viernes, 9 de noviembre de 2007

Aníbal Troilo "Pichuco", el de las manos como patios

Tocaba ligeramente inclinado hacia adelante, los ojos cerrados... la papada colgando.
Era común que mientras acariciaba el bandoneón, a medida que iban saliendo notas y más notas, mientras las estiraba hasta el lamento... el gordo Pichuco lloraba. Cierta vez comentó: “Se dice que yo me emociono demasiado a menudo y que lloro. Sí, es cierto. Pero nunca lo hago por cosas sin importancia”.
Aníbal Troilo... Pichuco. Nació y murió en Buenos Aires y aún hoy sigue siendo uno de sus símbolos más representativos. Lo llamaron “El Bandoneón Mayor de Buenos Aires”.
Jamás pensé... mirá vos lo que es la vida. Recuerdo a mi abuelo emocionarse viendo a la orquesta de Troilo en aquel mítico programa de TV llamado "Grandes valores del tango", conducido en aquellos años por Juan Carlos Thorry.
Hoy, cuarenta años después y en Denia, me descubro escuchando "Sur", "María" o "Garúa"...
Pichuco... el de las manos como patios.



EL GORDO TRISTE (letra: Horacio Ferrer, música: Astor Piazzolla)

boomp3.com

Por su pinta poeta de gorrión con gomina,
por su voz que es un gato sobre ocultos platillos,
los enigmas del vino le acarician los ojos
y un dolor le perfuma la solapa y los astros.

Grita el águila taura que se posa en sus dedos
convocando a los hijos en la cresta del sueño:
¡a llorar como el viento, con las lágrimas altas!,
¡a cantar como el pueblo, por milonga y por llanto!

Del brazo de un arcángel y un malandra
se van con sus anteojos de dos charcos,
a ver por quién se afligen las glicinas,
Pichuco de los puentes en silencio.

Por gracia de morir todas las noches
jamás le viene justa muerte alguna,
jamás le quedan flojas las estrellas,
Pichuco de la misa en los mercados.

¿De qué Shakespeare lunfardo
se ha escapado este hombre
que en un fósforo ha visto la tormenta crecida,
que camina derecho por atriles torcidos,
que organiza glorietas para perros sin luna?

No habrá nunca un porteño
tan baqueano del alba,
con sus árboles tristes que se caen de parado.
¿Quién repite esta raza, esta raza de uno,
pero, quién la repite con trabajos y todo?

Por una aristocracia arrabalera,
tan sólo ha sido flaco con él mismo.
También el tiempo es gordo, y no parece,
Pichuco de las manos como patios.

Y ahora que las aguas van más calmas
y adentro de su fueye cantan pibes,
recuerde y sueñe y viva, gordo lindo,
amado por nosotros. Por nosotros...


“Noches del Regina”Grabación en vivo. Teatro Regina de Buenos Aires, 30/5/1982
Astor Piazzolla y su Quinteto junto al Polaco Goyeneche.
Roberto Goyeneche, voz
Astor Piazzolla, bandoneón.
Fernando Suárez Paz, violín
Pablo Ziegler, piano
Oscar López Ruiz, guitarra
Héctor Console, bajo


"Troilo" - Dibujo coloreado de Hermenegildo Sabat.
Foto: Pichuco y el Polaco.

6 comentarios:

fiorella dijo...

La primera vez que vi a Troilo,tele blanco y negro,yo era muy chica y el tango aùn no me "sonaba".Me llamaba la atenciòn esa especie de "trance",su mirada,sus gestos.Y..el tiempo pasa y a una màs que le suena el tango y Troilo es un maestro y su trance casi es el mìo cuando escucho un bandoneon.UN beso

Maria Ines dijo...

Y la nostalgia pinta
el paisaje de grises,
porque Buenos Aires
no será nunca sepia...
Y entre tanto adoquines,
torcidos de tristeza,
asoma el alma tango junto a los ruiseñores...
Y el bandoneón se eleva,
como el gordo Pichuco...
Y son ángeles blancos,
alados y sensibles...
Desde el cielo llovizna,
silenciosa y tristona,
las lágrimas de Troilo
junto a un trago y un tango...

MARIANA dijo...

como alguien supo decir:
el tango es la alegría
de estar triste.
Y en la manos de Troilo...
el alma se vuelve
un bandoneón sentimental.

el gato utópico dijo...

fiorella:
Tenés razón... tele en blanco y negro, el trance del Gordo, su mirada perdida... Pasan los años y ahora es uno el que entra en trance. Saludos!

María Inés:
Mi querida amiga, tanguera y porteña, que es decir la misma cosa. Caminar por Entre Ríos... antes de que se transforme en Callao, entre Brasil y Garay. Tocar el timbre de Margara y tomarnos un buen tinto en el boliche de enfrente... Y compartir ese poema tan tuyo. Gracias por el ida y vuelta. Se aprecian los gestos y vos lo sabés.
Un beso grande.

casandra:
Que bueno saber de vos, cómplice buscadora de lunas. Hasta pronto...

Anónimo dijo...

CLARO TOMA SOLO ¡¡¡BOTON!!! , MATA LOS COCODRILOS QUE TENES EN EL BOLSILLO Y PAGA LA VUELTA PA TODOS

UN ABRAZO
PITINGO

P.D: PODRIAN AGRGARSE UNA EMPANADITAS DE CARNE ,GRACIAS

el gato utópico dijo...

Cocodrilo yo??? E você??? Por lo menos pagate las empanaditas, no? Parece mentira... con lo bien que viven ahí en Lanzarote y mangando comida... habrase visto...