo grande y de nuevo... toda la fuerza del mundo!

Isa dijo...

Desde mi corazón, toda la fuerza a tu amigo Jorge.
Me siento muy identificada con lo que comentas... ¿Quieres decir que ya no me va a recibir uno de aquellos oficiales cuando yo me vaya a Montevideo? Buaaaaaa

el gato utópico dijo...

luna:
No luna no... para vos no solo estará aquel funcionario, que va... también habrá algún coro de murga esperándote, con Cachela y Pepino al frente y el entrañable don Mario Benedetti recitando "Vuelvo... quiero creer que estoy volviendo..." Así que no me llore, tá?

Anónimo dijo...

Un saludo grande a la distancia desde Uruguay. La historia que narras me llego muy hondo. Leyendote a veces me pregunto como has hecho para conocer tanta gente. De que has tenido una vida muy intensa no me cabe la menor duda. Sigo leyendote. Juan Carlos de Lagomar.