viernes, 3 de octubre de 2014

No todo fue naufragar -poesía urgente-



Años atrás comenzaba a escribir en este blog. Y aquí fue donde nos conocimos. A veces venías vos a esta, mi casa. Otras, te devolvía la visita. Y a medida que caminábamos se sumaban nuevos compañeros y compañeras.
Y si bien hemos caminado juntos durante todo este tiempo, también hubo momentos en los que hubo que caminar solo.
Y a veces veíamos la luz al final del túnel y en otras, la nada.
Y pasaron los años y con el tiempo transcurriendo a nuestro lado, se sucedían una tras otro los momentos buenos y malos.
Algunos de ustedes ya no están aquí.
Simplemente se hicieron pájaros y ahora vuelan en otras bandadas, en otros cielos.

Y así seguimos andando.
Día tras día.

Y luego del blog vino la radio.
Y ahora, este barquito de papel hecho libro de poesía y al que no dudé en ponerle su título:
-No todo fue naufragar- (poesía urgente).

Como si de una cuestión de principios se tratara, si tuviera que sintetizar todo este tiempo transcurrido, no se me ocurre mejor nombre para el libro.
Porque no todo fue naufragar.

Un buen día zarparon varios barcos de papel, con la ilusión de llegar a otras playas, a otros puertos.
Y hoy puedo decir con alegría que en poco menos de quince días, “No todo fue naufragar” ha llegado a Irlanda, Argentina, Uruguay, México, Italia, Francia, Dinamarca, Holanda, Canadá y por supuesto a varias ciudades de España.
En Madrid me encargo yo personalmente de hacerlo llegar. Al caer la tarde-noche salgo a ofrecerlo por plazas, bares y tabernas madrileñas.
Y la respuesta no siempre es la mejor, claro está.


Pero yo sigo creyendo en este libro y no por la calidad de su poesía (aunque varios me dicen que les gustó y mucho...), sino porque en el hay tanto pero tanto amor depositado.
El diseño de la tapa y contratapa llegó desde Toluca, México de la mano de Cora Luna.
La foto de la contraportada es de Elena Burgos.
El prólogo de mi compañero de vaso y de vida, el poeta Mauricio Vidales.
Y cada libro, cada uno de ellos está armado a mano. No es una edición profesional, sino una auto-edición artesanal. Eso sí, con buen papel y tapa en cartulina y a color.
Si alguno de ustedes llegara a querer un ejemplar y no importa en qué parte del mundo estén, les aseguro que este barquito de papel es capaz de cruzar mares y océanos.


Para quienes pedir un ejemplar o más información sobre -No todo fue naufragar-, lo pueden hacer a través del siguiente link:
-No todo fue naufragar- poesía urgente. Información y Venta

Esta es la promoción de -No todo fue naufragar- que Elena Burgos realizó para la radio.
Actualmente está saliendo al aire en La Radio del Gato y por la 104.9 FM Radio Pimienta de Tenerife, Canarias.



Por todo lo anterior es que estamos contentos...
Porque al Gato Utópico se le sumó La Radio del Gato y ahora este libro de poesía.
Porque después de todo, la vida sigue.
Porque después de todo, sigue valiendo la pena.
Porque No todo fue naufragar.

Un abrazo azul.

El Gato.-

sábado, 2 de agosto de 2014

La noche y la rebeldía siempre vuelven.


Dejar de vivir la vida de los demás.
Aprender a vivir la de uno mismo.
-Hacele caso a la noche- escribí en aquel boleto de metro.
Me vacié. Di todo lo que pude dar. Hasta lo que no sabía, lo di.
Hoy regreso solo al camino.
Nada fue en vano.
Nada lo será.
Porque hoy vuelvo a sentir que la noche me pertenece
y que esta rebeldía/ sigue siendo mi mejor acto de inmadurez.

G.T. (en una noche rodeado de la nada, aquí... en la sierra y luchando/soñando con regresar a vivir en Madrid.)

(La foto es sobre un poema de Neorrabioso, a quien siempre le estaré agradecido por gritar/vomitar/amar sobre las paredes de Madrid.)


martes, 29 de julio de 2014

Acerca de una canción, mi vecino y la soledad.



No recuerdo bien si de esto hace 10 ó 12 días. Lo cierto es que me sucedió hasta ahora mismo. Me pasaba que cuando quería acordarme de una canción de esas que te levantan el ánimo, cuando comenzaba a cantarla... zas! Se me olvidaba completamente la letra y sin querer terminaba cantando “será mejor que te mueras, mejor que te mueras al fin”.

Justo ahora estoy viendo irse a mi vecino.
Mi vecino es un tipo raro. Buena gente, eh? Pero un poco raro...
Desde hace un par de días vive solo. Lo dejó su pareja.
Antes no teníamos una comunicación digamos... muy fluida que digamos.
Apenas un –buen día, cómo estás?- o –cúanto te vino en el recibo de la electricidad?-
Pero pasó algo que nos unió ya para siempre.
Ocurrió una mañana, fue hace dos meses atrás.
Desde mi casa pude escuchar que golpeaban su puerta. Me acerqué y pude ver por la mirilla que había cuatro personas paradas delante de la puerta de mi vecino. Éste les abrió y no pude resistirme a escuchar la conversación.
A esta altura del relato no interesa demasiado en qué consistió pero sí me parece justo decir que dos de ellos eran policías, un hombre calvo que dijo ser abogado y una señora que parecía ser la administradora del complejo donde vivimos.
Vamos... que le dijeron que tenía 15 días para llevarse sus cosas y dejar el departamento vacío.
Eso no es lo verdaderamente importante porque aquí casi todos estamos en la misma situación.
Lo realmente preocupante, lo dramático es lo que comenzó a sucederle a mi vecino, cambiándole dramáticamente su vida.
Día a día, noche a noche.
A los pocos días de recibir la ingrata “visita” que acabo de contarles, su pareja le dijo que quería separarse.
Tampoco voy a entrar en muchos detalles. Es más... él tampoco me contó mucho acerca del asunto.
Solo algunas cosas tales como que él seguía enamorado de ella como desde el primer día, que había soñado salir de este pozo... así textual me lo dijo... salir de este pozo juntos, tener un trabajo, mudarse a Madrid.
Ella y él.
Codo con codo y espalda con espalda.
Pero no pudo ser. Ayer por la mañana vi por el ventanal como se abrazaban despidiéndose mientras otra persona subía maletas, bolsas y cajas al maletero de un coche.
Dejé pasar unas horas y aprovechando que yo iba al supermercado, con el pretexto de preguntarle si necesitaba algo golpee su puerta. Me abrió y me hizo pasar.
Se sentó en una de las pocas sillas que tiene en el comedor y comenzó a hablar mirando al suelo. Tenía los ojos rojos de haber llorado. Pero ya no lloraba. Su voz, a medida que avanzaba su relato, se volvía cada vez más firme. Me dijo que había tomado una decisión. Que mañana (o sea hoy) se iría y para siempre y que dejaría la puerta abierta para que yo me llevara lo que necesite de su casa.
Le pregunté a dónde pensaba irse y me dijo algo así como que se iba a un lugar desde donde no se puede regresar. No entendí muy bien, pero acaso importa?

Ahora anochece en la sierra de Madrid.
Lo estoy viendo a él, a mi vecino, fumando mientras espera el autobús.
Apenas lleva una bolsa de viaje colgada al hombro.
Poca cosa para una vida tan larga, pensé.
Tal vez no lo vuelva a ver nunca más o andá a saber.
Tal vez un día de estos también a mí me golpeen la puerta un abogado, la administradora y dos policías.
Tal vez un día de estos la mujer que amo me diga que se va.
Tal vez un día de estos también yo decida irme para siempre.

Volviendo a lo del comienzo, con este asunto de mi vecino olvidé contarles que era lo que me estaba pasando. Resulta que desde hace diez o doce días atrás, a mí también me pasaron cosas jodidas pero mejor me las guardo para mí... Entonces quería cantar alguna canción de esas que me levantaran un poquito el ánimo... como por ejemplo esa que le escribió Goytisolo a su hija y la canta Paco Ibáñez... ya está!
Me acordé... Palabras para Julia se llama. Esa que dice cosas tan esperanzadoras como “...la vida es bella ya verás, como a pesar de los pesares, tendrás amigos, tendrás amor, tendrás amigos...”  pero la cuestión es que en ese momento, no la recordaba.
Es más, mirá... cuando empezaba a cantarla sentía como si se me hiciese un nudo en el pecho y se me olvidaba la letra.
Pero entonces se me aparecía otra canción... Una de Eduardo Darnauchans que dice así...
"será mejor que te mueras
mejor que te mueras, al fin.”(*)

viernes, 28 de marzo de 2014

27 de marzo - Día Internacional del Teatro.

Atahualpa Del Cioppo

Hoy 27 de marzo es el "Día Internacional del Teatro" y la cultura entera está de fiesta.
Hubo un tiempo en que fui socio de tres teatros montevideanos a la vez... Teatro El Galpón, Teatro Circular y Teatro de La Candela. Los tres fueron a través de su gente y de sus obras un viento de libertad en tiempos de dictadura. El Galpón primero desde el exilio y luego en la etapa de reconstrucción de la democracia.
Y hoy que es un día tan especial, quiero (necesito) personalizar en tres personas todo mi reconocimiento.
Al Maestro Atahualpa Del Cioppo, mi viejo y querido Atahualpa, uno de los fundadores del Galpón. Director de directores en teatro y en la vida, con quien no solo disfruté varias horas de charla, también me hizo querer más y más a Bertold Brecht, a Chéjov y a Pirandello.
A Enrique Buenaventura, fundador del Nuevo Teatro Colombiano y del Teatro Experimental de Cali. Llegará el día en que junto a otro caleño, el poeta Mauricio Vidales, brindaremos a su salud junto al árbol de mango donde está enterrado Don Enrique.
Y para el final, todo mi orgullo y mi admiración para una actriz valenciana llamada Elena Burgos, la mujer que amo y la que día a día y noche a noche, me enseña que aún vale la pena luchar por lo que uno cree.
Por todos ellos y por todos los que siguen luchando para que el mundo sea un poquito mejor cada día... VIVA EL TEATRO!

lunes, 24 de marzo de 2014

Naranjas de la China.-



Naranjas de la China.

Palabras desde el afecto
no pueden ser tan ciertas/
viajan/ y en cada nube/
en cada gota de lluvia/
olvidan lo que fuimos/
aquello que soñamos/
y hoy duermen para siempre
en el borde de tus sábanas/
y al levantarte
abrís la ventana/ y el aire fresco
que trae perfumes de niñez/
la mejor de todas mis patrias/
tan lejana y que sin embargo vuelve
en cada primavera asesinada/
la esperanza hoy arde en el pabilo de una vela
que alguien enciende allá en el sur/
es la hora del regreso/
pero si ni siquiera mi sombra sabe que debe seguirme!/
la calle se vuelve amarilla
como una foto enferma/
mientras una mujer duerme en el sofá/
y toda mi vida/ ahora cabe en una naranja de la china.

G.T.
(Valencia a comienzos de la primavera del 2014)

viernes, 7 de marzo de 2014

Leopoldo María Panero.


"Yo, que todo lo prostituí
aún puedo prostituir mi muerte
y hacer de mi cadáver
mi último poema."
Leopoldo María Panero.-


No estaba loco.
Fue el más cuerdo de todos nosotros.
No tenía a nadie.
Nunco tuvo a nadie.
Ahora no saben si incinerarlo, enterrarlo o qué mierda hacer con él.
Porque no hay nadie, no hay quien pueda decidirlo.
Anoche pensaba, mientras nos ametrallaba con palabras de fragmentación, que hay tanto escritor, tanto poeta, tanto intelectual al pedo... que darían años de su vida por ser considerados la mitad de lo subversivo y transgresor que fue Leopoldo María Panero. Y él, sin proponérselo, tan solo mirando a una cámara o a un punto fijo en la nada, con la naturalidad y la impunidad que sólo te da la locura, te destruía todos los padrenuestros que aprendimos de niños, te cuestionaba hasta el amor que sentías por tu madre.
Si llegara a existir el paraíso, seguramente en dos o tres días lo tendremos de nuevo por estas tierras. Porque seguramente el que manda, le daría la vida eterna para que no joda porque mirá si en una de esas charlas, Leopoldo María Panero le descerraja dos o tres versos y lo vuelve ateo.
Ahora ya es cuerpo inerte.
Ahora aparecerán los de siempre, el eterno coro políticamente correcto (son los mismos a los que si en vida les llegás a pedir un euro, son capaces de convertirse en sordos) diciendo que su obra lo sobrevivirá. Subiendo su foto en facebook y diciendo “hasta siempre Maestro, qué grande fuiste.”...
Igual que lo estoy haciendo yo en este mismo instante.
Pero a mí, la muerte me jode.
No la de todos pero sí la de gente como Leopoldo.
Porque no estaba loco.
Porque no tenía a nadie.
Porque nunca tuvo a nadie.