martes, 16 de febrero de 2010

Julio y Conchi... cuando nombrar alcanza.

Foto robada: tomada por Conchi
"Qué hacés Julito?
Seguís jodiendo con la guitarrita?"


Estoy en Dénia nuevamente. Abro la puerta de casa y justamente siento eso... estoy en casa.
Llegué de madrugada y mientras caminaba desde la estación hasta mi casa, una llovizna tenaz me acompañaba. Fueron 4 días en Madrid y no me puedo quejar.
Encontré una habitación para vivir durante los próximos meses, conocí gente, caminé por sus calles, brindé con un Tannat Don Pascual, me conmoví con las canciones de Julio García, desacomodé la vida de Amelie, vi en el Libertad 8 a Laura Granados y acá estoy nuevamente en Dénia... tratando de vivir al mango estos casi 20 días que me quedan aquí. El ciclo se cierra... 6 años y medio. Parece increíble pero me voy...
Uno sabe que a veces hay que disparar al cielo y tal vez pueda caer una paloma... pero solo tal vez.
A esta altura de mi vida ya no me creo ciertas cosas. Me costó y mucho entender que solo depende de uno mismo. Y claro que jode... pero es tan cierto.
Pero no por eso dejo de pensar en que o nos salvamos todos juntos o nos hacemos pelota...
Cuando trabajaba en el periódico en Atlanta, cada vez que un mejicano decía... -Hay que traer a Juan- yo me quedaba maravillado. Había que ayudar a un paisano a cruzar la frontera... el desierto. Y allá iban todos los mejicanos... 10, 20, 100 dólares. No importaba... había que traer a uno de los suyos y no había más preguntas. Pagar hotel en la frontera, pollero, coyote y luego transporte desde la frontera hasta Atlanta. Mañana, uno de ellos también necesitaría la ayuda de los demás...
El día que a un compañero uruguayo lo detuvo una patrulla y lo metieron en el calabozo por tener una licencia de conducir falsa, había que pagar 2.500 dólares de fianza para lo liberaran. Además, había que sacarlo cuanto antes porque corría el peligro de que lo deportasen. El "Tío" Milton se encargó de la colecta. Pobre Milton... terminó poniendo más de 2.000 dólares.
Es cierto que las urgencias de uno no tienen por que coincidir con la de los demás.
También es cierto que aún conservo muchos correos que me envió gente que aún vive en Madrid... uruguayos, argentinos, españoles...
yo sabía que estas cosas suceden. Así y todo, hasta diría que me divirtió escribir el post anterior.
Por suerte y no tanto por suerte, tengo amigos en Madrid. Pocos pero amigos.
Por eso, como decía Idea Vilariño:
"Inútil decir más,
nombrar alcanza."
Entonces nombro... Conchi y Julio...
Eternamente, gracias!

5 comentarios:

Elizabeth dijo...

Hola Gato!Te cuento que en setiembre pienso viajar a Europa
(mi primer cruce del Atlántico)y la idea es pasar unos días en Madrid y otros en Barcelona, después sigo a Polonia. Espero tener la oportunidad de conocerte personalmente.
Cariños del paisito.

Anónimo dijo...

Gato, soy una lectora anónima de tu blog. Te leo desde hace meses, en silencio.
Es una de las pocas veces que he podido percibir tristeza en tus palabras.
No te entristezcas, por favor.
Quiero enviarte desde aquí la calidez de quienes te seguimos incondicionalmente, aunque no te conozcamos ni podamos ayudar.

el gato utópico dijo...

Elizabeth:
Madrid, Barcelona y luego... Polonia?
Mirá vos la Eli... será una alegría recibirte en Madrid.

Anónimo:
Bo... yo últimamente no contesto los comentarios y que cada uno ponga lo que quiera, menos aún los anónimos. Pero estás seguro/a que esta es una de las pocas veces que has percibido tristeza?
De todas formas, gracias por estar y por la calidez.

Anónimo dijo...

Sí, Gato. Tristeza claro que ya había habido antes, pero siempre teñida de esperanza y/o humor.
Me gusta leer en silencio, pero tu post era triste a secas y por eso he querido saludarte.

Ánimo... por cierto, me encanta leerte y muchas gracias por responderme.

amelie dijo...

Amigo, eso de "desacomodé la vida de Amelie" suena muy mal y, teniendo en cuenta la cantidad de cosas lindas que pudimos compartir esos días (especialmente ese descubrimiento "juliesco" gracias gracias gracias), no sé si es muy cierto.

Desde ya te digo que fue un placer colaborar -de alguna forma modesta, no sé a qué tanto protagonismo, amigo- en ese nuevo sueño que te encamina a Madrid. Seguro que todo irá bien.

Te mando un beso grande y un abrazo virtual a la espera de que llegues pronto al barrio