lunes, 10 de mayo de 2010

Regalíz y ajonjolí



“Cuando en las noches largas/una esperanza miente/
cuando la angustia es fuerte/sufres, te mueres…”
Eduardo Mateo

Regalíz y ajonjolí

había una vez una mujer
que tenía la madrugada en la voz/
cierta vez estuve largo rato
caminando por los pretiles de sus labios/
y llegué hasta el lugar
de donde salían sus silencios/
llevaba caracolas en el pelo/
su mirada era la paz que ponía
fin a todas mis batallitas/y
su nariz sefaradí solo percibía
aromas de regalíz y ajonjolí/


un día me dijo que tenía miedo
y se fue detrás del viento/yo
no alcancé a explicarle
que todos mis vendavales
habían quedado atrapados
en un gajo de mandarina/
y que a la hora en que Madrid
se duerme no era yo quien cantaba/
esas voces no eran otras
que las de mis viejos fantasmas/

no se si esa mujer aún existe
o si existió alguna vez/
tal vez me confundieron los pajaritos
que cantan/cuando
las almas están tristes
y se sientan solas alrededor de una mesa vacía/
pero esta noche saldré a buscarla
y mañana y pasado y ayer/
por bares y tabernas/por vasos y botellas/
preguntándole al viento y al silencio/
con la fe del peregrino/
y una foto suya en la solapa/

g.t.
Madrid – mayo’10

2 comentarios:

nicolás pazos dijo...

a veces nos pasan cosas
o mujeres nos pasan
alguna noche
por los arrabales del alma.
que tiempo despúes
mucho después
no sabemos si fueron ciertas.

Un abrazo gato

el gato utópico dijo...

nico:
para mi que tenés razón, nunca sabremos si fue cierto.
abrazo grande.