Dijo Casandra:
Luna que se quiebra...
en mil sonrisas,
en mil recuerdos,
en mil reproches,
en mil esperanzas...
Continuó diciendo el Gato:
en mil silencios,
en mil pedazos,
en mil lágrimas...
y se vuelven a unir en un charquito
después de una lluvia mansa...
Y fue entonces cuando lloró Chavela:
Yo quiero luz de luna,
para mi noche triste.
Para soñar divina
la ilusión que me trajiste.
Para sentirte mía,
mía tú como ninguna
Pues desde que te fuiste...
yo no he tenido luz de luna.
Luna que se quiebra...
en mil sonrisas,
en mil recuerdos,
en mil reproches,
en mil esperanzas...
Continuó diciendo el Gato:
en mil silencios,
en mil pedazos,
en mil lágrimas...
y se vuelven a unir en un charquito
después de una lluvia mansa...
Y fue entonces cuando lloró Chavela:
Yo quiero luz de luna,
para mi noche triste.
Para soñar divina
la ilusión que me trajiste.
Para sentirte mía,
mía tú como ninguna
Pues desde que te fuiste...
yo no he tenido luz de luna.
¡Que ídola Chavela! Por ella llegué hasta aquí.
ResponderEliminarHay mucha sensibilidad en este post y en todo el blog.
Es un placer para los sentidos y el buen gusto.
Felicitaciones.
un charquito pequeño
ResponderEliminarcomo la esperanza,
enorme
como el encuentro.
y dijo Manzi:
ResponderEliminar"ESTOY MIRANDO MI VIDA
EN EL CRISTAL DE UN CHARQUITO
Y PASAN MIENTRAS MEDITO
LAS HORAS PERDIDAS,
LOS SUEÑOS MARCHITOS."
Arriba bo!!
Gato:
ResponderEliminarComo te digo a veces, no comento porque, como dice una amiga mía venezolana, es como contemplar una escultura de agua y querer admirarla más pisándola; obvio, se destruye.
Las palabras son muchas y la melancolía también. Pero, no sé si te he dicho, no de esa tristeza que le deja a uno quieto, sino de esa que contiene algo a punto de moverse, de explotar, algo que inquieta y moviliza.
El otro día andaba en mis caminatas nocturnas y viendo la luna me acordaba de vos. No es raro verla en este posteo.
Un gran abrazo, y que andes bien