domingo, 30 de enero de 2011

"No, Gato... no te aguanto más"... me dije

(Sábado a la noche... 0:30hs.)

Sábado a la noche en Collado Mediano. Buscando cosas en youtube terminé viendo un video de Enrique Morente al cante de un poema de García Lorca. Lo acompañaba un coro búlgaro. Una belleza pero muy triste. Y está mal que se recuerdo al gran Enrique con tristeza, claro que está mal. Pero no me acostumbro a su partida. Morente significa mucho en mi vida. Está unido a los más bellos momentos vividos y lo seguirá estando. Anoche compartía justamente un video de Morente con alguien muy querido y protagonista también de esos momentos.

-No, Gato... no te aguanto más- me dije.
Así que me puse abrigo, gorro y guantes y allá salí a caminar sin rumbo.
La noche estaba helada y el cielo, llenito de estrellas.
Cosa linda el cielo de la sierra madrileña cuando la noche está azul.
A las pocas cuadras de mi casa hay un pub llamado “El Refugio”. La noche de fin de año estuvimos allí con Camilo y Tamara. La música es demasiado pop para mi gusto pero el ambiente es cálido. Además, es de los pocos lugares que abre hasta tarde en el pueblo.
Desde afuera se escuchaba música y dedicí entrar.
Me senté en la barra y mientras pensaba que pedir para beber (los precios... malditos precios!) veo salir a un grupo de gente conocida hacia el exterior. Conocí a algunos de ellos en boliche de Jesús, el bar que está justo detrás de la estación de trenes. En ese bar sirven un muy buen tinto de La Rioja y es un gusto sentarse en la terraza a disfrutar un buen vino bajo el sol.
(Tomando un vino en lo de Jesús)
Así que decidí unirme al grupo.
Allí estaban el irlandés, un pintor que para poder vivir da clases de inglés y su esposa. Un argelino, que vive en España desde hace muchos años y un tercero, español él y al que no conocía.
Me lo presentaron y hubo algo que me llamó la atención.
Lo primero que me dijo es –cómo estás, uruguayo- Que no te confundan con un argentino por tu forma de hablar denota que la persona en cuestión o es muy observador o convivió con algún paisano mío. Es mínima la diferencia al hablar entre un porteño y un montevideano para alguien que no esté atento. El hombre, andaluz él, me explicó que vivía en Collado desde años pero su tierra natal es Jerez y que había vivido además en Cádiz y Granada. Me contó también de su amor por la murga gaditana y del lazo afectivo que une Cádiz con Montevideo.
–Esa música al hablar, es uruguaya- agregó.
Me contó también que años atrás había hecho radio en Madrid.
Tenía un programa semanal dedicado al flamenco.
Su segundo apellido es Carmona y para los que curten el palo del flamenco bien saben que decir Carmona y hablar de la historia viva del flamenco, es una cosa sola.
Fue cuando le conté acerca del video de Morente que había visto un rato antes y que fue ese el motivo de mi presencia en el pub.
Se le llenaron los ojos de una luz brillante... muy brillante.
-Jo'er uruguayo... me has nombrado a “mi” Enrique.-

La charla siguió y entre otras cosas le comenté acerca de La Radio del Gato. Fue cuando me dijo que tiene grabadas dos entrevistas con Enrique Morente y que las guarda como un tesoro.
Además de tener grabadas también entrevistas con Camarón y otros monstruos del arte del flamenco.
Le ofrecí la radio para lo que guste y para mi alegría, me ofreció poner a disposición de la radio el material del que disponía.
Cuando ingresamos de nuevo al pub, el “Carmona” ya respiraba flamenco por todos lados y fue así que pidió si podían quitar la música por un momento.
Lo que vino a continuación son esas cosas que uno agradece. Comentó a cantarle por bulerías a su mujer. Esto es lo que grabé con mi móvil y que sin pedirle permiso al jerezano lo comparto. Sirva mi atrevimiento para rescatar un momento mágico:


Quedamos en llamarnos por teléfono y concretar lo hablado anteriormente. Su actividad profesional le impide dedicarle más tiempo al flamenco. Pero a mí tiempo es lo que me sobra (el paro... el puto paro). 
Hubo algo que terminó de convencerlo para hacer algo juntos... es algo que me propuse desde el primer post que subí al Gato y desde el mismo momento en que comenzó a sonar la primer canción en la radio... es eso de rescatar entre todos la memoria colectiva. 
En eso estamos y seguiremos estando.
Así que mientras el grupo seguía brindando en el pub, me despedí de todos.
Me puse el abrigo, gorro y guantes. 
Comencé a desandar el camino a casa, pero esta vez con una sonrisa y mientras jugaba con el humo del cigarro y el vapor que salía de mi boca, recordé en ese instante que al igual que sucede con el viejo Angel González, con el Astor, con el Polaco, con Benedetti, con el viejo Jhonny Cash... el bueno de Enrique Morente se había convertido en uno de mis queridos fantasmas. 
Los que siempre están cuando los necesito, los que siempre vienen a mi encuentro.

pd.: Todo esto sucedió hace poco más de una hora en un lugar perdido de la sierra de Madrid.
Lo dicho tantas veces... la gente está, siempre está.
Solo falta que nos juntemos los buenos.
Que así sea.

Enrique Morente... con su Granada detrás




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sábado, 29 de enero de 2011

Acerca de la gente y sus sueños.

  "El dormitorio en Arles" (donde soñaba Vincent Van Gogh y alguna vez que otra... yo también lo hice)


Acerca de la gente y sus sueños.

"Quien no tenga sueños
 que se disponga a tener dueños"
Luis Eduardo Aute


Solo tengo dos certezas.
La primera es que un día nací y la otra es que algún día moriré.
Hubo silencio antes y habrá silencio después.
Y en el medio, ante tanta realidad que no nos falten los sueños.
Acaso se puede vivir sin sueños?
Se podrá ser árbol sin soñar con la primavera?
La ecuatoriana que vive en el piso de al lado, podría lavar platos durante 12 horas al día si no tuviera sueños?
Se puede ser maestro sin tener sueños de tiza y pizarrón?
Puede cruzar el mar en una patera alguien que no tenga sueños?
Podría esta misma noche, empuñar su fusil un campesino del Valle del Caquetá si no tuviera sueños?
Los que caminan apurados y solitarios por Gran Vía a esta hora de la madruga, tendrán sueños?
Yo mismo, que hasta ayer tenía un sueño tendré que inventarme otro.
Y darle forma, contenido, color, olor, rostro y tal vez un nombre.
Los sueños no nos salvan... si lo sabré yo.
Una vez, uno de mis sueños me dijo que no quería ser mi salvación.
Yo lo quería a ese sueño y por eso dolió tanto aquella frase.
Él no era mi salvación... tan solo era mi deseo, mi musa.
Algunos dicen que mi problema es que confundo sueños con realidad.
Pero qué sabrán ellos... nunca esperé a Godot sentado en el camino.
Bienaventurados los que sueñan porque ellos estarán siempre en mis paganas oraciones.
Amen (sin tilde final).

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jueves, 27 de enero de 2011

Botella con mensaje...


Solo es vivir - Marta Gómez (Colombia)


Hay gente que seguramente tendrá que comprarse un ataúd con rueditas, yo en cambio sé que tengo las manijas del cajón cubiertas.
Tengo amigos, tengo gente, tengo amigos.
Y por si fuera poco, están ellos.
Los que sin preguntar nada, sin querer saber más de la cuenta, con la sola certeza que da el bien querer... siempre están.

Mauricio, el poeta caleño de la risa generosa.
Tamara, desde Rosario y ese sabernos cómplices.
Cecilia, la entrerriana más dulce por dentro y por fuera.
Pavlos, siempre al firme y con el abrazo dispuesto.

Ojalá pudiera yo hacerles sentir todo el amor como ellos hacen conmigo.
Con pequeños gestos... abrazos, guiñadas o un simple un vamo’arriba.
Sin condiciones, porque como decía el bueno de Mario Benedetti... a los amigos, incluso cuando están equivocados, se les habla bajito al oído.

Esto que sigue y perdón por el autobombo... es una botella con mensaje.
De esas que se recogen a la orilla del mar y uno queda eternamente agradecido...

Gabo, estoy escuchando "la radio del gato" -tu propia frecuencia, tu propia onda, digamoslo así- y mientras saboreo un buen vino de la tierra, me da por meterme como siempre en tu blog y cada día me siento más orgulloso de tu amistad, porque te veo, guerrero soñador enfrentando la bruma, el frío, la nieve, la soledad, las ausencias más íntimas, sin declinar a pesar de los dolores, de las derrotas pasajeras, levantando siempre la voz a nombre de la belleza, del amor, de la lucha por la justicia social. El hecho de crear "tu propia onda" en el espacio cibernético, de lanzar al mundo tu propuesta estética musical, tu bagaje, implica personalidad, implica coraje y es decirle al mundo que la bolsa y la crisis y todas sus mierdas de oropeles, de cobrizas alucinaciones no podrán jamás opacar la lucha del hombre por alcanzar la libertad, aún por encima de la oprobiosa explotación del hombre por el hombre, cada día maximisada por esta deshumanización creciente que pretende apabullarnos más cada día, pero que jamás lo lograrán porque mientras existan espíritus luchadores como el tuyo, desde la poesía, la música, la fraternidad universal, siempre quedará un resquicio para la esperanza y sobre todo para la siembra de caminos nuevos para los que nos reemplazarán.


Bravo, verraco, no pares, no pares, necesitamos voces como la tuya, personalidades como el viejo "Tuya".


Salud, mi hermano. Con mi fraterno abrazo de siempre, recibí mi palabra latinoamericana -desde esta bella Valencia que me ha enamorado- con aires de bambuco y pasillo, de cumbia y joropo, de currulao y bolero, de gaita y paseo colombiano, que jamás borrará de mi alma ningún paisaje ni circunstancia, como soy consciente de tu permanencia en el espítritu de las murgas, en el candombe y las milongas y los tangos de tu Uruguay amado.


¡Vamo'arriba, compañero!


Mauro (*)
Mauricio Vidales y Marosa Di Giorgio en Colombia

Mauricio Vidales, nació en Cali, Colombia allá en agosto del '62.
Es poeta, escritor, periodista, gestor cultural y militante por la vida.
Cursó estudios de Humanidades en la Universidad del Valle y Gestión de Proyectos Culturales en el Instituto Departamental de Bellas Artes de la misma ciudad. Ha participado en talleres literarios de la Universidad Libre y Calicanto. Productor de múltiples eventos artísticos y culturales.
Reside en España donde ha publicado "Festejo de ausencias", "Huella de Silencios" y "Panfletos Urgentes y Otros Poemas" de reciente edición.
Colabora habitualmente en diarios y revistas de España y Colombia.
Actualmente participa del MOVICE (Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado de Colombia).

miércoles, 26 de enero de 2011

Historias de caballos blancos...


Hoy el sol invitaba a caminar.
Música, termo y mate, tabaco y allá salí rumbo al bosque.
Por las noches, la temperatura de la sierra está bajando hasta los -6º y eso se nota.
Parte del camino estaba congelado, pero un cielo azul y el verde de los campos valían la pena. Al llegar a la cañada, bloques de hielo se derretían gota a gota.
Me senté a escuchar el sonido del torrente que bajaba helado desde la montaña.
Me lié un tabaco y mientras hinchaba el mate humeante sentí lo de siempre...
Ese lugar tiene una magia especial.
Tal vez el sonido del agua mezclado con el silencio me hace bien.
Me da paz.
Estuve un buen rato viendo el vaivén de las algas.
Otra cosa que no deja de maravillarme... las algas.
Cuando comenzaba a bajar el sol decidí volver a casa.

De atrás de unas piedras emergió la imponente figura de un caballo blanco.

Me sorprendí al confirmar que venía a mi encuentro.
Está bien que uno viva en la sierra pero no deja de ser un bicho de ciudad.
Qué se hace frente a un caballo que viene a tu encuentro?
Y le comencé a hablar. Al comienzo lo hice gritando.
El caballo seguía acercándose.
Cuando estuvo junto a mí, bajó su hocico rumbo a mi brazo. Me lo separaba del cuerpo.
Yo meta hablarle hasta que me di cuenta... comencé a acariciarlo.
Cuando dejaba de hacerlo, el caballo resoplaba.
Y ahí sí... ahí nos hablamos largo y tendido.
Nos contamos historias.. bah... yo contaba historias. Y él parecía escucharme interesado. Habremos estado así una media hora.
De pronto, así como vino, decidió marcharse.
Lo vi alejarse y sin salir de mi asombro, sentí que había vivido una experiencia extraña. Hermosa, pero extraña.


Aquella mañana de junio del ‘82, en la falda del Cerro Guazapa, (Departamento de Cuscatlán - El Salvador) las milicias del FMLN (Farabundo Martí para la Liberación Nacional) habían librado unas escaramuzas contra un comando del ejército salvadoreño.
Todos sabían que se venía una batalla inevitable por el control de la zona.
Al atardecer, mientras descansaban bajo la sombra de un enorme amate, la Comandante Celia y un guerrillero hablaban pausadamente.
Tal vez por miedo a la batalla que se avecinaba o vaya a saber por qué, la muerte era algo que nadie nombraba pero todos hablaban acerca de ella.
De una u otra forma, hablaban.
Fue cuando Celia le dijo a aquel guerrillero que si ella moría, un día se le aparecería en forma de caballo blanco.
Él intentó cambiar de tema pero ella insistió.
–Acuérdate... un caballo blanco-.
Y se durmieron abrazados.
Al amanecer se escucharon los primeros estruendos. La aviación salvadoreña comenzaba un bombardeo que duraría horas.
El Guazapa hervía en llamas.
La guerrilla tuvo que internarse desesperadamente en la selva escapando a la superioridad del fuego enemigo.

-Un caballo blanco- recordaba el guerrillero mientras llevaba sobre sus hombros el cuerpo de la Comandante Celia, muerta por la metralla de una granada.

GT (Desde algún lugar de la Sierra de Madrid en el mes de enero del 2010)



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domingo, 23 de enero de 2011

Tristeza del arrabal II (Final)


Música: Con la frente marchita (Joaquín Sabina)
Voz: El Gato


Había jurado guardarme tu abrazo para cuando la noche no tuviera aurora.
Pero anoche se me ocurrió ponerme a guardar tus cosas en una caja.
Y mientras ordenaba foto, bolsita, dibujo, carta... solo se escuchaba el silencio sordo que produce la niebla cayendo sobre el farol de la esquina.
La luna en la ventana, enorme luna.
Olí tu perfume, te olí entera.
Anoche te tuve entre mis manos, cubrí mi rostro de vos, pero no eras más que un negro tul.
Temí entonces que la noche se hiciera eterna y las estrellas, lágrimas.
Fue cuando decidí gastarme la tibieza de aquel abrazo.


gt (sierra de madrid, invierno del 2011)


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viernes, 21 de enero de 2011

Tristezas del arrabal...

(Foto: Jorge Coimbra)

“....lágrimas sobre el mar
un sueño hecho pedazos,
tristezas del arrabal.”
(Miguel Di Genova)

Juré guardarme tu abrazo para cuando la noche no tuviera aurora.
Pero anoche se me ocurrió ponerme a guardar tus cosas en una caja.
Y mientras ordenaba foto, bolsita, dibujo, carta... solo se escuchaba el silencio sordo que produce la niebla cayendo sobre el farol de la esquina.
La luna en la ventana, enorme luna.
Olí tu perfume, te olí entera.
Anoche te tuve entre mis manos, pero no eras más que un negro tul.
Temí entonces que la noche se hiciera eterna y las estrellas, lágrimas.
Fue cuando decidí gastarme la tibieza de aquel abrazo.

Tristeza de arrabal (M.Di Genova) - Otros Aires


Tristeza de arrabal, sentado en la vereda
Ah, tristeza de arrabal
El amor que se fue, por las calles desiertas
Ah, el amor que se va.

Ah, las esquinas baldías
La luna sobre el portal
Un rezo suena lejano
Tristezas del arrabal.

Tristeza de arrabal, la luz de las bombitas
Ah, al lado del canal
El amor que se fue, por la noche infinita
Ah, el amor que no está.

Ah, las mejillas golpeadas
Lágrimas sobre el mar
Un sueño hecho pedazos
Tristezas del arrabal.

lunes, 17 de enero de 2011

Alfredo Zitarrosa... acerca de la vida y sus vicisitudes


Un 17 de enero como el de hoy, Alfredo se fue.
Alfredo Zitarrosa agarró y se fue de gira para siempre.
Y con él se fue una parte grande de aquel Uruguay.
La muerte del Flaco me sigue pegando en el alma.
No me acostumbro a su ausencia, a su no poder conversar como a él le gustaba decir... "acerca de la vida y sus vicisitudes" o "de los locos y sus pensamientos".
Como siempre sucede con los cantores que el pueblo elige para que sean su propia voz, Alfredo al igual que Gardel, cada día canta mejor.
Me sigo sorprendiendo y emocionando con la vigencia de sus milongas... las milongas sangrantes.
Flaco, allá donde estés, salud!


"Guitarra negra" (fragmento)

Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra.
Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía.
Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas.
Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan.
Cómo traspasarte mis hombres y mujeres blen queridos, guitarra; mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos.
Cómo entregarte todos esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazón de sombras, de temblores y muerte, de ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de lágrimas idiotas...

Hago falta... Yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco, si no estoy.
Siento que hay un sitio para mi en la fila, que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera.
Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañero, el amor del que me aguarda lastimado. Falta mi cara en la grafíca del pueblo, mi voz en la consigna, en el canto, en la pasión de andar, mis piernas en la marcha, mis zapatos hollando el polvo.
Los siete ojos míos en la contemplación del mañana.
Mis manos en la bandera, en el martillo, en la guitarra, mi lengua en el idioma de todos, el gesto de mi cara en la honda preocupación de mis hermanos.

Y he sabido, guitarra, que este otro perro que criaste, ladrador, campesino, a veces manso o vigilante, que roe su propio hueso en la penumbra y gruñe... cual casi todo perro popular, vagará por tus anchas veredas, tus milongas sangrantes... hasta morir también... Tal vez un día... De soledad y rabia... De ternura... O de algún violento amor: de amor... sin duda. (Alfredo Zitarrosa - Guitarra Negra - 1972)

Zitarrosa en El Gato Utópico:
Alfredo Zitarrosa... la milonga sangrante
La canción y el poema
"Desexilios" de Mario Benedetti y Alfredo Zitarrosa
Alfredo Zitarrosa... que 20 años no es nada

domingo, 16 de enero de 2011

...



despedir,
desesperar,
desangrar,
despegar,
desangelar,
descreer,
desterrar,
          despertar...



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sábado, 15 de enero de 2011

Malena... la más linda de todas.

 (La mano de Tamara en el cielo de Collado)
 
Hoy me levanté milonguero.
El sol trajo esta maravillosa tregua al duro invierno de la Sierra.
Todo brilla, todo.
La nieve de Guadarrama parece más blanca aún.
Apenas salgo a la calle y mi gata (sí, tengo gata!) que me saluda con un juego de maullidos que son palabras lindas y meta trrrrrr contra mis piernas.
Y se me pegó una milonga... me sorprendí al darme cuenta de que sabía toda la letra.
Y allá me fui, tratando de subir una vez más... el repechito de la fe.

Que sea Malena Muyala la que cante ahora esa milonga.
Por ser la más linda, ella y su voz.
Cuando Malena canta, todo el mundo se detiene.
Al igual que me sucedió con Mateo, Cabrera y Darnauchans, no paro de grabar cd's de Malena para mis amigos madrileños.
Parece que difundir es mi destino... y eso a mí, me gusta y mucho.
Por eso esta mañana llenita de sol, que cante Malena.
La más linda de todas.
Sé que ella sabrá y se alegrará mucho de saber que un día, cuando las cosas no iban bien, fue capaz de hacerme cantar.
Por eso, Malena... a vos y a Carola, mi mejor abrazo.



Malena en El Gato Utópico:
Malena Muyala... Viajera (o el año en que conocimos a Malena)
Malena Muala... Viajera II



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lunes, 10 de enero de 2011

Pasos, Estación, Agua...


(Perdón, pero ante la falta de medios técnicos uno igual sigue queriendo hacer cosas. Las filmaciones de Collado Mediano y Sierra de Guadarrama están hechas con un móvil. Igual seguimos andando... porque aún nos queda la poesía).
Que así sea.

Pasos, Estación, Agua...

Pasos... porque aún pese a la tristeza seguimos caminando. A veces con paso firme, sabiendo la certeza de la llegada. Las otras, tanteando paredes dentro del túnel o bajo la noche más negra. Pero aún así seguimos caminando...

Estación... la soledad, el frío que te cala los huesos, la ausencia del tren.

Agua... el continuo vaivén de las algas, el sonido de la espuma, la paz que baja desde la montaña.

y la palabra de cinco poetas fundamentales...

Rostro de vos - Mario Benedetti

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto y por sabor.

Sin un temblor de más,
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna maldición.

Mis huéspedes concurren,
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor.
Yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan la jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos.

Y es una soledad
tan desolada.

Mientras tú existas - Ángel González

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz—cualquiera...

Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

De alguna manera - Luis Eduardo Aute

De alguna manera
tendré que olvidarte,
por mucho que quiera
no es fácil, ya sabes,
me faltan las fuerzas,
ha sido muy tarde
y nada más, y nada más,
apenas nada más.

Las noches te acercan
y enredas el aire,
mis labios se secan
e intento besarte.
Qué fría es la cera
de un beso de nadie
y nada más, y nada más,
apenas nada más.

Las horas de piedra
parecen cansarse
y el tiempo se peina
con gesto de amante.
De alguna manera
tendré que olvidarte
y nada más, y nada más,
apenas nada más.

El tiempo está después - Fernando Cabrera

La calle Llupes raya al medio
encuentra Belvedere
el tren saluda desde abajo
con silbos de tristeza
aquellas filas infinitas
saliendo de Central
el empedrado está tapado
pero allí está.

La primavera en aquel barrio
se llama soledad
se llama gritos de ternura
pidiendo para entrar
y en el apuro está lloviendo
ya no se apretarán
mis lágrimas en tus bolsillos
cambiaste de sacón.

Un día nos encontraremos
en otro carnaval
tendremos suerte si aprendemos
que no hay ningún rincón
que no hay ningún atracadero
que pueda disolver
en su escondite lo que fuimos
el tiempo está después.

Tema del hombre solo - Jaime Roos

Recién vi a un extraño con un rostro familiar
ahora entiendo al resto cuando me mira mal
el del espejo soy yo
extraño animal

Alguien dijo que nacemos y que morimos solos
yo que nací varias veces, suscribo todo
el hombre solo
sólo sueña con extraños
no cumple años
el primer combatiente de la primera trinchera
el que soñó ser eterno, el que ahora quisiera
quisiera qué
ahora qué
sólo quisiera

Un poco más
para seguirla un poco más
para vivirla un poco más
habilitame un poco más
para sacarme
para sacarme de ambiente

Basta de pasado, de futuro y de presente
futuro es muerte, pasado gente
y el presente ¿qué?
el presente es nada más (nada más)

De las tres rosas rojas queda una chamuscada
ya que han muerto las otras no sirve de nada
el de las flores soy yo
el sentimental
ruleta rusa andante
gatillando el celular
como un disco rayado,
como un árbol moribundo
tema del hombre solo,
cargando el mundo
a cambio de qué
a cambio de qué quisiera

Un poco más
sin recordar, un poco más
sin castigarme, sin culpar
no quiero avergonzarme más
sólo quisiera un poco más
habilitame un poco más
para sacarme
para sacarme de ambiente...





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viernes, 7 de enero de 2011

El rayo que no cesa...


No hay caso, por más que uno no lo quiere, la vida te da y la vida te quita.
Sin darnos cuenta suceden cosas que nos van cambiando y uno sin querer enterarse...
Los días por venir... ah los días por venir!
Quién sabe lo que vendrá?
Si cuando pensábamos que todo estaba más ó menos en orden, se te aparece sin avisar una de esas preguntas que si la llegás a responder, ya no serás el mismo.
Por éstos días y sin avisar se me apareció una de esas preguntas... y mire que uno sabía que si la llegaba a responder, algo muy querido se podía llegar a ir y para siempre. Y se fue nomás...
De eso hablábamos hace unos días atrás con mi hijo Camilo. Estábamos viendo televisión y no podíamos creer lo que estábamos viendo. Un debate sobre “Gran Hermano”... donde los tertulianos parecían estar hablando en serio. Discutían acerca de si “Fulano” le había tocado o no una teta a “Mengana”. Y repetían el video una y otra vez.
Era evidente que “Fulano” le había metido tremenda mano a “Mengana”... pero ellos seguian discutiendo  como si se tratara de un tema de estado...
En eso Camilo me dice:
-Che papo... ves que a veces pensar no sirve para ser feliz?-
-Te parece?- le respondí interesado en saber más acerca de su conclusión, pero teniendo muy en cuenta el fino sentido del humor que tiene mi hijo.
-Y sí... mirá a estos tipos. Seguro que ni saben lo que está pasando afuera del estudio. Vos pensás que saben que hay más de 4 millones de parados? No papo... éstos tipos son felices. Creémelo, si te informás, si te interesa lo que pasa allá afuera no podés ser feliz.-
Obviamente que me estaba hablando en serio. Muy en serio. Por un lado me sentí orgulloso de ver que mi hijo era capaz de razonar de esa manera. De confirmar lo que ya sabía.
Mientras Camilo cambiaba de canal, le pregunté:
-Y vos? Pensás o crees en serio que se puede ser feliz sin hacerlo?-
-No papo... yo pienso todo el tiempo. Porque una cosa es ser feliz por ignorancia y otra muy distinta es serlo pensando. Se disfruta doblemente.-
(Tomá!!!... pensé yo sin decir palabra alguna).

La semana pasada vinieron mis hijos desde Granada para pasar juntos fin de año.
Fueron nueve días hermosos. Nos hacía falta a los tres.
Con los pocos euros que me quedaban hicimos maravillas. Pude comprobar también que tanto la madre como su padre, hemos hecho bien los deberes como padres.
Fueron días de abrazos, risas, de salir a juntar leña, de caminar bajo la lluvia...  solo bajamos una vez a Madrid. No hubo necesidad de hacerlo más que una vez. Yo tenía miedo que dos adolescentes metidos en Collado Mediano se agarrarían tremendo embole... Pero ellos mismos sacaban cuenta de lo que nos costaba ir a Madrid y que con esos 27 euros podríamos comprar más comida o hacernos un asado en la estufa de leña... Cómo disfrutamos ese asado!
El solo hecho de volver a cocinar para ellos hizo que la cocina fuera una fiesta. Lo extrañaba... extrañaba que viniera Tamara a mojar el pan en la salsa, que Camilo me pasara la mano por el hombro mientras colaba los tallarines.
Fueron nueve días... se nos pasaron volando.
Esta vez no hubo lugar a la tristeza. Ni siquiera en la despedida. No podía haberla. Cuando partió el autobús llevándolos de regreso a Granada sentía que lo habíamos pasado muy bien juntos los tres. Y que tal vez pronto nos volveremos a ver.
Por eso esta vez el brazo levantado anunciando un hasta pronto.
Es la vida... la que te da y te quita.
El rayo que no cesa...

No hay nostalgia peor...


La noche no daba tregua.
No podía tenerla.
Aquello era una de dar y recibir sin condición alguna.
Un hombre y una mujer dispuestos a darlo todo, a dejarlo todo.
Los vi pasar abrazados caminando por una de esas calles angostas del barrio “La Latina” de Madrid, donde aún resuena el eco de los cascos de los caballos sobre los adoquines… pero bien podría haber sido cualquier callecita de Buenos Aires, Lisboa ó Montevideo.
Entraron a una de esas tabernas de escaleras abajo.
Los vi reír, abrazarse, susurrarse al oído.
Tal vez fue solo esa noche o el instante eterno que duró aquel beso, pero doy fe que fueron felices.
Cuando se alejaban abrazados, desde el interior de la taberna se escuchó a Sabina cantar “no hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió”.



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jueves, 6 de enero de 2011

El hombre de la calle III


"Que falta que me hacés" por Julio Sosa y la Orquesta de Leopoldo Federico
Letra: Federico Silva
Música: Armando Pointier / Miguel Caló


Como todos los días, el hombre se sentó en la mesa junto a la ventana.
Pidió un cortado y cuando iba a encender un cigarrillo recordó que ya no se podía fumar en bares y cafeterías.
-Dicen que mata- murmuró... -bah, como la vida mata.-
Abrió el períodico mientras revolvía el cortado humeante.
Los titulares hablaban de que los parados suman ya más de cuatro millones, que este año la economía española no crecerá, que el Banco Europeo está pensando subir las tasas de interés, que hasta el 2012 no se vislumbra un repunte, que esta noche juega el Barça en Bilbao.
-Todo está en orden- se dijo.
Se dio cuenta que necesitaba hablarse, reírse, putearse... todo valía para no dejar triunfar al silencio.
Fue entonces cuando aquella sonrisa irónica dio paso a una mueca triste.
-Para qué pensar?- se preguntó por millonésima vez.
-No te das cuenta? Pedazo de un gil... que no vale la pena pensar?
Se acordó de un tanguito, dejó el euro junto al pocillo del cortado y se fue silbando.
Ahora ya era uno más entre aquella multitud que bajaba por las escaleras del metro.



¡No estás!
Te busco y ya no estás.
Espina de la espera
que lastima
más y más...
Gritar
tu nombre enamorado.
Desear
tus labios despintados,
como luego de besarlos...
¡No estás!
Te busco y ya no estás.
¡Qué largas son las horas
ahora que no estás!...

Qué ganas de encontrarte
después de tantas noches.
Qué ganas de abrazarte,
¡qué falta que me haces!...
Si vieras que ternura
que tengo para darte,
capaz de hacer un mundo
y dártelo después.
Y entonces, si te encuentro,
seremos nuevamente,
desesperadamente,
los dos para los dos.