Dejar de vivir la vida de los demás.
Aprender a vivir la de uno mismo.
-Hacele caso a la noche- escribí en aquel boleto de metro.
Me vacié. Di todo lo que pude dar. Hasta lo que no sabía, lo
di.
Hoy regreso solo al camino.
Nada fue en vano.
Nada lo será.
Porque hoy vuelvo a sentir que la noche me pertenece
y que esta rebeldía/ sigue siendo mi mejor acto de
inmadurez.
G.T. (en una noche rodeado de la nada, aquí... en la sierra
y luchando/soñando con regresar a vivir en Madrid.)
(La foto es sobre un poema de Neorrabioso, a quien siempre
le estaré agradecido por gritar/vomitar/amar sobre las paredes de Madrid.)
3 comentarios:
me han encantado sus letras, tan simples, tan genuinas, que además expresan un deseo ya cumplido.
Y que me lo digas vos, querida Rochies, es mucho. Bien sabés mi respecto y mi admiración hacia vos. Y como siempre, gracias.
Lo bueno de quedar vacío es que sólo queda espacio por llenar...
Esperanzador, a pesar de todo esperanzador...
abrazo
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