sábado, 5 de mayo de 2012

El viejo Tuya...


Allá lejos y hace tiempo...

Hoy es tu cumpleaños, viejo!
Hoy y como todos los 5 de mayo me desperté cantando aquel poema de Alberti “que las estrellas rocío, que el calor la nevada, se equivocaba… que tu falda era tu blusa, que tu corazón su casa, se equivocaba”
Te recuerdo escuchando al “Nano” Serrat en aquel Philco y contándome que cuando el bueno de Rafael dice “tú en la cumbre de una rama", el poeta estaba hablando de sí mismo y que la mujer que tanto amaba, era inalcanzable… allá en lo alto de la rama.
Y no sabés cuánto extraño tu risa!
Que digo tu risa… tu escandalosa carcajada.
Fuiste un buen tipo, no sé si un buen padre pero acaso hay mayor estrella posible que tus hijos digan que fuiste un hombre bueno?
Siempre haciéndole la segunda a mamá.
Un Garfunkel, un Nito Mestre, un Toquinho, un Keith Richards…
Y si a alguien le debo mi amor por la poesía, esa persona sos vos.
Hablándome de Antonio Machado, del mismo Alberti… de los cuentos de tu tío “Paco” Espínola y de historias como las de Luis Tuya.
Noble como el boxeador que fuiste, aunque aquel “morocho” te rompió la cara y entonces dijiste basta y reparabas colchones puerta a puerta junto al judío Samuel y años después llegabas a casa muy tarde en la noche porque el camión cargado de leña se había enterrado en el bosque… y aquella época hermosa… traje impecable, el Chevrolet Impala que todas las novias querían para su casamiento y el Tuya rompiendo corazones entre las chiquilinas del lugar…
De aquellos tres días que pasamos juntos mamá, vos y yo en aquel viaje a Melo... de esas charlas, de esas miradas, de esas imágenes tengo que echar mano de vez en vez y de cuando en cuando… me hacen tanto bien!
Al regresar a Montevideo nos detuvimos en medio de la Cuchilla Grande, allá cerca de donde nace el Olimar y mientras mamá dormía dentro del coche, vos y yo nos pusimos a matear en medio de aquel imponente silencio solo roto por el canto de las águilas y entonces vos me decías que ya no podías más, que el puto cáncer se estaba consumiendo a mamá y que vos ya no podías más de dolor… y que ya habías visto todo, ya habías vivido todo y no tenías mayor deseo que partir junto a ella.
Y seguramente allá estarán… bailando en alguna estrella.
Y yo, como todos los 5 de mayo… estoy escuchando la voz de Serrat y aquel poema de Rafael Alberti.
Por vos, viejo querido.

Por vos…


5 comentarios:

Guada dijo...

Se me ahogaron las pupilas. Entrañable.

Ceci dijo...

Qué linda imagen la de que estén juntos bailando en alguna estrellita! Queda mal que lo diga, pero papá fue una de las mejores personas que conocí, creo que no sabía lo que era la envidia, ni el rencor, ni tiraba mala onda a nadie.También creo que una parte de él partió junto con mamá y no sería nada extraño que hoy estén juntos. Hoy quiero recordar su cumpleaños con alegría porque me imagino que papá no quiere verme triste, no importa cuál sea la razón, por eso papi, hoy me muero de risa y te digo: Feliz cumpleaños!

Grupo de Radio dijo...

impresionante y cabal,con la belleza de la vida.
Abrazo Gato.
Carlos

mauro dijo...

Mensaje desde el Sur del Norte para un amigo del Sur, mejor dicho: del alma del Sur, que está en el Sur del alma y de la Tierra y que aunque estuvo por estos pagos norteños, jamás dejó de vivir en el Sur. (para más señas, es amigo muy cercano de Torres Gutiérrez, aquel Señor Artista tan singular que dijo que "nuestro norte es el Sur")

Como siempre, viejo Gato, entro a tu blog y es seguro que encuentro algo que me toca el corazón. Así de simple. Las crónicas del gato siempre tocan el corazón. Agarro a leer la crónica de tu viejo y entonces, me toca brindar y seguir apurando uno detrás del otro, vos sabés viejo gato, vos que me conocés, cuando digo apurar -en colombiano es hacer las cosas muy rápido-, es dejar el vaso limpio y volver a llenarlo y a vaciarlo de nuevo, porque es como si quisiéramos apurar la muerte de una puta vez, pero al mismo tiempo, ay, ay, ay mi viejo querido, mi hermano, mi pana, es como si quisiéramos apresar toda la vida en ese brindis y no querer morir jamás. ¿Vos has vivido esa sensación, mi hermano? esa doble celebración y casi laceración, ese fustigamiento en el encantamiento? porque claro, las preguntas filosóficas fundamentales ya nos las hicimos hace muchos años, pero entonces, a la hora de la sensación, a la hora del té -como decimos jocosamente en Cali, para significar: a la hora de la verdad. Entonces, mi hermano, mi llave, mi pana, qué pasa a la hora del té? ¿tenemos que cargar con toda esa pesada carga de la racionalidad? Termino con los renglones con los que inicié esta carta para vos pero que aplacé, porque nunca podré saber por qué razón, intuí que deberían ser los últimos y a ello obedezco: "entonces me pregunto -tratando de no despojar mi juicio del profundo afecto que le profeso: ¿por qué será que me gustan tanto las crónicas del gato? y me quedo calladito, no más que escuchando el corazón... y después me responde él mismo: pos, carajo, no la pillás? ¡porque le mete corazón, porque es verraco, esa es la única verdad!.

Mauro

mauro dijo...

fe de erratas: donde dice "tratando de NO despojar mi juicio" es lo contratrio: es: "tratando de despojar mi juicio"