martes, 25 de septiembre de 2007

Rosario Castellanos.



Cierta vez le preguntaron a Rosario Castellanos...
"Y usted, por qué escribe?" Entonces esa flor de mujer, escritora y chiapaneca le descerrajó...
"Escribo porque yo, un día adolescente, me incliné ante el espejo y no había nadie... Se da cuenta? El vacío... Y junto a mí los otros chorreaban importancia..."
Menos mal que por un asunto meramente temporal, ese día yo no estaba a su lado. Sino, le pido matrimonio ahí mismo, sin miramiento alguno...

Nostalgia

Ahora estoy de regreso.
Llevé lo que la ola,
para romperse, lleva
sal, espuma y estruendo...
y toqué con mis manos
una criatura viva;
el silencio.
Heme aquí suspirando
como el que ama y se acuerda y está lejos.

Destino

Matamos lo que amamos.
Lo demás no ha estado vivo nunca.

Ninguno está tan cerca.
A ningún otro hiere un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos.
¡Que cese ya esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante para los dos.
Y no basta la tierra para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.
Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.
El ciervo bebe el agua y la imagen.
Se vuelve—antes que lo devoren— (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos.

Elegía

La cordillera, el aire de la altura
que bate poderoso como el ala de un águila,
la atmósfera difícil de una estrella caída,
de una piedra celeste ya enfriada.

Esta, ésta es mi patria.

Rota, yace a mis pies la estera que tejieron
entrelazando hilos de paciencia y de magia.
O voy pisando templos destruidos
o estelas en el polvo sepultadas.

He aquí el terraplén para la danza.

¿Quién dirá los silencios de mis muertos?
¿Quién llorará la ruina de mi casa?
Entre la soledad una flauta de hueso
derramando una música triste y aguda y áspera.

No hay otra palabra.

****
Rosario Castellanos nació en Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, y murió en un trágico accidente en Tel Aviv, Israel, el 7 de agosto de 1974, donde había sido designada como embajadora de México. Su infancia transcurrió en Comitán, estado de Chiapas, la tierra de sus mayores. Luego estudió en UNAM, donde se graduó de maestra en filosofía. Fue promotora de cultura en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas. Trabajó en el Centro Coordinador del Instituto Indigenista de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas; en el Indigenista de México, de 1958 a 1961, fue redactora de textos escolares. Catedrática de Literatura comparada, novela contemporánea y seminario de crítica en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.Ejerció también como periodista, publicando asiduamente en el periódico Excelsior. (Datos extraídos de Diccionario de escritores mexicanos, Tomo I, UNAM, México, 1988).

9 comentarios:

vivian dijo...

Con que ansiedad abro este blog!
Con qué satisfacción me encuentro "como en casa", porque siento que el alma se me ensancha en cada acercamiento
Gracias por presentarme a Rosario Castellanos.- Qué pena que a veces matemos lo que amamos, aunque con los años vamos aprendiendo...Y como
dijo Rosario, escribimos porque
sentimos el vacío...pero a veces
el espacio se llena de vivencias,
y damos nuevamente las gracias.

el gato utópico dijo...

Vivian:
Que el alma se ensancha en cada acercamiento... que el alma se ensancha. Esa me la quedo...
Una pregunta... te parece que con los años vamos aprendiendo a querer?
O como canta Chavela Vargas,

"Nada me han enseñado los años
Siempre caigo en los mismo errores
Otra vez a brindar con extraños
Y a llorar por los mismos dolores"...

Yo no tengo ni idea, por eso pregunto... solo por eso.

vivian dijo...

Y bueh!!!!tengo algun añito más que vos, y mucho no me han enseñado. Siempre brindo con extraños, aunque no lloro mucho por mis dolores.
La internet ha resultado un buen
remedio para no inclinarme ante
el espejo y verme sola.
Así que... TOMATE ESTA BOTELLA
CONMIGO y EN EL ULTIMO TRAGO NOS
VAMOS.

Maria Ines dijo...

Gato!!!!!
Qué poetiza fantástica has traido a tu casa hoy...
Me voy con una sensación agridulce porque no hay palabra más devastadoras, más desoladoras, más arrebatadoras que las palabras de una mujer con una mirada transparente de la vida....

ella dijo...

Se te extraña Gato,
uno se acostumbra,
se encariña.
También somos gatos
maullando a la luna,
soñando utopías,
o por lo menos esperando
que nos hablen
de quienes las tuvieron,
o aun las tienen.
Te saludo de este lado
del océano,
del camino, o de la
computadora.

Elena dijo...

Gabriel: leí las palabras preliminares no como parte del espectro anecdótico de Rosario, sino como el anuncio de la mujer grande, desinhibida, volcánica, que se encuentra en su poesía, y, por lo que parece, en cada acto de su vida.
Hasta en esos detalles hay radical poesía. Me hubiera provocado temor ver los ojos de estas mujeres donde también, asumo, madura el aleph.
Un abrazo, y gracias por compartir con nosotros esta belleza.
Elena.

el gato utópico dijo...

A todas, gracias por los comentarios. Y digo a todas... solo mujeres hablando sobre mujeres. No es extraño, aunque no dejo de entenderlo. De nuevo, gracias por los comentarios.

femmeicthys dijo...

rosario castellanos simpre fue una mujer peculiar... de lo mejor que ha dado México.A veces escribir se vuelve una necesidad, y no hay otro oficio tan encabronadamente dificil.
Te gusta Bukowsky y Castellanos, la musica de Zitarrosa. A fe mia que tienes buen gusto.
saludos desde Mexico.

femmeicthys dijo...
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