martes, 6 de enero de 2009

Morir en Gaza...

Siento vergüenza... mucha vergüenza.
Veo detenidamente las imágenes que van llegando desde la franja de Gaza...
Y solo veo muerte y destrucción. Me detengo en una foto de la agencia Reuters publicada en el periódico El Mundo. Un niño palestino está llorando recostado al muro de una escuela que acaba de ser bombardeada por el ejército de Israel. Sus ojos inundados de lágrimas... su carita de terror, sus pies descalzos...
Me pregunto si mañana, cuando ese mismo niño crezca y se haga hombre... cuando ese hombre tal vez decida inmolarse en un mercado israelí... las noticias dirán entonces que un “terrorista palestino blablabla...”.
Mientras tanto la invasión israelí continúa amparada por el último estertor de esa alimaña llamada George W. Bush.
La ONU como siempre... inoperante y llegando tarde a todas partes (siempre y cuando no afecte a los intereses de Wall St., el Pentágono, la CIA y el Mossad).
A todo esto, Obama ya cosecha su primer medalla. Acaso algún estúpido (yo) pensaba que el recién electo presidente de los EE.UU., al igual que hizo cuando interrumpió sus vacaciones para informar sobre el paquete económico que estaba dispuesto a impulsar cuando asumiera el próximo 20 de enero como presidente... pero no... sobre el genocidio palestino, sobre la exterminación por parte de Israel de todo habitante de la franja de Gaza, silencio... solo silencio... La siguiente foto (también de Reuters) fue publicada por el periódico londinense Telegraph (no precisamente de izquierda) junto al artículo firmado por Toby Harnden. En él, el periodista afirma que el silencio de Obama no es otra cosa que la aprobación a las palabras de Bush, quien afirma que “la crisis es únicamente culpa de Hamás y que el ejército israelí tiene como único fin acabar con el lanzamiento de cohetes hacia territorio de Israel.”

No voy a justificar ni una sola muerte... ni una. Sea del lado que sea.
Ni una sola muerte, que conste. Pero en el último año, esos cohetes lanzados por grupos de Hamas hacia Israel provocaron cuatro (4) muertes. En solo 10 días de ofensiva israelí, son ya más de 530 los muertos palestinos...
Hmmm... aquello que dijo Obama en su discurso a lo Kennedy frente a la puerta de Brandenburgo acerca de que “se acerca un cambio a nivel mundial...” parece que no va a ser posible, al menos por ahora. Y si para evitar ese cambio, es necesario llevar a cabo la masacre de todo un pueblo... silencio. Solo silencio...

Otra foto que sobrecoge el alma... bombas de racimo lanzadas por la aviación israelí cayendo sobre Gaza. El colmo del cinismo. El gobierno de Israel pregona a los cuatro vientos que su invasión no es contra el pueblo palestino y que su única meta es terminar con los terroristas de Hamás. El asunto es que las fotos de la agencia Reuters muestran como el cielo es iluminado por bombas racimo. La peor de todas. Junto a las bombas de fósforo (utilizadas por EE.UU. en la guerra de Vietnam y ahora por Israel en Gaza), las bombas de racimo lanzadas por la aviación israelí son la prueba evidente de que se está llevando a cabo el exterminio del pueblo palestino que habita en la franja de Gaza.
Miro una vez más las fotos. Se ve a un padre llorando junto a tres niños palestinos asesinados... Me quedo inmóvil, miro fijamente sus cuerpecitos y no noto nada que me haga pensar que eran terroristas de Hamás... Eran niños. Solo niños.

Mientras tanto, veo al títere de Abbas sonriendo junto a Sarkozy en Ramalah (Cisjordania) en la televisión... de qué se ríe? Acaso no sabe que están exterminando a su pueblo? Atrás quedaron los días en que Yasser Arafat se encerraba en la Mukata para resistir la ofensiva israelí, dispuesto a morir como lo hizo Salvador Allende... Qué lejos está Mahmou Abbas del pueblo palestino y qué cerca de la traición...
Lo dicho al comienzo... vergüenza, dolor e impotencia.

*Las fotos pertenecen a la agencia Reuters. Algunos datos fueron extraídos de los siguientes periódicos: El Mundo y Público (España) y The Telegraph (Reino Unido).

3 comentarios:

amelie dijo...

Mi querido amigo, ayer te pensé porque había encontrado unas fotos montevideanas que sabía te gustaría ver (después te las envío), unas fotos que, como tu artículo de hoy, muestran que había gente que soñaba con el cambio. Tampoco hubo tanto cambio. Como no creo que lo haya en el futuro de este pueblo que hoy agoniza. Lloro junto a ti por esas estremecedoras imágenes. Anoche, en el laburo, cuando vimos la portada de un diario (ahora no recuerdo si era El País o El Mundo) con el padre roto por el dolor y la ira por la muerte de esos tres niños, un compañero hacía esa misma reflexión: ¿alguien se sorprende si mañana este hombre se autoinmola en un mercado israelí?

Como tú, yo tampoco justifico muertes ni violencias gratuitas ni mucho menos la venganza, pero ¿qué ocurre cuando el silencio siempre llega con el mismo viento y nunca en dirección contraria?

En un día como hoy, te mando un abrazo enorme y reitero la suerte de que quedemos un@s cuant@s utópic@s en el mundo. Usté, cómo no, a la cabeza... Beso grande

Luis dijo...

Es una masacre, un exterminio, como decís vos. Es más, pienso a veces que estas masacres son pensadas para crear resentimiento, que sigan existiendo terroristas y que se siga justificando mediante ellos la invasión y la muerte de otros. Porque es muerte, pero para ellos es negocio. Las vidas humanas no interesan. Son asesinos. Crueles, fríos, despiadados.

Hoy leía a uno de estos hipócritas disfrazado de "periodista especializado", inglés, creo, diciendo que Israel va a tener que justificar muy bien el número de muertes y destrucción en Gaza... ¿o sea que cientos de muertes pueden justificarse?

Abrazo grande y ojalá que alguna vez esto sea historia, simplemente, que nunca esto sea realidad en la humanidad

Raúl Avila dijo...

Tan vergonzosa como esta masacre es la cobertura que le dan los medios en nuestro paisito, incluso aquellos que han enviado periodistas a la zona del conflicto.
Y no critico el trabajo de esos periodistas, sino la trascendencia que en el formato general de la información, el cotexto del informativo.
Vemos las espantosas masacres, vemos que el ejército israelí masacra a la población de Gaza, vemos que ese mismo ejército impide el acceso de la prensa a la zona... y luego vemos las burdas imágenes de Punta del Este, o la entrevista al jugador de fútbol cuyo pase está a punto de concretarse, o el accidente en la esquina de Ejido y Uruguay, o la "nota de color" en cualquier playa, o (ayer) los detalles del José Pedro Ramírez.
Yo sé que todo importa y que no podemos quedarnos únicamente con ese costado de la información, pero creo que de este modo se banaliza un acontecimiento absolutamente dramático, que nos debería conmover a todos por igual.
Quizás esté equivocado, no lo sé... sólo sé que siento vergüenza de la sociedad en la que vivo, la cual no tiene idea de la masacre, sencillamente porque no le interesa.
Si lo presentara Tinelli, Rial o alguno de esos o si le afectara el bolsillo seguramente habría mucha más gente interesada, pero hoy los uruguayos, en general, están preocupados en otras cosas.
Y así vamos, intentando conformar un país, cuando apenas podemos llamarnos "sociedad"
Un abrazo grande