CONFESIONES DE PRIMAVERA...
Uno es lo que es y no lo que hubiera querido ser. Para eso
es que sirven los espejos. De pronto te estás cortando la barba sin prestar
mucha atención y de repente tus ojos miran a los ojos del que tenés enfrente. Y
ahí se complicó la cosa, porque inevitablemente el tipo que te está mirando te
pregunta: “Qué hacés… cómo estás?”. Y uno sabe que no puede escaparse… Porque
el tipo de enfrente tiene una mirada que no te deja mover ni un centímetro para
el costado. Tal vez fruto de la edad que uno tiene… 65 te recuerdo que
cumpliste… frente a esa pregunta no hay mejor forma de escaparse que citar la
frase con la que comencé este relato: “Y… viste como es… al fin de cuentas, uno
es lo que es y no lo que hubiera querido ser.” Pero ojo que esa respuesta, que
no es otra cosa que tratar de salir del apuro ante la pregunta del tipo este
que me está mirando desde el espejo… también tiene lo suyo. Porque aquí viene
lo realmente importante… y es cuando uno mismo se pregunta: “Pero vos estás
conforme con lo que sos? O te hubiera gustado ser el que hubieras querido ser?”
Y mientras miraba fijamente a aquellos ojos que me observaban desde el espejo,
la respuesta fue: “Pues sí… que estoy conforme… que con errores y aciertos
llegué hasta hoy y la respuesta es… hijo de siete mil putas… pues va a ser que
sí… que estoy conforme. Lo que en verdad no sabe ese hombre que me sigue
mirando fijamente, es que la vida es justamente eso… la vida y sus vicisitudes.
Cuando desperté del coma… lentamente… despacito… junté los pedacitos de vida
que aún me quedaban y comencé a cambiar de lugar los cajones de la cómoda de mi
cuarto. Lo que antes me parecía primordial, lo pasé al último cajón y lo que
tal vez hasta ese momento me parecía poquita cosa… pasó a ocupar el primer
cajón. Cuando logré hacer eso, me sentí pleno… soy lo que soy y no lo que la
gente quisiera que sea. Si bien ya antes nunca fui lo que en marketing se llama “la foto del
éxito”, a partir de ese momento, no solo no me importó sino que me cago en
ello. Lo que piensen los demás… me la suda. No así las personas que me
importan, las que quiero. En eso no cambio… soy muy italiano para eso… al que
se mete con las personas que quiero, soy capaz de comerle el hígado. Y frente a
la muerte? Qué pasa frente a la muerte? De niño me asustaba pensar en ella. Bah…
como a todo el mundo. Hasta que tuve mi primer infarto. Recuerdo cuando
descubrí las canciones de Eduardo Darnauchans en mi adolescencia. Era plena
dictadura y la muerte caminaba por las calles de Montevideo. Con el Darno,
aprendí a darle un rostro o una figura a la muerte… “la señora otra…”. Fue
entonces cuando mi primer infarto en un hospital de Dénia. Estaba en el CTI o
la UCI como se le dice aquí en España, cuando tal vez producto de la buena
droga que me estaban dando o producto de mi mitomanía, al despertar en aquella
sala donde todo era blanco… porque hasta la muerte era blanca… vi de repente al
viejo Johnny Cash sentado junto a mi cama… en medio de aquella blancura, el
viejo todo vestido de negro, sentado en una silla junto a mi cama y con sus
piernas apoyadas justamente sobre mi cama… con su tapado negro y su sombrero
también negro, con su pistola amartillada por si “la señora otra” se acercaba a
mi cama. Juro que lo ví… y que me sentí protegido y que me volví a dormir. Mi
puta mitomanía… pero que mis viejos fantasmas me han cuidado en esas noches
blancas… no tengan la mínima duda. Y los ojos de mis hijos… cuando en la
primera visita no sabían que hacer… tan chiquitos ellos y papá que carajo está
haciendo en el hospital y yo… que lloraba y que les decía lo mucho que los
quería. Y la escena maldita que volvió a repetirse… y ellos mientras yo estaba
en coma que me pasaban crema para que no me llagara y me ponían canciones de
Fernando Cabrera y de Darnauchans, para que yo, en un acto pagano exorcizara a “la
señora otra”. Y los médicos que les decían que yo podía quedar como una planta…
y ellos que entonces la regaremos todos los días… y los médicos que les dijeron
3 veces que entraran a despedirse porque yo me moría y ellos que me acariciaban
y se decían no… mil veces no. Este hijo de puta que es papá no se va a morir
así nomás. Y las mujeres que me amaron, que en una de esas noches de UCI se
juntaron en el hospital y se fueron a cenar juntas… y brindaron por mí. Y los
rezos de amigos y amigas budistas, musulmanes y católicos… Y un buen día yo
salí por la puerta de ese hospital y me llené los pulmones de aquel aire fresco
del otoño madrileño. Y que me van a hablar de amor… déjame de joder… Si amor
era lo que sobraba. Y hoy, que vuelvo a mirarme al espejo me digo que sí… que
no cambio nada de lo que he vivido. Que seguir fumando y tomarme un whisky
sigue siendo una forma de vivir. Vamos… que no quiero llegar a los 80 años… y
aunque mis hijos no me entiendan, prefiero vivir feliz hasta que la vida diga
basta. Llevo más de 6 años desde aquel día en el que volví a nacer y en verdad,
nunca pensé llegar hasta aquí. Sin embargo sigo… dando por culo a todo lo que
me parece injusto, hablando con el compañer@ de trabajo, tratando de
convencerlo que el salario que nos pagan es una mierda… Gracias a mi trabajo en
la Biblioteca Nacional tengo contacto con ciertos personajes que vienen a
consultar libros o lo que sea… Hace unos días vino una ex Ministra del gobierno
español del PSOE… y tuve una charla con ella, donde le dije que el principal
problema actual para nosotros era el tema de la vivienda. Hoy , la exministra
volvió a la Biblioteca y no solo me buscó, sino que me dijo que en su última
columna en el principal periódico de España, El País… había escrito justamente
sobre este asunto de la vivienda. Siempre pensé que el gran logro de Vincent
Van Gogh no fueron sus pinturas, que vaya que lo han sido, pero más aún… fue
cuando dijo aquella frase de “si eres capaz de pintar tu aldea, eres capaz de
pintar el mundo…”. Eso lo constaté cuando hace muchos años atrás, organizamos
un encuentro de Inmigrantes Sin Papeles en Jávea, provincia de Alicante.
Invitamos a varias autoridades del gobierno que por aquel entonces lideraba
Zapatero. Gracias a Maguy, hermana de la vida… acudió a aquel encuentro un
abogado de apellido Flores que formaba parte como asesor de Jesús Caldera, por aquel entonces Ministro de Trabajo
y Asuntos Sociales. En esos días se había aprobado la amnistía para todos
aquellos inmigrantes “SIN PAPELES” por el gobierno de Zapatero y una de las
primeras leyes en defensa de aquellas mujeres inmigrantes y víctimas de
violencia de género . En un almuerzo a orillas del Mediterráneo… donde todo era
idílico, rompí el oleaje y el sol y le dije a Flores que se les había escapado
la tortuga… pues aquellas mujeres “sin papeles” a las que se les ocurriera
denunciar a su pareja por violencia de género, corrían el riesgo de ser
deportadas. Flores me miró y allí mismo llamó al Ministro Caldera… y le comentó
mi experiencia. Yo había acompañado a una inmigrante boliviana que quería
denunciar a su pareja como agresor y la mujer policía que nos atendió dio aviso
a inmigración… a los pocos días recibimos la noticia de que el Gobierno de
España automáticamente le daba protección a esas mujeres indocumentadas que
denunciaban el maltrato de género, sino que además le daban la residencia. Se
confirmaba así que desde un pequeño lugar se podían lograr cosas a nivel
nacional. Esto que cuento aquí es por ego? Puede ser que sí… pero qué importa!
La cuestión es que logramos lo que nos habíamos propuesto. Una vez más… la vida
ante la muerte. Y por qué me acuerdo de todo esto? Pues porque valió la pena…
porque todo valió la pena… Y ahí es cuando miro fijo al tipo que me está
mirando desde el espejo y le digo… “ah que sí… a que UNO ES LO QUE ES Y NO LO
QUE UNO HUBIERA QUERIDO SER, PEDAZO DE HIJO DE PUTA… Y aunque no tenga nada que
ver… yo voy a seguir fumando y tomando whisky y aunque a mis hijos les rompa
las pelotas… les digo… “A ver… cuando el Papi ya se mee y se cague… ustedes
agarran la almohadita y apretan… hasta que deje de respirar”… Ay Papá no seas
hijos de puta me dicen… pero seguramente, cuando quiten la almohada, me verán
dormir con una sonrisa plena… sabiendo que hasta allí llegué. Porque la vida
puede más… porque prefiero morir feliz… Porque quiero que me recuerden con esa
sonrisa. No me jodan… ustedes, los que llegaron hasta aquí… no me van a decir
ahora que esa no es la mejor muerte! Pero por ahora… que de morirme nada… vamos
que vamos! Hasta el amanecer!!!
Pd: Las últimas noticias no son buenas… vamos perdiendo 1 a 0 y estamos en el minuto 90. Córner a favor nuestro. Yo… que me muevo en el área tratando de cabecear… viene el capitán de mi equipo y me dice: “Nene… vos saltá… por las dudas… vos saltá.” Y yo que la veo venir y le voy a dar de cabeza… te juro que la voy a cabecear… el resto… quien lo sabe. Pero yo… voy… Dale que ahí viene el corner… Saltá nene… Saltá!!!
pd: podría ser un video de Zitarrosa o de Darnauchans... pero es que el viejo Jhonny Cash siempre está junto a mi cama de hospital... con su tapado negro... con su arma siempre gatillada...