Llegue y Montevideo me esperaba llenita de colores.
Vuelvo al Sur... como se vuelve siempre al amor... canto alguna vez el Polaco. Llenito de amor llegue,pero tambien llenito de amor me ire dentro de unos dias de este mismo Sur que me vio nacer.
Baje del avion y compruebo, porque asi lo imagine tantas veces... que la vida siguio su curso, que hay muchas cicatrices nuevas y de las otras... de las que cierran y que hay otras, que aunque no las veamos, seguiran sangrando y produciendo dolor... porque hay heridas en el alma que inexorablemente seguiran abiertas...
“Anda y traete de vuelta” me dijeron algunas voces...
“Me alegro que vayas... asi podras cerrar tanto vacio que tenes en el almita” dijeron otros.
Pero ella... la mas importante de todas, solo me susurro bajito al oido: “Escucha tu corazon... seguro no se equivoca”.
Entre esas cosas que tenia pendientes despues de tanta ausencia, estaba visitar el cementerio del Buceo para dejar un flor a mis padres.
Y alla me fui.
Compre un ramito de flores rojas... pero bien rojas.
Buscando entre nichos y tumbas, me encontre que muy cerca de mis viejos, esta enterrado Cultelli, un companero del MLN que cayo muerte por la metralla en la toma de Pando, si mal no recuerdo alla por 1972. Me detuve unos minutos y mietras leia la placa que los companeros dejaron en su memoria, deje una de las flores en nombre de todos aquellos que cayeron creyendo que ofrendaban su vida por una sociedad mas justa.
Yo... que como dice Alfredo soy un dinosaurio en el siglo de las maquinas... que discrepe tantas veces con el MLN pero que a pesar de todo y de algunos, me emocione y mientras se comenzaban a disparar los recuerdos, fui capaz de levantar mi puno y decir... Salud Companero...
Por supuesto que ahi solo estaba la placa que lo recordaba y nada mas.
Ahi no estaba el flaco Cultelli... que va a estar ahi...
Luego segui buscando hasta encontrar donde estan enterrados mis viejos.
Yo lo sabia pero cuando el miercoles por la noche me encontre con mi hermano de vida y de vaso, mi entranable tocayo Gabriel, nos dimos un abrazo enorme enorme enorme... y cuando le pregunte como habia sido el entierro de mi viejo, me conto que el habia hecho lo que yo le habia pedido. Al viejo no le falto un ramito de flores de mi parte y durante un trecho habia llevado el cajon.
Yo lo sabia, pero queria escucharlo una vez mas.
Cuando me pare frente a la tumba de los viejos, deje el ramo de flores bien pero bien rojas y me fui.
Al igual que Cultelli, ahi no estaban los viejos... que van a estar ahi... Es por eso, precisamente por eso... que algunas tardecitas, cuando la noche comienza a caer sobre el Mediterraneo, escucho el sonido que produce el mar cuando llega a la costa y se va... y escucho tambien aquella carcajada... la preciosa carcajada del viejo Tuya...
Y entonces me fui del cementerio en paz. No volvere nunca mas.
Alli... en ese preciso instante, estaba cerrando uno de aquellos huequitos del alma. Y me senti en paz. En paz conmigo, con los viejos y con mi alma.
Mientras buscaba ansiosamente la salida mas proxima del cementerio, me cruce con una tumba que se diferenciaba del resto. Todas las demas tienen cruces, angeles y jesusitos... esta solo decia una frase: Tu y yo...
Me tuve que detener.
Me quede largo rato mirando aquella lapida y juro que si hubiera tenido papel y lapiz, en ese momento... hubiera sido capaz de escribir la novela que siempre imagine escribir. Quizas el tipo fue un borracho, llegaba a su casa a las 3 de la manana despues de haberse timbeado el sueldo en el casino.
A lo mejor ella, mientras estuvo casada con el, fue amante de cuanto hombre se haya cruzado en su vida.
A lo mejor...
Quizas...
Pero esa frase en sus tumbas... Tu y yo... me parece que es ella, la frase... la mejor novela jamas escrita.
Y fue tambien ahi, en ese instante... cuando por primera vez en mi vida, senti envidia por los muertos.
Vuelvo al Sur... como se vuelve siempre al amor... canto alguna vez el Polaco. Llenito de amor llegue,pero tambien llenito de amor me ire dentro de unos dias de este mismo Sur que me vio nacer.
Baje del avion y compruebo, porque asi lo imagine tantas veces... que la vida siguio su curso, que hay muchas cicatrices nuevas y de las otras... de las que cierran y que hay otras, que aunque no las veamos, seguiran sangrando y produciendo dolor... porque hay heridas en el alma que inexorablemente seguiran abiertas...
“Anda y traete de vuelta” me dijeron algunas voces...
“Me alegro que vayas... asi podras cerrar tanto vacio que tenes en el almita” dijeron otros.
Pero ella... la mas importante de todas, solo me susurro bajito al oido: “Escucha tu corazon... seguro no se equivoca”.
Entre esas cosas que tenia pendientes despues de tanta ausencia, estaba visitar el cementerio del Buceo para dejar un flor a mis padres.
Y alla me fui.
Compre un ramito de flores rojas... pero bien rojas.
Buscando entre nichos y tumbas, me encontre que muy cerca de mis viejos, esta enterrado Cultelli, un companero del MLN que cayo muerte por la metralla en la toma de Pando, si mal no recuerdo alla por 1972. Me detuve unos minutos y mietras leia la placa que los companeros dejaron en su memoria, deje una de las flores en nombre de todos aquellos que cayeron creyendo que ofrendaban su vida por una sociedad mas justa.
Yo... que como dice Alfredo soy un dinosaurio en el siglo de las maquinas... que discrepe tantas veces con el MLN pero que a pesar de todo y de algunos, me emocione y mientras se comenzaban a disparar los recuerdos, fui capaz de levantar mi puno y decir... Salud Companero...
Por supuesto que ahi solo estaba la placa que lo recordaba y nada mas.
Ahi no estaba el flaco Cultelli... que va a estar ahi...
Luego segui buscando hasta encontrar donde estan enterrados mis viejos.
Yo lo sabia pero cuando el miercoles por la noche me encontre con mi hermano de vida y de vaso, mi entranable tocayo Gabriel, nos dimos un abrazo enorme enorme enorme... y cuando le pregunte como habia sido el entierro de mi viejo, me conto que el habia hecho lo que yo le habia pedido. Al viejo no le falto un ramito de flores de mi parte y durante un trecho habia llevado el cajon.
Yo lo sabia, pero queria escucharlo una vez mas.
Cuando me pare frente a la tumba de los viejos, deje el ramo de flores bien pero bien rojas y me fui.
Al igual que Cultelli, ahi no estaban los viejos... que van a estar ahi... Es por eso, precisamente por eso... que algunas tardecitas, cuando la noche comienza a caer sobre el Mediterraneo, escucho el sonido que produce el mar cuando llega a la costa y se va... y escucho tambien aquella carcajada... la preciosa carcajada del viejo Tuya...
Y entonces me fui del cementerio en paz. No volvere nunca mas.
Alli... en ese preciso instante, estaba cerrando uno de aquellos huequitos del alma. Y me senti en paz. En paz conmigo, con los viejos y con mi alma.
Mientras buscaba ansiosamente la salida mas proxima del cementerio, me cruce con una tumba que se diferenciaba del resto. Todas las demas tienen cruces, angeles y jesusitos... esta solo decia una frase: Tu y yo...
Me tuve que detener.
Me quede largo rato mirando aquella lapida y juro que si hubiera tenido papel y lapiz, en ese momento... hubiera sido capaz de escribir la novela que siempre imagine escribir. Quizas el tipo fue un borracho, llegaba a su casa a las 3 de la manana despues de haberse timbeado el sueldo en el casino.
A lo mejor ella, mientras estuvo casada con el, fue amante de cuanto hombre se haya cruzado en su vida.
A lo mejor...
Quizas...
Pero esa frase en sus tumbas... Tu y yo... me parece que es ella, la frase... la mejor novela jamas escrita.
Y fue tambien ahi, en ese instante... cuando por primera vez en mi vida, senti envidia por los muertos.