La vida me ha dado amigos que precisamente por eso, porque son amigos, saben que yo no soy de los que te llaman todos los días para ver como andás, pero saben que cuando me necesitan... estoy. Los mismo sucede con ellos. Con mi amigo Carlos Vidal me pasó un día que estando en Atlanta se me ocurrió llamarlo por teléfono. Comienza a sonar, me enciendo un cigarrillo aprontándome a una larga charla para ponernos al día de todo. No habíamos podido despedirnos personalmente, porque por esa época Carlos estaba viajando mucho al sur argentino. Había realizado conciertos en Gral. Roca, provincia de Río Negro y en otros lugares que no recuerdo. De pronto... “el número que usted ha seleccionado no es correcto o ha sido dado de baja.. .” Cómo que no es correcto? Al cuarto intento me di por vencido... Enseguida comencé a llamar a otros amigos y la respuesta era siempre la misma. “Nooo, a Carlitos hace una banda que no lo veo. Lo último que supe es que se mudó.” Yo meta buscar en el google para ver si aparecía alguna información, algún nuevo concierto, pero nada.
Así pasaron 5 largos años sin noticias de Carlitos. Hace unos 6 meses atrás, cruzando mails con Liliana Herrero, me comenta que estaba por sacar un CD doble, uno dedicado al Río Paraná con temas de compositores argentinos y el otro, llamado Uruguay, donde interpretaba canciones uruguayas. Me cuenta que estaba actuando bastante seguido en Uruguay, justamente se iba a Montevideo a presentar su nuevo trabajo en pocos días. Le pregunté si no había conocido a Carlos Vidal, ya que estaba conectando con tantos músicos uruguayos. En eso se me ocurrió preguntarle con que músicos uruguayos había grabado el CD y cuando me nombra al Hugo Fatorusso (esperen que me pongo de pie, el Hugo es un monstruo musicalmente hablando... es una especie de gurú) zas... el Hugo tiene que saber algo de Carlitos... Liliana queda en contarle a Fatorusso para ver que se podía hacer. A los pocos días, recibo un mail del Hugo “... Gabriel, que hacés loco!!! Te paso el teléfono de Carlitos, y de paso decile que me llame, está totalmente perdido...”
Así que Liliana, si estás leyendo esto, aunque ya te lo dije, tanto vos como el Hugo tienen la mayor virtud que ningún artista debe perder, la humildad de los grandes y ustedes dos... si serán grandes... Bueno, al final pude hablar con Carlos y la emoción fue compartida. Me contó sobre sus últimos años... difíciles años. Le conté de los míos. Fue como volver a compartir aquellas lejanas madrugadas en Malvín.
Con Carlos nos conocimos allá por 1978 en un asado en la casa del Gago. De pronto Carlitos agarró la guitarra y me dice: “... bo, vamos hasta la playa a tocar un rato?” Allá nos fuimos, botella de tinto, guitarra y mi flauta Hofner nuevita. Yo nunca había tocado un carajo de nada, pero había ido y me había comprado la flauta... que joder. Ahí comprobé que estaba frente a un músico increíble. Me contó que tocaba 14 horas diarias!!! Te pasaba de Bach a Paco de Lucía sin darte cuenta. Tocó Adiós Nonino y me mostró una canción que había escrito hacía pocos días pero que le faltaba el final. Lo escribimos juntos pero el papelito aquel, quedó tirado en la arena junto a la botella vacía... Después de ese día, a medida que nos íbamos conociendo nos hicimos amigos. Dejó de tocar 14 hs. y bajó a la tierra. Cada tanto, a Carlitos se le da por bajar. Pasó el tiempo, me casé y me mudé para Villa Biarritz. Por esa época nos separamos un poco, hasta que yo me separé del todo. Divorcio. Me alquilo con El Vampiro y el Pope un apartamento en Almería y Yacó en pleno Malvín... de vuelta al barrio!. Ese apartamento fue mágico. Llegamos a tener épocas de tres días seguidos de mate, truco y cantarola... te acordás Flaco? Para mejor, Pope tocaba las tumbadoras... y al primer ensayo... lío con los vecinos. El apartamento estaba en planta baja, o sea que subía todo el sonido... todito en contra. Pero nos ganamos a la presidenta del edificio. Esa noche, cociné unos agnolottis caseros con salsa de queso y la invitamos a cenar. Vino con la nieta, una preciosa criatura de 20 años... y yo recién divorciado!!! Las invitamos con abundante vino y como quien no quiere la cosa, Carlitos agarró la guitarra y el Pope lo acompañó con las tumbadoras. Calculo que eran las 11 de la noche, pero la Señora estaba encantada. “Ay que linda música! Ustedes no se preocupen que yo mañana hablo con los demás y arreglo todo. Además a este edificio le hacía falta un poco de vida, somos todos viejos... Ustedes no serán comunistas, no?” Noooo dijimos todos en coro... que vamos a ser, nada que ver. Por ese apartamento, durante los cinco años que vivimos allí, pasaron gente como el Dino, el Chiche Cabral, el Negro Yamandú Pérez... Estos tres músicos, habían sido tres baluartes de toda la movida del rock uruguayo de los 60. Unos personajes!!! Cada tanto también venía Carlitos Da Silveira de “Los que iban cantando”, el Hugo Jasa... pah... cuantos recuerdos... Durante esos 5 años, nacían nuevas parejas que obviamente luego se rompían, y de nuevo a empezar. El Flaco nos traía una novia nueva cada tanto. Primero la teníamos que aprobar, sino le hacíamos la vida imposible. Lo mismo me pasaba a mi o al Pope, a Carlitos y al Vampiro. Fue en ese mismo apartamento, donde nacieron muchas canciones de Carlos Vidal. Vivíamos un momento de efervescencia popular increíble. Estábamos saliendo de la dictadura y el movimiento de la música popular uruguaya era riquísimo. Por esos años, vendían más discos Darnauchans, Los Zucará ó Pareceres que cualquier “super-star” impuesto por las multinacionales. El Dino metía 10.000 personas en el Palacio Peñarol como si nada. En cada esquina de Montevideo había un boliche para actuar. Yo trataba de bajar a Carlitos a tierra, hacerle entender que ese era también “su” momento... Pero el tipo andaba en otra... En eso, se parecía y mucho a Eduardo Mateo. Discutíamos acerca de las letras. De la música, nunca me atreví a decirle nada. Uno de los temas más difundidos de Carlos es “A veces”. Fue su mayor éxito hasta ahora, sin ninguna duda. Y lo convencí a Carlitos, tanto que hasta cambió una parte de la letra, ahora dice “...dejar que madure sin adivinanzas, el plan de finanzas de nuestra familia...” Aclaro que por esa época, yo era secretario político de un círculo de la Juventud. Y Carlitos siguió creciendo. Empezó a tocar con grandes artistas. La Tana Rinaldi por aquel entonces actuaba en Montevideo, su guitarrista tuvo un percance en la mano derecha. Estaban por cancelar el concierto. Pero alguien se acordó de Carlitos. Allá fue el tipo... Tenía dos días para prepararse. Pidió las partituras y meta ensayar con la Tana. Cuando terminó el espectáculo, todos los demás músicos se pusieron de pie para homenajear a Carlitos. Luego en una de sus visitas a Montevideo, Paco de Lucía actuaba en el Solís. Carlitos habló con un amigo que era portero para poder llegar hasta el camerino de Paco. El Paco, que es otro fenómeno y no solo de la guitarra, también como persona, se levantó para saludarlo. Fui testigo de esto... Carlos sacó de su bolsillo un cassette con una composición que había creado en su homenaje. Paco le agradeció y lo invitó para tomar algo luego del concierto. Se recorrieron todos los boliches de Montevideo hasta que terminaron junto al resto de los músicos en la casa de los padres de Carlos. El viejo, ue estaba durmiendo, al escuchar flamenco, se levantó para putear a Carlos, cuando vio al Paco, no lo podía creer!. Cuando Joaquín Sabina fue por primera vez a Montevideo, le presentaron grabaciones de una serie de músicos uruguayos para actuar como teloneros. Eligió a Carlitos. Durante varios años, cada vez que Joaquín viajaba a Uruguay, hacía poner en el contrato a Carlos como telonero.... Fue por esos tiempos que al fin Carlos fundó su banda, “Carlos Vidal y La Fragua”, hicieron bastante ruido. “A veces” sonaba en todas las radios uruguayas y al fin el gran público conoció a Carlitos... al fin! Editaron su primer grabación y llegaron a ser disco de oro. Uno de los temas incluso fue utilizado por un programa de la tv argentina. No recuerdo el nombre de ese programa pero sí que era conducido por Santos Biasatti, quien ganó un Martín Fierro (premio otorgado por los críticos). Carlos no sabía que su canción era la cortina del programa, pero dio la casualidad que vio en directo la entrega de los premios. Cuando sube Santos Biasatti a recibir su premio, ponen la música de Carlos... se quería morir!!! Nadie lo consultó y por supuesto nadie le pagó un centavo... Luego de un tiempo, se disolvió la banda y Carlos se lanza como solista. Un día armamos un asado en mi casa de Solymar.Mientras se iban haciendo las brasas, Carlos me cuenta que tenía un proyecto y quería saber que me parecía. La cosa venía de juntarse con dos músicos para hacer un concierto en el Teatro Solís y grabar un disco en vivo. Tenía nuevas canciones y quería grabarlas. Le pregunto, “... y quienes son los músicos?”... “ah... el Hugo Fatorusso y Nicolás Reynoso” “Cómooooo??? El Hugo???” Y si... pero el problema es que no consigo ningún sponsor y voy a tener que financiarlo yo mismo...” Bueno, el concierto del Solís fue catalogado como el mejor espectáculo musical del año y el cd alcanzó el disco de platino. Eso si, Carlos tuvo que vender el auto para poder pagar el déficit... cosas que ocurren al Sur del mundo... Hugo Fatorusso se fue para EE.UU. y Reynoso a su bohemia, así que Carlos se quedó sin banda. Empezó de vuelta... Armó otra banda y grabó su tercer disco, “Donde los sueños”. Otra vez sucedió lo inevitable... muy buena crítica pero terminó fundido económicamente. Entonces tomó su guitarra y se fue a recorrer mundo. Pero se perdió en el anonimato. De su apogeo hasta su presente han pasado muchas cosas y muchos años. Nos perdimos el uno al otro hasta que ocurrió el milagro. Como ya conté gracias a Liliana y a Fatorusso logré hablar con Carlitos... y hablamos mucho, sin reproches, recordando y riéndonos como lo hacen dos hermanos que hace tiempo no se ven. Me contó que había muerto su padre y que lo estaba pasando mal. Hoy, Carlos está comenzando nuevamente su carrera musical pero esta vez eligió Argentina. Allá bien al sur, en la provincia de Río Negro, donde Carlos tiene un público que lo adora. Caso raro el de Río Negro, conocen más de la música popular uruguaya que algunos uruguayos... Entre mis proyectos, está planteada la posibilidad de que Carlos venga a tocar a España. Han pasado más de 25 años desde el día que nos conocimos. Cada uno con su historia... Nos hemos casado, nos separamos, nos volvimos a juntar, tuvimos hijos, vamos... que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos. Lo bueno, es que pese al tiempo, el implacable... el que pasó, tanto Carlitos como yo nos dimos cuenta de que aún tenemos ganas de seguir haciendo cosas. Como dice Tabaré, “... aún quedan viejas utopías por realizar”.
Las siguientes canciones pertenecen al disco “Intimo”
El ángel de la ginebra está compuesta por otro buen músico y mejor amigo, Julio García (Dónde andarás Julito!!! Si llegás a leer esto, por favor no dudes en escribirme...)
El ángel de la ginebra