jueves, 31 de diciembre de 2009

Balance y perspectivas...


Se va... el maldito se va.
Año difícil si los hubo, uno pensaba que el 2009 sería mejor que el anterior, pero mirá que nos salió rana...
Mejor no hacer balances porque seguro que pierdo como el mejor.
Apenas el triunfo del "Pepe" Mujica y alcanzar la mayoría parlamentaria me trajeron algo de luz.
Pero se apaga en segundos... cuando pienso que el pueblo uruguayo eligió la IMPUNIDAD frente a la Verda y la Justicia, enterrando ya para siempre los valores cívicos y republicanos que nos identificaban hasta ahora. Nada de eso quedó.
Pienso en la "Tota" Quinteros, en Luz Ibarburu, en Luisa Cuesta y siento vergüenza, rabia y dolor.
Pero como decía Alfredo Zitarrosa en su Guitarra Negra: "Ahora... la suerte ya está echada". El pueblo eligió y ahora que cada uno asuma su decisión.

También este año tuvimos que despedir a cuatro poetas queridos...
Idea Vilariño, Mario Benedetti, Salvador Béquer Puig y el "Gordo" Rolando Faget...
Con la ida de cada uno de ellos, me fui sintiendo más solo, más guacho.
Porque como decía Aníbal Troilo: "uno se va muriendo con cada amigo que se muere. Uno no se muere de golpe".
A veces pienso que este blog se convirtió en un eterno aviso necrológico, pero la muerte es tan natural como la vida misma.
Y yo los amé cuanto pude.
Y ellos a mí.
Lo se.

En lo personal y luego de 8 años, pude volver a caminar por las calles de Montevideo.
Reencontrarme con los afectos que allí seguían esperándome y con los que ya no están...
La ciudad cambió.
La gente había cambiado.
Y yo no soy el mismo de entonces...
Ocho años de ausencia, pero allí estaba yo, caminando por Malvín, el Centro y la Ciudad Vieja.
Compartiendo mates, asados, las milanesas del Vasquito, la media pulpa del Decano.
El reencuentro y el encuentro con viejos y nuevos amigos.
El abrazo con mis hermanas y mis sobrinas.
El mate cómplice con Chola en el Cerro.
El medio tanque incendiado en casa de Eduardo y Virginia.
La cueva del Santi y Bea abierta de par en par.

Y ahora... este final de año que remueve hasta los cimientos.
Nada es en vano.
Como dice el "Bocha" Benavídes y cantaba Darnauchans:

"Conocerse claro está
que necesita su tiempo
con años que albañilean
y años de derrumbamiento".

En esas estamos.
En pocos meses partiré hacia Madrid.
Me iré con la maleta llenita de esperanzas pero también con la tristeza de saber que ya no habrá más despertares juntos, ni calle soriano, ni domingos con bolognesa... cuando hacíamos de la cocina una fiesta.
Otra vez a subir el repechito de la fe...
Otro salto sin red, pero qué es la vida si no?
Volver a empezar una y otra vez... una y otra vez.

Ojalá que el 2010 nos encuentre a todos vibrando, emocionándonos, queriéndonos un poco más (suena cursi, pero sería bueno que así fuera...).
A todos mis compañeros de viaje y utopías, ojalá que mi corazón siga siendo la puerta de entrada de todos ustedes, como bien dice mi hermano Macunaíma allá en el Sur.

A todos ustedes y con este corazón ajado en la manito... gracias!
Feliz 2010!!!
Salud!!!

viernes, 25 de diciembre de 2009

Dust in the wind (polvo en el viento) - Canción urgente



Dust in the wind - Kansas

"en el umbral de la muerte que acorrala
pero que no vence a la vida
como esta canción urgente que me inspiras".
Mauricio Vidales



Canción urgente

versos en botellas que rompen contra los acantilados.
abrazos de aeropuerto, caricias de hospital.
susurros en noches de gatos sin luna
notas atrapadas en el fuelle de un bandoneón
suspiros ahogados por el ruido de un motor
vasos vacíos hielos derretidos

antenas que no reciben señales,
la penumbra de un sueño
el gesto inesperado e incomprendido
una sonrisa que viaja hecha mueca
el coro de una murga en una esquina sin farol
los besos que no nos dimos
y aquella paloma blanca en tu ventana

Todo me parece flotar tan solo un segundo
y luego cae
flotando y cayendo...
levemente cayendo y callando
como estas partículas de polvo que entran en mi habitación
suicidándose dentro de un rayo de sol
ahora todo es

dust in the wind...

G.T.

lunes, 21 de diciembre de 2009

De nada sirve...



DE NADA SIRVE-NO TE VA A GUSTAR

De nada sirve el por qué... De nada sirve el valor...
De nada sirve volver... De nada sirve el adiós...

Seguro de nada sirve

Yo me pregunté hasta cuando...te querré como hasta hoy
vos me enseñaste llorando... que de nada sirve el adiós
seguro de nada sirve
mi amor.....

Podré caerme a pedazos pero acá siempre estás vos

Me gusta lo que no tengo y quiero lo que no doy
no me comprendo a mi mismo
no se entregarte la vida... tampoco vivir sin vos
yo se que de nada sirve... mi amor...

Podré caerme a pedazos... pero acá siempre estas vos

Mi jardín ya no te espera... porque ya corté la flor
y todo lo que me queda es cantarte con el alma... si te regalé la voz

Seguro de nada sirve
Mi amor
Mi amor seguro de nada sirve
porque ya corté la flor
Mi amor seguro de nada sirve....

Voz de Mario Benedetti:

Amar sin nadie... vaya cosa triste
sin nada que abrazar... miedo a que nos abracen
Amar con alguien... vaya cosa buena.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Los sueños frustrados de Rudeber Martínez...


"La vida es un caos entre dos silencios"
Samuel Beckett

Fue hace muchos años atrás, pero recuerdo aquella noche perfectamente.
Era viernes y como todas las semanas nos juntábamos con la barra del laburo en una especie de ritual pagano.
Teníamos dos puntos de encuentro, la "Pizzería Trouville" o "La Castellana" de Boulevard España.
Cerca de las 20 horas comenzaban a caer... Rafael de la Sierra, El "Yeso" Ottonello, Jorge Moreira, Luis Dogliotti, el "Ronco" Olivera... qué personajes!
El itinerario iba desde cenar en el "Baccaro" de Gral. Flores o en la Parrillada "Rodelú" del Parque Rodó, pasando por tirar unas fichas en el Casino antes de ir a "Candilejas", en la esquina de Jackson y Luis Piera.
Allí eran habitués un pianista y un bandoneonista que mientras les pagáramos unos cuantos whiskys, eran capaces de tocar Piazzolla toda la noche.
Clarita, una de las mujeres más bellas que vi en mi vida, mientras esperaba que le saliera algún viaje, se empeñaba inútilmente en enseñarnos a bailar tango.
Fueron muchas las veces que amanecimos escuchando "Adiós Nonino", "Verano Porteño", "Uno", "Malena"...

A medida que avanzaba nuestro recorrido, la barra iba disminuyendo por culpa de algún amor furtivo.
Esa noche solo quedábamos Rafael y yo, el resto se había enganchado con unas turistas argentinas.
Aún era temprano.
Decidimos entonces ir a un lugar hasta ahora desconocido para nosotros... El "Sud América".
Al llegar a la esquina de Yatay nos asombró la multitud que iba llegando.
El "Sud América" o la "IASA" (Institución Atlética Sud América) era uno de los templos de la noche montevideana. Tenía varias salas de baile, desde música tropical, pasando por el pop hasta llegar al tango. Elegimos ésta última.
Nos sentamos en una de las mesas y pedimos un whisky.
Desde allí, observábamos absortos como cientos de parejas bailaban al ritmo de las orquestas de Donatto Racciatti y el "Potrillo" César Zagñoli.
Se respiraba ambiente de tango por todas partes.
A nosotros nos causaba cierta gracia ver como los caballeros invitaban a bailar a las damas con una inclinación de cabeza y extendiendo su mano. Luego de bailar una pieza, ella regresaba a su mesa, desde donde le sonreían cómplices el resto de sus compañeras.
También había varias mesas con señoras "cincuentonas" que esperaban toda la noche que alguno de aquellos galanes las invitara a bailar.
Bastaba con mirar hacia la pista para darse cuenta que el nivel de los bailarines era altísimo, por lo que decidimos quedarnos sentados y no pasar vergüenza pisando el delicado pie de las damas.
Tanto a Rafael como a mí, nos llamó la atención una pareja que se diferenciaba del resto. Meta firuletes, cortes y quebradas.
Bailaban con los ojos cerrados... confiando el uno en el otro, como solo lo hacen las almas cómplices.
Él la llevaba y ella se dejaba llevar...
Sus rostros me resultaban al menos conocidos.
Él tendría unos 55 años, su pelo cano y largo estaba impecablemente engominado
Vestía un saco color arena, la camisa azul de cuello generoso sobresalía al estilo de la época. Pantalón y zapatos negros.
Ella, sin duda algua había ido a la peluquería por la tarde. Tambíen pasaba los 50 años.
Su vestido negro incluía el típico tajo tanguero, atrevido y sensual.
Medias también negras caladas y tacones altos y anchos. Lucía un camafeo, también negro con una flor roja...
Más tanguera... imposible.

Bailaron toda la noche, apenas hicieron una pausa cuando la orquesta comenzó con "Las Cuarenta".
Su mesa estaba al lado de la nuestra.
Cuando se acercaron, ya no tuve duda alguna.
Él era Rudeber Martínez y ella, "Lita", su esposa.
Años atrás, yo había vivido en el barrio Reducto, más precisamente en la calle Marsella. Rudeber vivía en la casa de la esquina con su madre, su hermana y su cuñado. Recuerdo el jardín lleno de malvones, glicinas y jazmines que anunciaban al barrio en cada diciembre, la llegada de la navidad.
Mientras los seguía observando, le conté a Rafael la historia de aquella pareja.
Rudeber llegó a tutearse con la gloria en sus tiempos de futbolista.
Comenzó jugando en el glorioso Colón, el cuadrito del barrio.
Mi padre, que también había lucido la gloriosa verde, roja y blanca en otros tiempos, me llevaba desde chiquito por todas las canchas detrás de Colón.
Rudeber formó parte de una delantera que hizo historia en el club.
El "Pepe" Urruzmendi por la derecha, Luis Mata por el centro y Rudeber por la zurda.
Aquel año, el humilde Colón estuvo a punto de ganar el Campeonato Uruguayo de la "B" y lograr el ascenso. Al finalizar la temporada, entre Rudeber y Mata habían logrado más de 50 goles.
Perdimos aquella final con Fénix, que tenía un equipazo... Reyes, Urbano, Leivas y varios cracks más.
Luego de la final, Mata se marchó a jugar en Independiente de Argentina, los "rojos" de Avellaneda. El "Pepito" Urruzmendi pasó a Nacional, uno de los históricos del fútbol uruguayo y Rudeber Martínez recibió varias ofertas de equipos de la 1ra. División. Eligió la de Rampla Juniors, porque además de recibir un dinero importante, le ofrecían un trabajo en la Intendencia. Claro está que las cifras de aquellos años no tienen anda que ver con las actuales, pero sí era suficiente para comprar la casa de la calle Marsella y un Renault "Floride" descapotable... toda una maravilla para la época.
Su pasaje por Rampla Jrs. fue fugaz pero alcanzó para que la hinchada lo apodara "La Bordadora" por su forma de llevar el balón sorteando rivales. Realmente bordaba la cancha...
Recuerdo un partido en el Centenario frente al poderoso Peñarol de los "sesenta". Rampla ganó 3 a 2, los dos primeros goles fueron de Ronald Langón y el tercero, fue una pinturita de Rudeber... después de dejar sentada a media defensa, la puso contra el palo... allá abajo donde no llegan los porteros.
Desde su adolescencia, Rudeber estaba de novio con "Lita", quien luego fue la modista del barrio.
Pero la fama y los "nuevos" amigos lo marearon.
Se comentaba que no había "milonga" a la que no asistiese y cualquiera sabe que en todas las milongas hay una "Rubia Margot"...
Así fue que entre los vapores del alcohol y las mieles del éxito, Rudeber dejó plantada a "Lita" por una de aquellas "rubias de New York".
Reducto fue y será por siempre un barrio-barrio. Donde aún hoy, los vecinos sacan sus sillas a la vereda para tomar la "fresca" en verano y conversar mientras comparten un mate o una cerveza.
Se decía que Rudeber había conocido a su nueva "rubia" en un antro nocturno. Había tratado por todos los medios de sacarla de la prostitución y ello le costó mucho...
Le alquiló un piso en el Palacio Salvo aunque él seguía viviendo en la calle Marsella. Al poco tiempo, la "rubia" se fue con otro futbolista mucho más famoso que Rudeber...

Al finalizar el Campeonato de 1ra. División, Rampla Juniors se ubicó en la tercera posición, detrás de Peñarol y Nacional, lo cual lo convertía en el "Campeón de los cuadros chicos", como se decía despectivamente a los equipos menores del fútbol uruguayo.
Fue quizás la última campaña gloriosa de Rampla... Calleros en el arco, Méndez y Trueba, Del Horno, Reyes y Colucci; Franco, Gutiérrez, Langón, Alvarez y Rudeber Martínez.
Rampla recibió entonces una oferta para realizar una gira por Europa, que incluía partidos en España, Grecia e Italia.
Rudeber no alcanzó a terminarla.
El primer encuentro de la gira fue frente al Sevilla. Producto del cansancio por tantas horas de viaje, Rampla jugó metido en su área y Rudeber quedó solo allá adelante. Ganó el Sevilla y por goleada, pero la actuación de Rudeber fue tan brillante que el equipo andaluz le hizo una oferta a Rampla por el pase del delantero.
Rampla aceptó la oferta por lo que Rudeber se quedó en Sevilla.
Lo alojaron en un hotel del centro de la ciudad. En unos tres días, le harían un exámen físico y una revisión médica. Si todo estaba bien, firmarían un contrato.
En aquellos tiempos no había contratistas y se negociaba directamente entre el equipo y el jugador. Se había hablado de cifras que el jugador jamás había soñado ganar en toda su vida.
Acostado en aquella cama mullida del lujoso hotel, soñaba con traerse a su madre de paseo a España, comprarle una casa a su hermana, ayudar a los amigos del barrio...
Pero nada estaba firmado... debía esperar solo tres días para que aquel sueño se hiciera realidad.
Se levantó, se duchó y salió a la calle.
Estaba feliz y se dijo para sí:
-Rudeber... estás en Europa!-
Se sintió importante y se juró que aquella multitud que pasaba a su lado sin mirarlo, en poco tiempo lo adoptarían como uno de sus ídolos.
Buscó un lugar para cenar. Se cuidó, muy a pesar suyo de no tomar una sola gota de alcohol.
Cenó frugalmente y bebió agua mineral.
Le preguntó al camarero acerca de como volver caminando al hotel.
Tomó por la Calle de Alfonso XII y al llegar a la esquina con San Vicente se detuvo. El tráfico era intenso y mientras esperaba el cambio de luz en el semáforo, un coche subió la vereda llevándose por delante todo lo que encontró a su paso... los sueños de Rudeber incluídos. Su pierna izquierda, la que a fuerza de caños y gambetas lo habían llevado a la cima, se rompió en tres partes... el tobillo destrozado.
El Sevilla se encargó de todo... de la operación y de la vuelta de Rudeber a Montevideo. El pase no se haría y peor aún... Rudeber no pudo volver a pisar una cancha de fútbol.
Estuvo a solo 72 horas de tocar el cielo para siempre...
No pudo ser.
De vuelta a Montevideo, solo le aguardaba su trabajo en la Intendencia.
Ya no estaban aquellos "nuevos amigos" ni las "rubias de New York".
Pero había alguien más que lo esperaba.
Bah... siempre lo esperó.
Allí estaba "Lita".
Al poco tiempo se casaron.
Luego les perdí el rastro. Hasta aquella noche en el Sud América, no los había vuelto a ver.
Ahora estaban sentados a mi lado, recuperando fuerzas para volver a sacarle viruta al suelo.
Rudeber pidió un cocktail de frutas sin alcohol para "Lita" y un espinillar con hielo para él.

Cuando arrancaron los primeros acordes de "Melodía de arrabal", volvieron a la pista de baile.
Después de un rato, regresaron a su mesa y recogieron sus abrigos.
Cuando ya se iban, sin pensarlo tomé una servilleta de papel y saqué un boli de mi chaqueta. Lo encaré y con todo respeto le dije:
-Rudeber... me firma un autógrafo?-
Él me miró fijamente a los ojos y fue entonces cuando apareció aquella sonrisa desde el fondo de su alma.
Yo me había mudado del barrio siendo aún un niño, por lo que no me reconoció.
Me preguntó mi nombre para dedicarme su firma y me estrechó fuertemente la mano.
"Lita" me dio un beso y me dijo al oído:
-Gracias...-
Con el tiempo supe que "Lita" murió de un cáncer que la devoró en pocos meses.
Ayer, leyendo el periódico me encontré con un aviso fúnebre de la directiva del Club Colón comunicando su dolor por la muerte de uno de sus hijos predilectos.
Me cuentan que cuando murió "Lita", Rudeber que ya estaba jubilado de la Intendencia, no volvió a salir a la calle.
Rodeado de sus canarios, sus malvones y sus sueños truncados.
Al atardecer se sentaba en su jardín a tomar mate y escuchar Radio Clarín, donde en las horas pares pasan tangos de Gardel.
Rudeber Martínez... puntero izquierdo y tanguero.
Hoy, que el cielo de Montevideo está llenito de estrellas, me pregunto en cual de ellas estarán Rudeber y "Lita"... bailando un tango de mi flor.

(Todos los nombres y los personajes son ficticios, salvo los de Racciatti y Zagñoli)


Actualmente, el Colón Club de Fútbol milita en la 3ra. división uruguaya, luego de estar varios años desafiliado. Este es el Colón 2009.


Agradecimiento especial a Daniel Machado, buen amigo y gran fotógrafo.
Todas las fotos excepto "Colón F.C." pertenecen a Daniel Machado.
www.danielmachado.com.uy

viernes, 4 de diciembre de 2009

Que te abrace el viento... ( A Bea y el Santi)

Solamente una noche en el CTI (UCI) puede ser más triste que un domingo a la noche en un ciber. Tiene la misma tristeza que la sala de embarque de los aeropuertos. Observo a mi alrededor... las miradas fijas en las pantallas, los teclados parecen no poder soportar tanto afecto a través de sus teclas...
Solamente una adolescente que está al fondo del local, parece sonreír.
A mi lado, una mujer de unos 30 años parece hablar en rumano. Está comunicándose con alguien a través del skype o que se yo... Logro ver la cara de dos niñas en su monitor. Me planteo dejar de mirarla. Conozco de sobra ese momento de comunión con nuestros seres queridos y no seré yo... justamente yo, el pelotudo que quiebre ese momento...
Así que bajaré el correo, subiré al blog lo que escribí hace un par de días mientras cocinaba en casa y me voy.
Sí... definitivamente.
Mejor... me voy.


Conversación - Jaime Roos (La Margarita)


a Bea y el Santi.


Trato de acostumbrarme a éste, mi nuevo paisaje.
Desde la terraza se ve el Montgó, el castillo y sobre el mar comienza a salir una luna lunera... Todo está en orden.
El agua hirviendo... el mate recién lavado... dónde puse la yerba? Tantos años acompañado de aquel tarro verde y ahora no se donde carajo puse la yerba... Mañana iré a los chinos a buscar un tarro nuevo.
El Jaime suena en la cocina...

"Qué le gusta más? La típica o la jazz?"

Mientras tanto, trato de acostumbrarme a escribir nuevamente en papel.
Cómo añoro el "copypaste"! Ni yo entiendo mi propia letra.
A mi lado tengo "Marcas y señales" de Enrique Fierro...

"el camino más largo es el más corto
y el único seguro para el primer
asalto si el cangrejo
de mar aumenta su sabiduría."

Al llegar a la página 59 me sorprendo al encontrar un poema de Fierro dedicado a Lisa e Isaac Behar.
Cuántos recuerdos se me vienen a todo galope...
Qué sera de ellos?
Seguirán viviendo en Suecia o habrán pegado la vuelta a Montevideo?

Y así se me pasó el día.
Los primeros violetas se reflejan en la montaña.
Y se iba el día mate, día libro, día montaña, día luna, día mar... día sin abrazos.
Fue entonces cuando llegó un viento Sur, un viento amigo, un viento compañero.
La puta... qué lindo es que te abrace el viento.