domingo, 25 de marzo de 2012

24 de Marzo... Qué vivan los Compañeros y Compañeras!

(foto: Agencia Télam) 

"30.000 Compañeros detenidos desaparecidos... Presentes!
Ayer, mañana y siempre!"

Con esa consigna, las Madres de Plaza de Mayo acaban de cerrar el acto multitudinario en recordación de aquel 24 de marzo maldito.
En esta fecha y en el marco del "Plan Cóndor", Argentina se sumaba a la lista de países latinoamericanos en los que a la CIA y a las oligarquías criollas, no les tembló el pulso cuando se trató de imponer el terrorismo de estado.
En 1973 habían caído las democracias de Uruguay, Chile y Bolivia.
Las dictadura paraguaya y brasileña ya hacían años que gobernaban a sangre y fuego.

El 24 de marzo de 1976, la junta militar de los asesinos Videla, Massera y Agosti, "oficializaban" lo que ya venía sucediendo bajo el gobierno peronista de Isabel Martínez y López Rega.
Hay que recordar que muchos de los compañeros y compañeras ya habían sido asesinados o desaparecidos bajo el gobierno de Isabel Martínez de Perón.

Hoy en Uruguay, es la propia tierra quien sigue rescatando del olvido los huesitos de los compañeros.
Cerca del cuerpo del maestro Julio César Castro, acaba de aparecer el cuerpo de otro compañero.
Mientras tanto, la derecha rancia sigue tratando de querer imponer la teoría de "los dos demonios".
Pero no vaya usted a creer que es invento de estos tristes políticos uruguayos! 
No los sobrevalore tanto... es otra pata más de la misma mesa. 
Perpretado quien sabe por quién, ésta teoría hace ya años que vienen tratando de imponerla. 
En Argentina también se intentó llevar adelante. Basta recordar el repentino ataque de sinceridad de aquel triste personaje llamado "Coronel Scilingo", en una especie de juego macabro de reconocer "que tal vez se nos fue la mano, pero es que enfrente teníamos un enemigo armado", refiriéndose a los Montoneros, grupo que al igual que sucedió con los Tupamaros en Uruguay, ya habían sido derrotados militarmente cuando se produjeron los golpes de estado, tanto en Uruguay como en Argentina.

Las dictaduras militares tenían que cumplir con el mandado que el Pentágono y la CIA les habían impuesto, que no era otra cosa que imponer a sangre y fuego el proyecto neo-liberal y para eso, necesitaban descabezar a los movimientos populares y a toda organización que los representara. Llámense sindicatos, partidos políticos y hasta simples organizaciones barriales de vecinos.

Esta semana fue el turno de los ex-presidentes uruguayos Lacalle y Sanguinetti, quienes se empeñan en repetir una y otra vez la misma mentira, tratando de que por reiterada, la mentira se transforme en verdad.
Justo ellos, máximos exponentes de una clase social y política que se encargó primero de legislar en favor de la impunidad y luego, de mantenerla a rajatabla.
No les importó el pedido de las madres y familiares de las víctimas.
Había que defender a sus gerentes, a los que ellos mismos fueron a buscar a los cuarteles para llevar adelante su plan económico.
O acaso alguien piensa que los militares son los únicos responsables?
Ellos fueron los ejecutores de la barbarie pero los verdaderos ideólogos son los Kissinger, los McNamara, la "Escuela Militar de las Américas" con sede en los EE.UU., el Pentágono, la CIA, el capital financiero internacional y las oligarquías criollas. Basta recordar quien integraba por aquellos años el directorio de la Cámara de Industrias y de la Asociación Rural y ahí aparecerán los verdaderos culpables.
Los Mailhos, Aznárez, Blanco, Strauch, Peirano Faccio, Bordaberry, Gallinal... y en el caso de Argentina los Burnge & Born, Martínez de Hoz, Pérez Companc, Lacroze de Fortabat... algún día ellos también deberán ser enjuiciados por ser los ideólogos del terrorismo desatado durante las dictaduras militares en Latinoamérica.

Vaya el recuerdo hoy para todos los compañeros y compañeras secuestrados, detenidos, torturados, asesinados y para los que aún continúan desaparecidos.
Y como decía recién una madre argentina...
30.000 Compañeros detenidos desaparecidos...
Presentes!
Ayer, mañana y siempre!

Qué vivan los Compañeros y Compañeras, siempre!

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