miércoles, 24 de abril de 2024

"Chiche" Cabral... y aquella noche montevideana.

Aquella noche Carlos Vidal pasó a buscarme por mi departamento en Almería y Yacó en su Fiat 600. -Nos vamos a buscar al Chiche Cabral- me dijo. Llegamos al barrio Palermo y cuando el Chiche convenció a la "Chimasa" terminamos yéndonos los tres. Mientras buscábamos un bar, le conté a Chichito que el Negro Yamandú Pérez había estado un par de días en casa y que lo habíamos pasado de put@ madre. En el piso de Malvín vivíamos el Vampiro Marffei, yo y el Pope Terevinto. El Pope, hermano de vida y de vaso, que se vino desde EEUU a verme cuando yo me estaba muriendo en un CTI y me agarró de la mano y hoy seguimos caminando juntos, es uno de los mejores percusionistas uruguayos. Por él, conocí al Negro Yamandú, a Chichito y al Marciano Laner... Pero volviendo a aquella noche, Chichito Cabral, que era pae de Umbanda pero también amante de la música hindú, entre whisky y whisky y mientras Clarita bailaba un tango con un piloto de avión... me dijo: "Vos sos color naranja... noooo... sos azul hermano... definitivamente azul." Con el tiempo supe que el azul es la nota DO. Luego me contó cuando tocó con Celia Cruz, con José Feliciano, con el Kinto y Tótem, grupos míticos de la música uruguaya, junto a Mateo, Urbano Moraes y el Negro Rada... No cabía tanta música en su cuerpo y conste que el Chiche es grande... Pero lo mejor de todos sus cuentos fue cuando en él estaba en Hamburgo en 1961 tocando con un grupo de jazz y a continuación tocaban unos adolescentes y el Chiche se quedó a escucharlos... eran Los Beatles... Amanecimos en "Candilejas", un boliche en la esquina de Jackson y Luis Piera, escuchando en vivo a un trío que hacía tangos de Piazzolla. Cuando salimos, el sol estaba comenzando a asomar y el Chiche me dijo algo así: "cuantos recuerdos sagrados te conté esta noche..." Y de pronto se puso a cantar su tema más emblemático... "Orejas"... los dos parados mirando al Río de la Plata... Yo me guardé ese recuerdo para mí.... y ahí está y estará por siempre en mi cajita azul. Luego de esa noche nos habremos visto apenas unas dos o tres veces, pero siempre me daba un abrazo y me decía bajito al oído "Qué hacés Azul... cómo estás?" El Chiche Cabral... Chichito... un músico increíble que aún recorre las calles de Montevideo, de aquel Montevideo que supimos disfrutar, el de la bohemia, el que ya no existe más aunque siga habitando en nuestros corazones. Desde Madrid levanto una copa por vos, viejo y querido Chiche Cabral. Que así sea. Porque así será.

jueves, 7 de marzo de 2024

A Eduardo Darnauchans.

Aquel 7 de marzo del 2007, temprano me llegó un mensaje de Sofía, quien por aquel entonces tenía 19 años... "tengo para decirte que falleció el darno, se lo que vos lo amabas, por eso a su salú! La música perdió a un genio, a un excelente músico, y por sobre todas las cosas, a un poeta de la re-concha de la madre.”

Viste loco... te lo decía alguien que tenía 19 años... Vos pensabas que ya nada valía la pena y mirá... resulta que los que venían tirando la puerta abajo decían que eras flor de poeta. Darno, desde aquel día nos quedamos guachos.

Sí Darno... que sí te digo! Toda aquella mal llamada generación del silencio, nos sentimos huérfanos. Qué harían desde ese maldito 7 de marzo aquellos que se sueñan sin ninguna sonrisa? O los que estaban temblando las canciones que nunca van a cantar? Y los propietarios de botellas vacías? Y el Duque de Penurias y Madame de la Mugre?

Todos nos quedamos guachos, Darno. Incluso aquellos imbéciles que en las noches de Puppa's, te llenaban el vaso para que les hablaras de la música sefaradí o medieval. Como bien dijo "Chichila", tu eterna Compañera de vida, ya era tarde... el personaje del "Darno" ya le había ganado a Eduardo Darnauchans y por goleada.

Por eso prefiero recordar a aquel Darnauchans del Teatro Solís junto a Cabrera, al Darnauchans telonero de Bob Dylan y de Paul Simon...

Yo te quise mucho loco, si eso sirve de algo... yo te quise. Todos nosotros te quisimos mucho. Te quisimos por ser un Compañero de aquellos años duros, por estar siempre, por jugarte entero. Pero también por habernos dado tanto amor Darno... tanto amor. Vos allá en Sansueña y nosotros desde aquí... te seguimos queriendo, loco...

Eduardo Darnauchans... Poeta y Compañero. Salud!



El viejo Johnny Cash... y yo.

En Atlanta, estado de Georgia, tuve el trabajo que recuerdo con más cariño. Yo, que en Uruguay trabajaba para una multinacional, bañado en Carolina Herrera... de pronto me ví tirando el Atlanta Journal Constitution durante la noche por la ventana de la vieja Ford en el condado de Suwanee. Éramos yo y mi alma. A través de los altavoces de la vieja Ford podía escucharse Jaime Roos, Mark Knopfler o mi querida murga Contrafarsa. Pero una noche no hubo CD... puse la radio y de pronto comenzó a sonar esta canción. Era el viejo Johnny Cash junto a U2 haciendo "One". Tuve que detener la Ford... estaba todo nevado y la luna lo llenaba todo de luz. Una manada de ciervos cruzó frente a mí. Senti que tanta belleza no podía ser real. A partir de esa noche, yo que me pregunto y me vuelvo a preguntar, que vivía en un país donde no podés pararte a pensar, de pronto comencé a encontrar respuestas. Y el viejo Johnny se volvió imprescindible. Tanto, que una vez y eso fue en el 2005, ya viviendo en Dénia y luego de mi primer infarto, tal vez producto de las drogas que me estaban suministrando, abro los ojos y de pronto vi a alguien que estaba sentado junto a mi cama de hospital. Vestido todo de negro, con su sombrero tapándole el rostro y con sus piernas cruzadas apoyadas en mi cama. Era el viejo Johnny Cash, con su pistola pronta a dispararle a la muerte, por si la muy hijadeputa se acercaba demasiado. Fue todo tan real... juro que lo ví. Que ahí estaba él cuidándome. Cada tanto vuelvo a esta canción... y me sirvo un whisky y lo invoco y se lo agradezco. Que me volví místico... y ponele que sí. Pero yo se lo sigo agradeciendo... qué se yo. En diciembre del 2018, cuando entré en coma, lo volví a ver. Esa vez lo ví junto al poeta Juan Gelman, a Alfredo Zitarrosa, a Ángel González y a varios más. Cosas que producen las drogas... pero juro que los ví. Y estaban tan pero tan felices...