viernes, 7 de marzo de 2014

Leopoldo María Panero.


"Yo, que todo lo prostituí
aún puedo prostituir mi muerte
y hacer de mi cadáver
mi último poema."
Leopoldo María Panero.-


No estaba loco.
Fue el más cuerdo de todos nosotros.
No tenía a nadie.
Nunco tuvo a nadie.
Ahora no saben si incinerarlo, enterrarlo o qué mierda hacer con él.
Porque no hay nadie, no hay quien pueda decidirlo.
Anoche pensaba, mientras nos ametrallaba con palabras de fragmentación, que hay tanto escritor, tanto poeta, tanto intelectual al pedo... que darían años de su vida por ser considerados la mitad de lo subversivo y transgresor que fue Leopoldo María Panero. Y él, sin proponérselo, tan solo mirando a una cámara o a un punto fijo en la nada, con la naturalidad y la impunidad que sólo te da la locura, te destruía todos los padrenuestros que aprendimos de niños, te cuestionaba hasta el amor que sentías por tu madre.
Si llegara a existir el paraíso, seguramente en dos o tres días lo tendremos de nuevo por estas tierras. Porque seguramente el que manda, le daría la vida eterna para que no joda porque mirá si en una de esas charlas, Leopoldo María Panero le descerraja dos o tres versos y lo vuelve ateo.
Ahora ya es cuerpo inerte.
Ahora aparecerán los de siempre, el eterno coro políticamente correcto (son los mismos a los que si en vida les llegás a pedir un euro, son capaces de convertirse en sordos) diciendo que su obra lo sobrevivirá. Subiendo su foto en facebook y diciendo “hasta siempre Maestro, qué grande fuiste.”...
Igual que lo estoy haciendo yo en este mismo instante.
Pero a mí, la muerte me jode.
No la de todos pero sí la de gente como Leopoldo.
Porque no estaba loco.
Porque no tenía a nadie.
Porque nunca tuvo a nadie.

2 comentarios:

estrella dijo...

efectivamente, no era locura, era soledad.

el gato utópico dijo...

Eso mismo Estrella... "es la vida mi pequeña sombra, like a rolling'stone."