sábado, 4 de diciembre de 2010

Noches sin luna...

La luna sobre los techos de Dénia (mayo/2009)


Recién volví de caminar un largo rato por Collado Mediano.
La noche está helada pero seca.
El cielo llenito de estrellas hace aún más blanca la nieve.
Contemplar el cielo desde la Sierra de Madrid es hermoso.
Allá abajo se pueden ver las luces de la capital.
Y si mirás para Guadarrama, ves que la montaña está cubierta y posiblemente cayendo una abundante nevada, pero acá en el pueblo, lo dicho... llenito de estrellas.
Noche sin luna. Sin luna satélite ni luna alma.
Convoquémosla pues...

Ayer recibí un correo de una buena amiga colombiana

Querido Gato:
Encontré este poema de Jaime Sabines (La luna) y me acordé de tí (de tu blog, de tus historias, de tí... qué se yo). Ojalá que puedas conocer Colombia, tu amigo Mauricio ya te habrá contado con buenas palabras los paisajes y la gente de mi País, con certeza una narración privilegiada incluídas las cosas que la mayoría no quiere o no tuvo la oportunidad de ver, y otros que por fuerza de la distancia hasta ahora comenzamos a ver.
Un abrazo y buen diciembre,
Laura.


Qué lindo es esto de los sentimientos. Hay sonidos, olores, colores... son simples cosas que nos recuerdan a algo ó alguien. Laura, a quien no conozco más que por un par de correos intercambiados alguna vez, recordó al Gato Utópico gracias a un poema de Sabines. Y yo, gracias a ese correo de Laura me permito sumar al inmenso Sabines, a dos querídisimos cómplices y poetas... Líber Falco y Ángel González.
Tres poemas sobre la luna, tres queridos compañeros de ruta, tres que se fueron de gira y sin embargo acá están... en un lugar perdido de la Sierra de Madrid... porque esta noche estamos todos.
Me pregunto entonces si acaso habrá alguien del otro lado del mundo que tal vez al leer a Sabines, Falco o al viejo Ángel, le suceda lo mismo y al conmoverse recuerde a algo ó alguien?
Que siga la rueda...  
Que así sea.

La luna – Jaime Sabines

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Luna - Líber Falco

Tan perfecta y blanca.
Tan alta!
Tan lejana y blanca.

Lejos de la muerte,
y de la vida lejos.
Lejos de los llantos.
De las risas, lejos.
Tanto!

No sabe esta luna
cómo todo es triste.
Cómo es bello el mundo
y la misma muerte acaso,
acaso, es volver sin irse.

Sola arriba, sola.
Tan perfecta y blanca.
Tan alta!
Tan tejos de todo!

Nada arriba, nada.
Ella sola y nada.


Un largo adiós – Ángel González

Qué perezoso día
que no quiere marcharse
hoy a su hora.
El sol,
ya tras la línea lúcida
del horizonte,
tira de él,
lo reclama.
Pero
los pájaros lo enredan
con su canto
en las ramas más altas,
y una brisa contraria
sostiene en vilo el polvo
dorado de su luz
sobre nosotros.

Sale la luna y sigue siendo el día.
La luz que era de oro ahora es de plata.

(de Otoño y otras luces, 2001)


.

3 comentarios:

  1. Si me piden que les cuente
    qué cosa tiene la luna:
    a mí siempre se me escapa
    la luna de los poetas.

    No me emociona me envuelve,
    me chorrea por las pestañas
    su luz cenicienta y seca,
    manchada de fría viruela;
    me muestra el lado del mundo
    como no quisiera verlo
    y me lo llena de huecos
    su luz prestada de espejo,
    huecos llenos de visiones
    ciegas y gritos ahogados
    entre ladridos de perros.

    Como manchones de tinta
    inventadas arboledas
    esconden niños atados
    y librados a las fieras.

    Cuando está arriba la luna
    los pies no pisan la tierra
    la luna naranja blanca
    la luna azul amarilla
    la luna gris que aparece
    para ocultar las estrellas
    pero no le importa nada
    y no se le mueve un cráter
    por nosotros ni por ellas
    y no hace nada la luna
    hace siglos que está muerta
    es un cadáver de lujo
    lleno de falsa modestia
    ignora risas y gritos
    sigue de largo y se acuesta
    y se vuelve a levantar
    con la misma indiferencia
    y muestra la luz de otro
    para que parezca de ella.

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  2. LA MAGIA DE LA VIRTUALIDAD QUE NOS CONVIERTE EN TAN PERO TAN CERCANOS.

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  3. y también:

    LA LUNA
    A María Kodama
    (J.L. Borges)
    Hay tanta soledad en ese oro.
    La luna de las noches no es la luna
    que vio el primer Adán. Los largos siglos
    de la vigilia humana la han colmado
    de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.

    (ya le mandé la música en cajita y sobre)

    Ana

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