viernes, 16 de noviembre de 2007

Daniel está volando...



Anoche, mientras leía el mail que Freddy me enviaba desde Montevideo... a medida que iba leyendo lentamente cada palabra, deseando no encontrar la triste noticia. Pero no... no pudo ser. En la madrugada del jueves 15 de noviembre se nos moría Daniel Capobianco. Se me moría el Dani...
Luego, Paula me cuenta que moriste durmiendo, sedado por la morfina, pero llenito de amor. Rodeado por Esther, su compañera de toda la vida... Mi querida Esther... por Brunito (que nunca se durmió sin que Papá lo llevara a la cama), Noelia, Paulita y Diego.
Ciertas cosas no logro entenderlas. Para qué mierda se mata uno trabajando 16 horas por día como lo hizo Daniel? Dónde carajo queda todo el sacrificio, el amor que uno puso en cada acto... en cada gesto?
Nos conocimos hace casi 20 años atrás. El día que yo entré a trabajar en la vieja Coca-Cola, fuiste vos el primero en invitarme a almorzar en el comedor y me ametrallaste a preguntas. Siempre fuiste el más chuzma del Centro de Cómputos, la “Maruja”...
Luego... luego compartimos muchas alegrías y también algunos desencuentros. Vimos nacer y crecer a nuestros hijos. Cuántas tardes? Cuántos goles de Peñarol vimos juntos en la Olímpica? Cuántas discusiones de carnaval? Yo, que era hincha del estilo de La Teja... vos que te llegaba más la Falta y posteriormente La Colombina... Cuántos ensayos recorrimos juntos? Cuando apenas comenzaban, a fines de octubre o principios de noviembre, nosotros ya sabíamos quien ganaría el próximo febrero. Cuántos recuerdos Capo... cuánta cosa! Tu época más feliz fue cuando pudiste inaugurar tu famoso parrillero en Solymar... Eso sí, recordarte poniendo las tiras de asado, las tapas de vacío, las cebollas... especialmente envueltas en papel plomo para Adriana, el pollo para los nenes... en eso, eras un maestro. Juro que nunca volveré a comer un asado como los tuyos. Hasta el Jhonny Walker me sabe distinto...
Hace poco, cuando estuvo Araca en Denia, estuvimos hablando de vos con el Memo Cortés y nos reímos recordando anécdotas de Monresa... La última vez que nos vimos fue cuando viniste a visitarme a Denia. Fue el último vino que compartimos... el último abrazo. Esta foto es de aquella vez... cuando todo eran risas. Angélica ya no está, ahora vos... como se ensaña a veces la vida... Un año llenito de ausencias.
Una vez más, cito unas palabras del Macu que hablan acerca de no atar los nombres de los amigos muertos a la tristeza. Pero hoy no puedo evitar hacerlo. Anoche lloré mucho Daniel... pero mucho. A medida que vayan pasando los días, volveré a recordarte con una sonrisa. Es una promesa. Pero hoy, ahora mismo, no puedo evitar esta mezcla de rabia y dolor que me apreta el alma. Como dice Miguel Hernández en unos versos a los que Serrat les puso música “No perdono a la muerte enamorada... no perdono a la vida desatenta."
Ayer... te enterraron en el Cementerio del Norte. Pero ese no sos vos. Vos ahora estarás volando, recorriendo de un lado a otro la ciudad. Desde Durazno y Convención hasta Solymar, pasando por el Teatro de Verano y el Centenario. Y esta noche... esta noche cuando La Colombina comience el ensayo... cuando el Rafa Antognazza de el “Tré”... allí estarás vos. Prometeme que vas a venir por Denia para contármelo... Yo, por las dudas, esta noche llenaré dos vasos de Jhonny... que tenemos que hablar de muchas cosas.
Daniel... Compañero del alma... Compañero.

6 comentarios:

amelie dijo...

Yo entraba para saludarte y para dejarte la dirección de mi nuevo blog (de viajes) y me encuentro con esto. Gracias por compartir y un beso energetico.
PD. Para cuando vuelvas a sonreir y tengas ganas de viajar (aunque sea virtualmente), aquí te dejo mi nuevo rinconcito: www.lacoctelera.com/nuncafuialestadiocentenario

el gato utópico dijo...

amelie:
gracias por tu sonrisa. Ya formás parte de "Otras Lunas". Que así sea.

amelie dijo...

Querido Gato Utópico: qué bueno encontrarte por mi rinconcito viajero. Y mil gracias por incluirme en tus otras lunas. Soy una auténtica lunática jajaja...
Un beso naranja

MARIANA dijo...

Haber compartido parte del camino
de otros, nos asegura que ellos
siempre estarán en nosotros
y nosotros en ellos.
Todos seguimos volando
en lo que quedó de cada
acto de amor, de cada minuto
de sacrificio, y del gesto
que seguimos recordando.

el gato utópico dijo...

casandra:
Tenés razón. Daniel se continúa en Bruno, Noelia y Paula y en cada uno de los que seguimos queriéndolo. Que así sea.

fiorella dijo...

Un beso y un abrazo,Gato.