viernes, 3 de agosto de 2007

"Desexilios" de Mario Benedetti y Alfredo Zitarrosa

A comienzos de 1985, mientras empujábamos a la dictadura, los uruguayos nos convertimos en peregrinos permanentes entre el centro de Montevideo, el Aeropuerto de Carrasco y los penales de Punta Rieles y Libertad. La liberación de cada compañero preso era motivo de fiesta. Verlos salir con sus pocas pertenencias a cuestas, caminando primero… corriendo desesperadamente después hasta la ruta, desde donde los saludábamos agitando las banderas…

Mientras tanto, los exiliados volvían en bandadas. Tamboriles, banderas, bombo, platillo y redoblante para recibirlos en el aeropuerto.
Formábamos largas caravanas en busca del abrazo mientras nos lamíamos las heridas aún frescas.

Recuerdo el recibimiento a Zitarrosa y aún hoy me emociono... Alfredo fue uno de los primeros en retornar al país. Fue en marzo de 1984, con la dictadura ya herida de muerte.
Autos, bicicletas, motos, camiones, carros tirados por caballos, gente a pie... el pueblo salía a recibir a su cantor.
Un día recibimos la noticia largamente esperada. Regresaba del exilio el entrañable Mario Benedetti. Si no recuerdo mal, volvía junto al elenco del Teatro El Galpón y a Daniel Viglietti, quien desde el aeropuerto mismo, se fue al Estadio Luis Franzini para realizar un concierto histórico. A los pocos días de su retorno, un grupo de compañeros que habían estado exiliados en Noruega y Suecia me invitaron a su “primer asado de regreso”.
Lo que yo no sabía, era que Don Mario también estaba invitado. Esa noche pude confirmar que se puede ser más que grande... inmenso diría yo... y a la vez ser tan humilde. Nos contó que lo primero que hizo apenas llegado de regreso a Montevideo, fue subirse a un ómnibus y contemplar a través de las ventanillas a la ciudad y su gente. En una de sus primeras actuaciones junto a Daniel Viglietti en la Cinemateca de Fernández Crespo, Benedetti leyó su “Quiero creer que estoy volviendo”.

Ese día, confieso que no entendí la profundidad de lo que estaba escuchando. O mejor dicho, lo que nos estaba diciendo Don Mario.
Pasado el tiempo, lo fui entendiendo... no sin tristeza.
Nosotros, los pendejitos de entonces, la generación del silencio, los que resistimos al fascismo desde adentro mismo de sus entrañas, los que no dejamos un solo día de combatir a la dictadura... todos nosotros lo fuimos entendiendo de a poco.
Cuando muchos dirigentes políticos, sindicales y sociales volvían del exilio a ocupar sus “sillas” nuevamente por el solo hecho de haber estado exiliados... Don Mario nos decía al oído:

“…me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo…

nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses …
todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros… "

Alfredo Zitarrosa, además de ser el más grande de todos los cantores uruguayos, tuvo que ahogar en un vaso permanente sus tristezas de exilio. Decía Alfredo en un fragmento de su inolvidable Guitarra Negra “...Hago falta. Yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco, si no estoy. Siento que hay un sitio para mí en la fila, que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera. Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañero, el amor del que me aguarda lastimado. Falta mi cara en la gráfica del pueblo, mi voz en la consigna, en el canto, en la pasión de andar, mis piernas en la marcha, mis zapatos hollando el polvo. Los ojos míos en la contemplación del mañana. Mis manos en la bandera, en el martillo, en la guitarra, mi lengua en el idioma de todos, el gesto de mi cara en la honda preocupación de mis hermanos.”

Por todo eso, quise juntarlos. Las milongas de Alfredo, “Volver” de Mario Benedetti y una tangués-murguera llamada “Retirada” de Jaime Roos(*), un himno de aquellos años.
Una combinación lacrimógena… si las hay.




Las fotos de Mario Benedetti pertenecen al documental "Palabras verdaderas".
(*) Bo' Jaime... mirá que te pongo junto a don Mario y a Zitarrosa, eh? Aunque hayas votado al Hugo y por extensión a Sanguinetti... igual seguís siendo uno de los más grandes y no me jodas con que el arte no tiene nada que ver con la política... no jodas Jaime con eso... mirá que sigo siendo profundamente brechtiano... y como decía el Flaco, "soy un dinosaurio en el siglo de las máquinas". He dicho.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Líber Falcó me trajo a tu blog :
Yo mismo temo a veces
que nada haya existido
que mi memoria mienta,
que cada vez y siempre
-puesto que yo he cambiado-
cambie lo que me he perdido.

Lo citaban en uno de los libros que leí estas vacaciones...

Y además me encuentro a Mario, mi adorado Mario.

Un placer descubrir tu blog.
Saludos.

XAVIER DUARTE ARTIGAS dijo...

PARA EL GATO UTÓPICO: AUNQUE ME TIENES UN POCO OLVIDADO, VUELVO A TI Y SIEMPRE ME EMOCIONA LO QUE ESCRIBES. ESTA HISTORIA DE LA DIGNIDAD TÚ Y YO LA VIVIMOS, NO NOS LA CONTARON. CUÁNTO RESPETO ANTE MARIO BENEDETTI, ALFREDO ZITARROSA Y DANIEL VIGLIETI; CUÁNTA ADMIRACIÓN POR EL CANARIO LUNA, QUE NO LA HAGO EXTENSIBLE A JAIME ROOS (ES COMO LO SIENTO).
UN ABRAZO DE XAVIER Y QUE TENGAS UN BUEN DÍA

Elena dijo...

Confirmo lo que te decía el otro día...cuánto se parece nuestra grotesca historia, nuestra rebelión, nuestras caídas...leo esto y me da verguenza. No por no haber luchado codo a codo con la juventud de entonces, porque en ese entonces, en el 78, yo nacía, y lo peor ya iba pasando, y la democracia, o lo que entonces pintaron como democracia se empezaba a constituír, aunque todavía queden resabios de ese tiempo atroz, que justamente por atroz merece ser recordado siempre, como símbolo de la memoria aberrante, de lo que podemos llegar a hacernos a nosotros mismos, porque somos espejos unos de los otros, y "en cada muerte cometo un pequeño suicidio"...como decía el Héctor de 'La guerra de Troya no sucederá', de esa cabeza lúcida que fue Giradoux. Siento verguenza, te decía, porque el terror, sino explícito, marcadamente manifiesto en el asesinato de Julio López, porque que no nos vengan otra vez con la cantaleta de Videla a decirnos que 'el desaparecido es un ausente, no un muerto', como si con ese giro discursivo podríamos crear un vacío o ver un vacío o abrazar a un vacío donde antes había un ser humano. El terror sigue estando instalado cuando nuestros políticos siguen creando alianzas que los benefician económicamente mientras en nuestro impenetrable chaqueño mueren a diario personas de hambre y de frío. Siento verguenza de ser tan pasiva, de tener techo y comida, y andar averiguando dónde carajo están las ONG, para ver qué más puedo hacer que salir de casa en casa a pedir donaciones que nunca llegan, o si llegan ya es tarde, o innecesarias, porque el hambre y el frío tienen un tiempo que no es el mismo de las burocracias que corroen hasta el más transparente de los organismos. El terror sigue estando instalado porque en este país de la Tinelandia, y del sálvese quien pueda, te miran feo si de pronto decidís de dar el Cid o el Quijote o Góngora, y los ponés a los pibes a leer, por ejemplo, a un tipo como Daniel Moyano, que te habla de una villa miseria y encima le sale lírico, el librito....¿te imaginás? acá te siguen mirando como si pertenecieras a alguna cosa rara, medio comunista o de soslayo te hacen ver que te sienten zurdita si en vez de tanta pavada y tanto culo, les decís a los chicos que se bajen un rato de la moda, la televisión, la farándula y lean la historia gracias a la cual personas como yo y como ellos tenemos libertad de expresión, restringida, sí, por otro milico más grande, efectivo y silencioso, como es la guita y el rating, pero libertad al fin, lo que nuestros viejos consiguieron... siento verguenza de no hacer más, de sentarme a escribir poesía cuando no suele ser necesario atizar los dolorcitos propios cuando hay más gente que tiene dolores más inmediatos que superar. Hoy siento verguenza, y te agradezco que a través de este post, me la hayas despertado. Porque si esta verguenza es sana, como creo que es, me va a llevar a hacer algo más, a no quedarme en esta indigencia de pensamiento y de obra, me va a llevar a no sentirme derrotada, a no claudicar a los 29 años, a no quejarme de los otros sin antes mirarme en el espejo, y acusarme de mis -quizá- propios crímenes de omisión.
Un abrazo, Gabriel.
Elena.

Anónimo dijo...

OTRA VEZ ME PONGO DE PIE Y APLAUDO HASTA EL CANSANCIO,
GATO (PERDON!!! LA CONFIANZA)SOS UN GROSSO Y REITERO MI FELICITACION
SALUDOS !!! DESDE ARGENITNA SANTIAGO_ANC OYENTE, LECTOR, FANATICO (?) DE ESTE BLOG

P.D: ELENA POR FAVOR SE ME PONE LA PIEL DE GALLINA SI PIENSO QUE LE SUCEDIO UNA TRAGEDIA PEOR DE LA QUE LE ESTA SUCEDIENDO A JJ LOPEZ. SOLO ESPERO QUE APAREZCA POR EL BIEN NUESTRO Y POR EL BIEN DE ESTA DEMOCRACIA QUE SUPIMOS (O INTETAMOS )HEREDAR.

Dosto dijo...

Gato, amigo, que bien que plasmas emociones!!
Y que envidia el poder intercambiar unas palabras con Benedetti!!
Que bueno aquellos que pudieron volver, otros no tuvieron esa suerte, se quedaron añorando su tierra, en un lugar extraño, frío y muy lejano.
Besotes!!

Anónimo dijo...

Hola amigo!
bueno,estava yo buscando uno poema q leer cuando estuve en el uruguay y mira q encuentré tuyo blog.el poema me he llamado atencion y volvi al brazil com él en mi mente,hablava com q una fuerza contagiante,es este " HAGO FALTA,YO SIENTO Q LA VIDA SE AGITA NEIVIOSA SE NO COMPAREZCO...",Bueno,agradezco por dejarme conecer poco mas de Mario Beneditti Y alfredo.
1 beso desde el brazil