martes, 6 de junio de 2006

Este presente ahora pasado...

Casi, como de repente... así nomás y sin avisar
se nos vino este presente, el que hasta ayer nomás
era el futuro, o como decían las viejas de mi barrio
"...ay nene... si tenés todo el mundo por delante..."
Y me pregunto yo, qué hago con todo este presente?
Sabés como pesa todo este ahora pasado?
Hace un tiempo ya que hice la valija.
Me despedí de Montevideo, fue en invierno,
caminé por sus calles, sus boliches,
se me cayó una lágrima frente a un Torres García,
le di un beso grande al Pepe en la Plaza,
me tomé la última en el Míchigan, allá en Malvín
y me fui...
Atrás quedaba mi sombra, saludándome con un
pañuelito azul desde la bahía...
Pasé por Miami, viví en Atlanta... "my sweet Georgia",
pisé las arenas de Savanah, crucé las Carolinas, Virginia
y Manhattan me recibió lloviendo.
Después desembarqué en Madrid, aún recuerdo el aire helado al salir
del aeropuerto... atravesé Castilla, y en La Mancha juro que vi
al caballero de la delgada figura... pero ya no luchaba contra molinos...
solo escuché que me gritaba: "... ya no hay locos... ya no hay locos..."
Sonreí cuando vi al Mediterráneo... y otra vez, una vez más
me puse a llorar, esa puta costumbre que tengo...
cada vez que me siento superado por la belleza, la nostalgia
y por tanto amor... entonces ahí lloro... como ahora,
que mientras escribo estoy escuchando al Astor y entonces...
como tanta belleza, tanta nostalgia y tanto amor no los puedo absorber...
entonces lloro y lo que es peor...
no puedo parar. Que lo parió.
Denia, 6 de junio de 2006.-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cual será la identidad del futuro de nuestro presente?
Mi imaginación no da para tanto aunque reconozco tener la ventaja de tener tiempo de plantearme esa incógnita... tiempo que mis abuelos y mi padre no tuvieron, cuando quisieron acordar ya habían pasado 14 días de barco y estaban en Montevideo disparando de la infertilidad que había dejado la guerra a la tierra gallega.
Yo siendo hija y nieta de gallegos me emocionó ver un orreo de los "de verdad" de los grandes cuando fui a pasear al norte, todo me era familiar, en las viejecitas de batones veía a mi abuela y en los señores de boina a mi abuelo, fue de locos! Era un regresar a un lugar en el que nunca estuve.. no sentía que estaba tan lejos de casa. Ver por primera vez un orreo de cerca tomando mate para mí fue un "no me muevo de aca"...jaja!!
Viviendo en el Mediterráneo hermoso al igual que diferente...cuando empiecen a venir los hijos si es que ya no los tenemos ¿con que se identificarán? Les hablamos de los Borgia, de Rosalía de Castro o de Artigas? Drexler lo dice claro en Disneylandia...
Besos

el gato utópico dijo...

_Guada:
Pah... veo que realmente te interesó el blog porque estás buscando en los archivos, cosa que me pone más que contento como te podrás imaginar. Hoy, cuando todo lo que ya pasó parece que no sirviera para más nada, donde triunfa lo inmediato, lo obvio, lo que si nos viene digerido mejor... es buena cosa entonces tomarse un tiempo para uno mismo, para volver a leer aquel libro que nos emocionó, volver a escuchar los viejos discos, nuestras viejas canciones. Te imagino frente a un orreo tomando mate y espero que si tenés alguna foto de ese instante mágico y surrealista, me la hagas llegar, mi correo es gtdacv@gmail.com porque esa es la mejor síntesis que uno puede hacer sobre las raíces, el desarraigo, el exilio y a la vez, es la vuelta a nuestras raíces, a nuestros ancestros. Para nosotros los uruguayos es muy importante poder encontrarnos con todo eso. Algo de eso que me contás, fue lo que sentí al conocer Asturias, todo ese verde yo lo conocía sin haber estado antes, esa buena gente ya me era familiar sin haberla conocido... será la genética? A mis hijos les tocó en suerte un padre bastante pesado... que querés que te diga... yo les hablo una y otra vez del Pepe Artigas, del Ché, del Rodney Arismendi, de la Negra Roballo, de Zelmar, de Seregni pero también del Viejo Batlle y de Aparicio. De acá, que le hablen en la escuela y si no lo hacen, los valencianos son lo que se lo pierden. El Mediterráneo es hermoso aunque diferente, me quedo con tu frase para el final. Pero que querés que te diga... extraño el marrón de Malvín, el olor a las flores de jacarandá y paraíso en el suelo después de la tormenta, aunque soy consciente... si algún día regreso, ya me veo sentado en la rambla añorando el Mediterráneo con sus azules y violetas al atardecer, al bullicio de los pájaros en Marqués de Campo, a mi ventana del living con el Montgó por todos lados... es la vida _guada... es la vida. Un beso grande y hasta pronto!

MARIANA dijo...

"esa puta costumbre que tengo...
cada vez que me siento superado por la belleza, la nostalgia
y por tanto amor... entonces ahí lloro..."

Sabor a sal,
agua bendita,
poder sentir tanto!!!!
ojalá tantas costumbres
fueran así.