Oda a la noche.
Voz: Angel González
Música: Libertango de Astor Piazzolla por Agustín Carlevaro y Yoyoma.
Oda a la noche.
Noche estrellada en aceptable uso,
con pálidos reflejos y opacidad lustrosa,
vieja chistera inútil en los tiempos que corren
como escuálidos galgos sobre el mundo,
definitivamente eres un lujo
que ha pasado de moda.
Tras la fría superficie de las calles de luna,
el alcanfor del sueño conserva en el almario
de la ciudad oscura a los que duermen
y no te verán nunca.
Yo, sin embargo, te llevo en la cabeza,
vieja noche de copa,
y cuando vuelvo a casa sorteando
imprevisibles gatos y farolas,
te levanto en un gesto final ceremonioso
dedicado a tus brillos y a mi sombra,
y te dejo colgada allá en lo alto
—¡hasta mañana, noche!—,
negra, deshabitada, misteriosa.
Angel González
11 comentarios:
Hoy te tendré cerquita. Te contaré sea cual sea el resultado... Besos naranjas
Adoro el sol, pero soy noctámbula. Por eso este poema me llegó hondo.Precioso.
No sé por qué no se me abrió la música. No lo pude escuchar, pero conozco la guitarra de Agustín y creo que es el complemento justo para estos versos.
¿Sabés que Agustín fue gran amigo del de platinada cabellera?...
¿Estás seguro de que tocó con Yoyoma?...¿El que tocó con Yoyoma no habrá sido su hermano Abel?
Un beso, Gato. Feliz domingo.
La noche es literalmente, las mayores y mejores horas de mi vida.
No conocía el poema...pero qué bello!!!
Y la música de esos GRANDES...
Como ya te comentó la Flaca, conocimos a los Carlevaro.
Figuras altas, esbeltas, cual caballeros andantes, que tenían la música en el alma y la hacían llegar como pocos.
Y esa voz "de noche", leyendo su poema...
¡Qué hermosura Gato!
Gracias.
Ha sido un lujo descubrir este poema de Ángel Gonzalez, acompañado de música.
Saludos
Hermoso poema Gato! Gracias por compartirlo.
Hace unos días, en el cielo montevideano,la luna era creciente, amarillenta, grande y se recostaba como una cuna. Sólo le faltaba el gato sentado en un extremo. Me acordé de vos.
Saludos
amelie:
Espero que te haya ido bien... ya me contarás.
Beso grande.
flaca:
Muchas cosas en tu comentario... Creo que fue el Tata quien me comentó que el de platinada cabellera había tocado con Carlevaro pero no sabía de su amistad con ese tótem de la música. Una pena que no puedas abrir la música. A propósito de la música... sinceramente no creo que hayan tocado juntos alguna vez Yoyoma y Agustín Carlevaro. Es más... podría llegar a afirmar que nunca se encontraron. Será por eso que a mí se me ocurrió convocarlos en el comedor de casa y juntarlos como banda sonora del viejo Ángel... Te diría incluso que casi todos los poemas que subo al blog soy yo el que le pone alguna música de fondo. Y no sabés como lo disfruto...
Un abrazo para vos y el de platinada cabellera...
Bea:
Que magia la noche, no? Hay un verso de Rosencoff en su obra "El regreso del gran Tuleque" donde dice algo así como... "a la hora en que el farol garúa su primer aliento". Esa sola imagen vale por mil palabras. Creo que fue en tu casa donde el Tata me contó algo acerca de los Carlevaro mientras el Santi preparaba vodka con leche de coco... Cuántas historias!
Hermosa tu descripción de la voz del viejo Ángel... "voz de noche".
Beso grande!
Kety:
Bienvenida, siempre.
Elizabeth:
Aún recuerdo la luna montevideana del último otoño... tan blanca, tan alta, tan Falco... Gracias por el recuerdo.
Saludos!
Te debo un mail con todo. Cumplí tu encargo y hablé de vos... Un beso enorme
Canarias: Hermoso gracias gato no conocía el poema y es un regalo a la vida, y ni te digo con la música de final, imposible no pensar, abrazos
La vida es esto. Prestémosle atención a los
detalles. Al calorcito humeante del pis, a sacar la basura, a viajar apretados
en colectivo. Si no disfrutamos eso, ¿qué nos queda?
Hola Gato:
Pasaba a saludar nomás.
Y a decirte que tengo esa fascinación tan montevideana por la noche. A muchos amigos les pasa lo mismo. Y no es la noche de la joda o las copas. Es más bien la noche de caminar sin rumbo, la de los sonidos improbables que estaban ahogados en el día, la de las baldosas flojas reflejando luces de boliche, la de la charla amiga que se vuelve más profunda en la oscuridad. Un día,o mejor una noche, cuando vengas por aquí, tenemos que juntarnos y convencer al platinado de que toque para nosotros "La última curda", arreglada por Agustín Carlevaro.De ser posible a la luz de la luna y con un vaso en la mano.Puede llegar a ser mágico.
Yo amo la noche ...soy una gata.
Besos para ti amigo.
mar
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