“Me enrosco en tus ancas fuertes y en tus ternuras, mi negra
me gusta vivir la vida entregándome a la suerte
pa’ no tener tanto miedo cuando me abrace la muerte
Será porque tengo el cuerpo llenito de madrugadas
que busco una muerte viva, jamás una muerte mansa
o sera que nos eligen estos barullos del alma.” (José Carbajal)
Temprano, mientras tomábamos mate, Adriana me recordó que hoy cumplía años mi cuñado Fernando. No se si 34 ó 35... no importa.
El Nando fue un buen tipo.
Laburante como el que más. Vivió para su compañera y sus hijos.
Como buen obrero de la construcción, su vida estuvo siempre signada por el sacrificio y la lucha diaria para traer a casa un plato de comida. Y en los ratos libres... meta cargar bloques para levantar su casita allá en Suárez.
Emocionaba ver como levantaba cada pared... y te explicaba -Este va a ser el cuarto de los nenes y acá va el comedor...-
Una vez, hicimos un asado en medio de la obra. Mientras el Nando encendía el fuego, el Sabalero sonaba bajito...
-Qué bien cuenta las cosas el tipo éste- me dijo.
Ese día lo recuerdo sonriente... feliz, abrasándose a sus hijos.
Es cierto... pudo terminar la casa, pero no pudo disfrutarla.
Un día, hace hoy dos años de esto... justo el mismo día de su cumpleaños... ocurrió lo peor.
me gusta vivir la vida entregándome a la suerte
pa’ no tener tanto miedo cuando me abrace la muerte
Será porque tengo el cuerpo llenito de madrugadas
que busco una muerte viva, jamás una muerte mansa
o sera que nos eligen estos barullos del alma.” (José Carbajal)
Temprano, mientras tomábamos mate, Adriana me recordó que hoy cumplía años mi cuñado Fernando. No se si 34 ó 35... no importa.
El Nando fue un buen tipo.
Laburante como el que más. Vivió para su compañera y sus hijos.
Como buen obrero de la construcción, su vida estuvo siempre signada por el sacrificio y la lucha diaria para traer a casa un plato de comida. Y en los ratos libres... meta cargar bloques para levantar su casita allá en Suárez.
Emocionaba ver como levantaba cada pared... y te explicaba -Este va a ser el cuarto de los nenes y acá va el comedor...-
Una vez, hicimos un asado en medio de la obra. Mientras el Nando encendía el fuego, el Sabalero sonaba bajito...
-Qué bien cuenta las cosas el tipo éste- me dijo.
Ese día lo recuerdo sonriente... feliz, abrasándose a sus hijos.
Es cierto... pudo terminar la casa, pero no pudo disfrutarla.
Un día, hace hoy dos años de esto... justo el mismo día de su cumpleaños... ocurrió lo peor.
En una obra que estaban realizando en un frigorífico de Las Piedras, una pared enorme cayó sobre la grúa que manejaba Fernando...
Allí quedaron él y sus sueños... sepultados para siempre.
La Muerte – José Carbajal “El Sabalero”
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Allí quedaron él y sus sueños... sepultados para siempre.
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3 comentarios:
Como siempre mi amigo GATO, compartiendo sus vivencias....y para lo que necesite va mi afecto.
Un abrazo para vos en este día tan especial...
Coincidencia, justo ayer ví una entrevista que le hacían a El Sabalero en la que contaba el origen de su canción La Muerte...
casandra:
Gracias por estar. Le tomo lo del afecto...
dosto:
Gracias a vos también por estar siempre. Recién vengo de tu blog. Un beso grande.
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