jueves, 2 de noviembre de 2006

Carta íntima a Montevideo (Joan Manuel Serrat)

Querida Montevideo:

Ayer hablé por teléfono con Galeano y me contó que el tiempo está muy inestable por ahi. El invierno empieza a mostrar su cara de palo y los plátanos de sombra ya están arreglando sus cosas antes de echarse a dormir. Cuando nos vimos las caras por primera vez, Montevideo, verdeabas por los cuatros puntos cardinales y las muchachas se desparramaban adormiladas en los pastos del Parque Rodó, robándole el brillo al sol del mediodía para llevárselo puesto. Era noviembre de 1969. Aquel año fue el primero de mi vida que tuvo dos primaveras.
Viajé desde Buenos Aires con Edmundo Rivero, el de las manos como capazos y la voz de trueno; con él compartía cartel en el Parador del Cerro. Vine por un par de días, con urgencias, como siempre, y, nada mas llegar, después de atender un par de periodistas, tan convencidos como yo de lo efímero del éxito, en especial el mío, salí del hotel con la intención de bajar al puerto a cumplir con una antigua promesa: encontrar la sombra perdida del Graf Spee. De niños, el Tito y yo, conmovidos por el heroísmo de aquellos marineros, rubios como la cerveza, que hacían de buenos en la película, nos juramentamos, al salir del cine, que, en cuanto fuésemos mayores, iríamos a Montevideo a echarles una mano a aquellos desventurados tipos, aunque fuesen alemanes; así que, aprovechando la ocasión, aun a sabiendas de que era demasiado tarde para hacer nada por ellos, eche a andar con moderado entusiasmo al encuentro de mis fantasmas infantiles. De cualquier modo, aunque no sacase nada en claro del Graf Spee, siempre me quedaba el Tito quien, en nuestra anual conversación en el Bar Juanito, escucharía generoso el relato ampliado y aderezado de este rescate de recuerdos.
Pero tu querías llamar mi atención con otras cosas, Montevideo.
Querías que te viera, que me fijara en ti, que me dejara de pavadas de Graf Speeses y marineritos heroicos y que me enredase en tus redes. Por eso abriste para mi la cajita de los asombros y, justo al salir del hotel, aprovechando mi torpeza habitual, me hiciste pisar una bosta de caballo. En plena Plaza Independencia. En 1969. Una rotunda bosta de caballo en la puerta del Hotel Victoria Plaza, antes de Moon. Yo, que había salido a buscar perfumes de niñez me di de morros con ella. Que admirable y que insólito se veía en el asfalto aquel trofeo verde y oro. No por el hecho en si, claro, no por el lugar elegido por el animal para cagar, sino porque aun rondas en caballos por el centro. Aquella bosta le dio una vuelta de tuerca al destino. Me devolvió a los cuarteles de invierno de los años idos. Encendió mi curiosidad empujándome a buscar debajo de tu vestido. Me llamaste y yo atendi y me deje llevar. Olvide el asunto del Graf Spee y a Tito. Olvide el programa previsto. Incluso olvide una visita concertada al Estadio Centenario -por cuyas tripas, si uno le pone atención, al atardecer, se escucha el tintineo metálico de los tacos- y camine a donde quisieron llevarme mis zapatos. Como un gurí por la murga, me dejé llevar por calles engalanadas de forchelas; calles en las que aun estaba caliente el recuerdo de Xirgú y donde los diarios voceaban nombres desconocidos que iban a tardar poco en serme cotidianos; calles que aguardaban todo el año la vuelta del Carnaval, agotadas sus existencias de longanizas para atar perros ; veredas por las que los hinchas de Nacional caminaban agrandados con títulos libertadores e intercontinentales bajo el brazo como quien se exhibe con el termo para cocer el mate de la gloria. El termo. ¿Quien dijo termo...? El termo y el hombre. El termo y la cancha. El termo y Dios. Que insólito espectáculo, querida, para unos ojos profanos, contemplar a unos ciudadanos comunes, en su mayoría tipos respetables, yendo y viniendo de sus quehaceres cotidianos con ese artefacto que uno cree reservado a situaciones de emergencia, con la mayor de las naturalidades, enganchados a el como un yanqui a la heroína. Aun reconociendo el aporte tecnológico que el termo representa para la cultura de la yerba (mate), no deja de ser chocante para unos ojos profanos, repito.
Aquel día, camine tus calles como nunca he vuelto a caminarlas mientras tu, Montevideo, hacías todo lo posible por deslumbrarme. Unas veces de frente y otras por sorpresa. Me llevaste a comer achuras al Mercado del Puerto, nos tumbamos en la tarde de Pocitos y juntos amanecimos en el Cerro. Me trajiste a Alfredo y a Daniel y al loco del Sabalero y a la dulce Vera y yo te llevé conmigo al Este, a comernos las noches con Nana, con Manolo, con la Camerata. Me gustaste desde el primer momento, Montevideo, pero fue mas tarde cuando me enamoré de ti. Fue cuando te exiliaron y te viniste a mi casa con lo puesto. Ahí, mirada triste, sueños torcidos, carnes torturadas; ahí te conocí, Montevideo; ahí te sentí como algo mío, y ahí nos juramos amor eterno.

Joan Manuel Serrat.-
Revista MonteVIdEO Ciudad Abierta Nro. 15
I.M.M. - Setiembre 1999

Una mujer desnuda y en lo oscuro (Mario Benedetti - J. M. Serrat)

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13 comentarios:

Noelia dijo...

Estoy con insomnio y de casualidad probe entrar en el tu blog y se pudo...este post realmente me hizo emocionar, tantos maestros juntos Serrat, Galeano y Benedetti. Quien pudiera ver cara a cara una vez a esa gente, quien pudiera recibir una carta como esa...

Espero que pueda volver a entrar, ya sabes si no te visito no es porque no quiera sino porque la internete no me deja.

besos con insomnio.

Gaby dijo...

Qué lindo es escuchar o leer al Nano cuando habla de los lugares que queremos.Me pasó eso, el año pasado cuando fui a escucharlo, en ese espectáculo donde Serrat se mostraba íntimo con su guitarra y su pianista. La generosidad de este hombre, su sentido común, su sensibilidad, su carisma, su sencillez son características que se encuentran poco en una sola persona.
Y bueh, soy un tanto fanática y no puedo ni quiero disimularlo.
Qué lindo post!!!
Besazoos a todos por allí

el gato utópico dijo...

Maga:
Me alegraste el día! Estuve consultando en varios foros y todos coincidían en que el problema podría ser que vos tuvieras una versión antigua del IExplorer, pero que me importa... Lo que si me importa es poder compartir contigo estas cosas que a uno se le ocurren en estas noches también de insomnio. La verdad que estaría bueno poder compartir un asado con gente como el Nano, Don Mario y Galeano... no estaría nada mal. Te mando un beso grandote!

Gaby: Gracias por los piropos! Así que fuiste a ver al Nano en "Intimo"... dicen que estuvo buenísimo. Acá en España dicen que con ese espectáculo se había recuperado al más auténtico de los Serrat posible. Tengo una grabación de una entrevista que le realizó Zitarrosa cuando el Nano visitaba por primera vez Montevideo que me gustaría compartirla, es un documento impresionante. Bueno señora, que le mando un beso grandote!

MAR dijo...

Yo amo a Serrat, cuando viene a Chile no me lo pierdo,
me gusta el, me gusta como canta, me gustan las letras,
me gusta todo, y lo prefiero en català porque mi madre es catalana,
entonces me trae recuerdos de infancia, de juventud y de casi vejez
que ya me alcanza, jaja,
Bueno muchos cariños para ti y a disfrutar
de el.
Cariños,
Mar

Dosto dijo...

Muy bueno don Gato!!! Que lindo leer a Serrat, cómo grafica como ninguno la vida cotidiana. Genial.
Un acierto el suyo!!! Besotes.

el gato utópico dijo...

Mar:
Así que tenés raíces catalanas! Ya entiendo un poco más de tu amor por Serrat. Te gustó el último disco que está cantado totalmente en catalá? Yo, viviendo en Denia no tuve más remedio que aprender a hablar valenciano, una lengua que es prima hermana del catalán. Así que también entiendo bastante, ahora... hablar... como que me cuesta un poco. Un beso grande!

Dosto:
Gracias por los piropos! Me alegra mucho cuando gente sensible como vos visita el blog. Y si... es lindo leer a Serrat, como no... Un beso grandote!

MAR dijo...

Al gat s'en và a durmí
besos para ti,
mar

Anónimo dijo...

Yo no se como voy a hacer para desenamorarme de este hombre. Porque ya no creo que se vaya a fijar en mi. Me inspira tanta dulzura que no me gusta escuchar ninguna canción de el cantada por otro. Para colmo está presentando su vino. No le falta nada! Es perfecto. Ya me estoy imaginando un momento sublime: Tomar una copa de su vino escuchando Para la libertad. Quizás lo haga como ritual para recibir el 2007. Si, ya lo decidí, lo voy a hacer. Y no sabía que conocía tan bien Montevideo y sus personajes, fue otra sorpresa. Gracias. Muchos besos

el gato utópico dijo...

Mar:
esta nit de plutja, el gat va a dormir-se en pau. Un bes molt gran per tu y la teua mare. Amunt Valencia y Bizca Catalunya!

Ceci:
Tenés razón, el Nano también tiene bodega... El otro día vi un anuncio de sus vinos y son un poquito caros de más... Y bueno, nadie es perfecto... ni siquiera Serrat! Muchos besos para Atlanta!

Anónimo dijo...

Que hermoso es leerlo!!!
y oirlo y respirarlo....
Lo amo,que lindo tu blog, me guardo la dire para leer mas despues,me senti como en mi casa
Besos Gabriela

www.serrat.tk

el gato utópico dijo...

gabriela:
Gracias y bienvenida a El Gato! Vení cuando quieras, estás en tu casa. Recién dejé un mensaje en tu muro... Besos y te espero!

WILHEMINA QUEEN dijo...

Me llegó a través de Mía al mi correo y la verdad me da mucha alegría que me la haya enviado.
Tienes un blog precioso y pues, regresaré.

Mil besos,
Verónica

Anónimo dijo...
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