Naranjas de la China.
Palabras desde el afecto
no pueden ser tan ciertas/
viajan/ y en cada nube/
en cada gota de lluvia/
olvidan lo que fuimos/
aquello que soñamos/
y hoy duermen para siempre
en el borde de tus sábanas/
y al levantarte
abrís la ventana/ y el aire fresco
que trae perfumes de niñez/
la mejor de todas mis patrias/
tan lejana y que sin embargo vuelve
en cada primavera asesinada/
la esperanza hoy arde en el pabilo de una vela
que alguien enciende allá en el sur/
es la hora del regreso/
pero si ni siquiera mi sombra sabe que debe seguirme!/
la calle se vuelve amarilla
como una foto enferma/
mientras una mujer duerme en el sofá/
y toda mi vida/ ahora cabe en una naranja de la china.
G.T.
(Valencia a comienzos de la primavera del 2014)
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