sábado, 9 de enero de 2010

Acerca de mi corazón, del tiempo y del olvido...

Ayer era el día… y lo fue. Vaya que lo fue.
Yo no quería irme de Dénia hasta que no tuviera alguna buena señal. Los últimos exámenes no habían salido bien. Y eso no solo me angustiaba sino que me paralizaba. No podía irme para Madrid y comenzar todo de nuevo. Explicarle a un nuevo cardiólogo mi historia una y otra vez… no, no estaba dispuesto.
En la última visita a “mi” cardiólogo el Dr. Fuentes, ordenó que me hicieran urgente una resonancia magnética en el corazón. Si había algún problema, posiblemente habría que realizar otro cateterismo y si no… todo estaría bien.

Hace unos días me hicieron la resonancia… y no la pasé nada bien. Te meten en un tubo durante una hora (a mí me suceden esas cosas… se rompió el ordenador y estuve casi dos horas metido adentro de ese aparato…) y te van inyectando medicamentos que provocan alteraciones en tu ritmo cardíaco.
Joder… Pero todo sea por salir de una puta vez de todo esto.
Una vez finalizada la resonancia, me dijeron en el mostrador que ya me llamarían para que el cardiólogo me diera el resultado.
Insistí en que era urgente.
Ja! Sisisisi… ya lo llamarán. Pasaban los días y no llamaban.
Así que me fui al hospital directamente a cardiología.
Me dieron hora para abril!!! Expliqué que era urgente, que tal vez tendrían que realizarme un cateterismo…
“Que va, hombre! Tranquilícese que ponerse nervioso no lo ayudará”.
Dejé pasar un par de días y fui nuevamente al hospital. La misma señora del mostrador… “cagamos”… pensé. Pero quizás la noche anterior su marido, su novio o su amante la había llenado de mimos, había cenado a la luz de las velas… no se, pero la cuestión fue que la misma señora que días antes me pidió que dejara el mostrador libre, ahora me decía en tono bajito y cómplice que el lunes 8, el Dr. Fuentes comenzaba a atender a las 10 y media y que si yo venía temprano podía tal vez hablar con él.
Con ese dato fue que me instalé ayer viernes esperando a mi cardiólogo. Hable con una de las enfermeras explicándole mi caso. Me dijo que esperara, que ella hablaría con el cardiólogo.

Por eso no quería irme a Madrid… a las 10 y media en punto se abrió la puerta del consultorio y el Dr. Fuentes llamó… “Gabriel Tuya”… Nos saludamos y me dijo que tenía una muy buena noticia para darme. “Nos vemos en 6 meses para un control rutinario”. Mi alegría fue increíble. Sentí que se terminaban por fin los días con olor a hospital, los 9 medicamentos que tomo por día, la culpa por fumarme algún pucho que otro… Me contó que los “stents” que me habían colocado estaban funcionando perfectamente, que no había tejido muerto y que ahora sí… a cuidarse mucho y a seguir para adelante. Estaba contento el tipo… Siempre tuve un buen trato con él pero ésta vez el abrazo que me dio hizo que me alegrara de tenerlo como cardiólogo. Para quien nunca será suficiente mi agradecimiento será para Rossana, mi doctora. Ha hecho de doctora, de sicóloga, de confidente… Y fue también gracias a ella que salí adelante. No fueron pocas las veces que me cambió alguno de los medicamentos, enfrentándose a los cardiólogos. Una fenómena.
Pero los que siempre estuvieron y aunque es obvio decirlo, fueron Adriana y mis hijos. Sin ellos, muchas veces todo me hubiera importado un carajo. Por ellos fue que caminé, por ellos fue que no dejé un solo día sin tomar los medicamentos, por ellos fue que quise de una vez por todas salir de este tiempo de caracol.
Por ellos…
Y también por los amigos. A los que también les estaré eternamente agradecido.

Cuando cerré la puerta del consultorio, me salió ese grito de guerra que andá a saber por qué cada vez que tengo que festejar algo sale solito… “Uruguay nomás!”. Y pegué un salto con los puños cerrados… Salí sonriendo del hospital… estaba feliz!

Tenía que compartirlo con todos aquellos que se bancaron durante todo este tiempo mi mal humor, mi angustia, mis locuras… Abrazarlos y agradecerles todo este tiempo de estar a mi lado, de quererme.
Así que cuando me encontré con la primera persona conocida fue que le conté lo que me había dicho el cardiólogo. Lo hice todo de una.
Vomitando…
Que ahora sí podía irme tranquilo a Madrid, que al fin un problema quedaba resuelto. Que esto de ir tratando de enfrentar de a uno los problemas me estaba dando resultado. Que me había dado cuenta que no podía con todo a la vez.
Todo eso y mucho más…
Su respuesta fue una sonrisa y un “Ah… qué bueno!”.
Conozco a esa persona y mucho.
Yo pensé que nos daríamos un abrazo, que se alegraría y querría festejar… aunque sea una cerveza. Pero solo con el hecho de levantarse de su sofá y de darme un abrazo, yo me daba por satisfecho.
Bueno… finalmente decidí irme. Y si bien seguía alegre, el no-gesto de esa persona me hizo pensar y mucho.
Me fui para casa.
Al poco rato llegó Ana, la dueña del piso que alquilo. Si bien nos hemos visto 4 o 5 veces, no más, Ana sabía de mi problema. Con mi alegría a flor de piel fue que decidí contarle que ya todo estaba bien.
Y Ana se levantó de su silla y me dio un abrazo.
Se notaba su alegría sincera.
Cuando se fue, comencé a cocinar y pensaba en aquella otra persona.

Agradezco tanto este tiempo de reencuentro con los espejos… tanto… hoy puedo decir que soy capaz de entender que lo que me pasa a mí no necesariamente tiene que sucederle a las otras personas.
Cada uno piensa que su problema es el más grave, el más doloroso.
Y no, no lo es.
Traté de entender su actitud y no se si la entiendo totalmente pero sí se que yo mismo, quizás y sin quizás no supe estar a la altura de lo que otros me reclamaron en su momento.
Y me arrepiento tanto de eso…

****************

Hoy sábado, Dénia amaneció nuevamente con un sol enorme. Las montañas que se ven por la cocina están blancas de tanta nieve… Hace un frío que corta, pero me abrigué bien y decidí salir a caminar. Mientras iba por la Loreto me sorprendí a mi mismo silbando “La canción y el poema” de Idea Vilariño y Alfredo Zitarrosa…
La calle principal, Marqués de Campo está llenita de gente.
Los bares están a tope de gente desayunando.
Decidí entrar a tomar un cortado para aliviar el frío.
Me metí en el “11” y apenas abro la puerta me encuentro con aquella misma persona… estaba desayunando con otro amigo. Obviamente no sabía que esa persona estaría allí, pero estas cosas pasan en Dénia... si querés encontrarte con alguien, seguro que te encontrás. Fui hasta su mesa, los saludé y les conté que había salido a caminar y había entrado a tomar un café para luego seguir viaje. Si bien era cierto que pensaba tomarme el café, lo dije con toda la intención del mundo esperando a que me invitaran a unirme a su mesa... mientras, miraba a aquella persona a los ojos tratando de decirle “todo está bien”, pero no recibí invitación alguna hasta que pasados unos cuantos minutos, esa persona me dijo que si quería sentarme con ellos, podía hacerlo. Pero ya había pasado el momento, noté que lo dijo incómodamente y solo como un cumplido. Así que tomé mi cortado en la barra (cambié el café por el cortado) y me fui a caminar bajo el sol.

Está bien, a mí me hace mucho bien, aunque me cueste aceptarlo que no tenemos por qué carajo caer bien a todo el mundo.
Que no podemos agradar a todos. Y no lo digo por esta persona porque la conozco mucho y andá a saber por qué estas reacciones conmigo. Ya lo hablaremos en otro momento o no... como ella misma dice "si tiene que ser, será y si no...".
Después de todo, a mí también hay gente que no me cae bien y no lo disimulo.
Les pongo mi mejor cara de orto. Entonces… por qué me tiene que joder a mí si yo mismo lo hago.
Y ojo… creo que es la primera vez en mi vida en que puedo llegar a entender un poco más este difícil juego de las relaciones humanas.
Ahora que escribo esto desde el ciber, me doy cuenta que aunque duela, no hay mejor forma de llegar arriba que tocar el fondo... pero el fondo-fondo...
Mi alegría por el alta médica no tiene fin... ni lo tendrá.
Que así sea.
Porque así será.


*************

EL TIEMPO ESTÁ DESPUES (o cuando las segundas partes, a veces resultan buenas).

Riiiinnngggg
-Hola- contesté
-Hola buenos días, está la señora de la casa?- me dijo una voz desconocida.
-No, no está pero no me interesa ninguna promoción, gracias- dije tratando de cortar la conversación.
-No, no es una promoción- respondió ofendido... –Está la señora o no está?-
-No, acá no hay ninguna señora de la casa-
-Bueno, usted es el que escribe en el Gato Utópico, no?- preguntó serio.
-Hago que escribo, por?-
-Llamaba por lo de Cabrera.-
-Quién?- pregunté sorprendido
-Cabrera... no me joda, quiere?-
-No lo jodo, pero de qué Cabrera me habla?-
-De Cabreraaaaaa.... Fernando Cabrera-
-Ah... sí claro, de Fernando Cabrera-
-Bueno, escuche y cállese.-
-Escucho- respondí mientras mi curiosidad iba en aumento... –discúlpeme pero usted quién es?-
-Ah... no me presenté. Yo soy López.-
-López?... usted es el tal López? El mundo sueña y un tal lópez saca sueños de un baúl, se pone trajes y sombreros que hacen juego con la luz. y entonces sube a un subterráneo, se sube a un móvil ataúd, y sintoniza el periscopio, ya no era el cielo aquel azul..” No me diga que tengo el inmenso honor de hablar con ese tal López...- le descerrajé de una.
-Sí... soy el tal López pero ahora cállese y escuche.- sentenció López, quien sin duda alguna es un malhumorado.
-Dele López... joder con este López...-
-Bueno, dice Cabrera que últimamente está apareciendo mucho en su blog y que antes que nada se lo agradezca.-
-Dígale a Cabrera que el agradecido soy yo.-
-Bueno, dice Cabrera que no va a poder ser-
-Oiga, primero me agradece y después quiere que lo borre?-
-No, de borrar nada. Dice Cabrera que no puede hacerse cargo de ciertas cosas que usted le atribuye.-
-A ver... siga López... siga.-
-Sigo. Dice Cabrera que sobre el asunto de detener el tiempo, él... ni puta idea.-
-Ah no? y entonces eso de que “clavamos el tiempo en un cartel”?-
-Eso es cierto, ve? Pero no solo lo hizo Cabrera, por lo que tengo entendido usted también lo hizo, no?-
-Sí... y créame que fue una reveranda cagada haberlo hecho.-
-Vio? Nadie tiene la receta... nadie.-
-No, pero yo pensé que como el abuelo de Cabrera era un viejito sabio, creí al menos que él sabía cómo manejar el asunto del tiempo... de detenerlo y esas cosas, ya sabe López.-
-Qué tiene que ver el abuelo de Cabrera con todo esto?-
-Oiga López, no me joda.. en “La casa de al lado” Cabrera dice: “Me dijo mi abuelo la otra vez/me dijo mi abuelo que tal vez/su abuelo le sepa responder/si el tiempo es más largo cada vez.”-
-Pero usted se escuchó? No ve que el abuelo de Cabrera aún sigue esperando que su propio abuelo le pudiera responder... o sea, el abuelo del abuelo de Cabrera aún no sabe “si el tiempo es más largo cada vez”... Además dígame una cosa, su abuelo no le decía cosas a usted? Cada vez que su abuelo lo hacía, usted pensaba “pah... que genio es mi abuelo” o tal vez vez... “qué mierda me está queriendo decir este viejo pelotudo?”-
-Ta claro López, dígale a Cabrera que tiene razón.-
-Bueno, me alegra ver que se da cuenta... me alegro. Dejé a propósito algo para el final.-
-Dígame López-
-Dice Cabrera que le haga algunas preguntas-
-Pregunte-
-En Dénia, hay tren?-
-Sí, existe un tren que une Dénia con Alicante.-
-Así que hay vías-
-Sí-
-Pere que tomo nota... bien, la segunda... de sacón como andamos?-
-No tengo.-
-Prócurese uno, hágame caso. Y la última... conoce algún atracadero?-
-Sí, aquí está lleno de barcos y veleros.-
-No, puerto no.... tiene que ser atracadero.-
-Sí, también hay atracadero.-
-Bien... y la otra persona sabe dónde está el atracadero?-
-Y... creo que sí-
-Bien... entonces ya está todo.-
-Todo lo qué? López... no entiendo nada...-
-Ah... me olvidaba... reloj roto o sea con el tiempo detenido... tiene?
-Sí... aún conservo uno que compré en Atlanta?-
-Bueno... póngalo dentro del bolsillo del sacón-
-Para qué?-
-No se m’hijo- dijo López suspirando... –Son cosas de Cabrera, yo solo se las digo.-
-Está bien López... está bien.- le dije entendiendo su situación.
-Bueno, espere que busco en los papeles que me dio Cabrera. Acá está. Dice que si todas las preguntas tuvieran respuesta afirmativa y si usted no olvida poner el reloj del tiempo detenido en el bolsillo del sacón, que ya está... que él ya hizo todo cuanto podía y ya deja de sentirse responsable. Ahora ya solo es cuestión de ustedes dos. Me entiende?-
-Sí, pero dígale a Cabrera que eso ya lo sabía, dígaselo López. Ah... ahora puedo yo pedirle un favor?-
-Lo escucho.-
-Dígale a Cabrera que “El tiempo está después” me ha ayudado mucho en todo este tiempo, pero el otro día sucedió algo que me hizo pensar que eso ya no es tan importante, López-
-Y qué fue lo que sucedió el otro día?-
-Me puse a leer un libro de Luis Cernuda que había sacado de la bliblioteca y al llegar al final de una de sus poesías, no pude seguir adelante. Cerré el libro y me invadió una profunda tristeza.-
-Oiga, usted también... Cernuda... no le aconsejo en estos tiempo leer ese tipo de autores, porque no prueba con algo más livianito... que se yo, alguna novela policial, un libro de Paulo Cohelo... no se, le repito, algo livianito.-
-López, uno lee lo que sabe que le puede llegar al alma, no?-
-Sí, está bien... pero lo interrumpí, me decía que leyó algo que le hizo sentir una profunda tristeza, qué fue lo que leyó?-
-Le decía López, que tratando de encontrar respuestas me encontré con esa poesía que terminaba así:
“El viento del olvido,
que cuando sopla...
mata.”
Y pensé entonces que era cierto, que tal vez había que pensar menos en que el tiempo está después y dejar que ese viento, el viento del olvido comience a soplar. Ese viento que cuando sopla, es capaz de matar hasta al mismísimo tiempo. Dígaselo a Cabrera, sí?-
-Se lo digo.-
-Cuídese López y salúdeme a Cabrera.-
-Lo mismo digo-
Click
tutututututututu


link: el tiempo está después...

8 comentarios:

..·: Anita :·.. dijo...

Me alegra mucho saber que todo ha salido bien. ¡¡A vivir la vida con más fuerzas que nunca!! Un gran abrazo desde mi luna de acuarela :ó)

Brujita dijo...

Hermanito, esta es la mejor noticia que me podías dar. Como dicen los suecos, GRATTIS (felicitaciones) y gracias por compartir la buena nueva.
Aquí por el norte (o el sur, según se mire el mapa), estamos a punto de recibirnos de pingüinos, así que te dejo un abrazote polar.
Silvia

Luciano dijo...

Yo no soy de dar abrazos, estoy fallado en ese aspecto, pero te darías cuenta de la sonriza y el suspiro de alivio.
Un abrazo muchacho, cuídese por favor.

Ceci dijo...

Imagino tu alegria,tu cara de felicidad. Y no es para menos con ese peso que te sacaste te encima. Y no sabes como me alegraste el domingo. Justo hoy se me cruzo la paloma blanca y pense: que me querra decir hoy? Y la respuesta es obvia! Que lo de la mosca era cierto!!!!! Te quiero mucho, y te mando un abrazo bien apretado.

enrique dijo...

Hola Gato:
Una alegría enorme y aunque estoy saliendo de casa, no pude irme sin dejar de escribir unas líneas para hacerte saber que eres grande hombre, tu corazón está como para andar nuevos caminos junto a tu familia y a tus amigos, los de siempre y los nuevos que vendrán. Cuídate y recibe un abrazo virtual.

Anónimo dijo...

Qué alegría Gato! Me levanto del sillón y te doy el abrazo a la distancia... Ese corazón no puede fallar, imposible...
Qué lindo, pero que lindo es todo esto que escribiste hoy...
Otro abrazo fuerte además del anterior!!

watto dijo...

Que alegria hermano que nos has dado a todos los que te queremos bien. Que suerte que estes bien, empezamos otro año con esperanzas nuevas y ver que vos estas bien es una gran noticia y tambien alivia nuestros corazones. Un gran abrazo y dale siempre para adelante que como te dije siempre hay cosas lindas y buenas por conocer. Aca desde este bendito paisito nuestro te mandamos un beso grande Edu y Vir chau hasta pronto hermano.

Luis dijo...

Qué alegría enorme el saber que estás bien, que al fin saliste de tanto lío. Qué bien que todo haya sido antes de tu mudanza.

Espero ahora, señor, que se cuide usted, que queremos seguirle viendo, o al menos, que su cuerpo le responda como usted se merece.

Abrazo grande y que todo lo que venga siga siendo así de bueno