Calle de Barbieri. Faltan 15 minutos para las 4 de la madrugada de este sábado, ya domingo.
La plaza de Chueca comienza a quitarse el maquillaje.
Le compro una cerveza al chino de la esquina y la pregunta de siempre, cómo carajo hacen para tener la cerveza siempre fría?
Pasa un patrullero, se detiene frente a nosotros.
Lo ayudo a esconder las bolsas.
Saco mi libreta roja, le doy un boli y le pido que me escriba algo en su idioma.
Gran actor el chino.
La policía se va, lentamente pero se va.
Me acaba de salir gratis la cerveza.
Sentado ahora en el portal de un edificio, frente a mí, dos hombres se abrazan, se acarician, se besan. Parecen bailar.
Trato de no mirarlos demasiado, pero no es fácil. Después de todo, pensé en lo hermoso que es ver cuando dos intentan el amor.
Me acordé entonces de una vieja canción de Charly... "no hay que pescar dos veces con la misma red".
El camión de la basura, la música ciudadana.
Un pibe me observa, me ve escribir y en este mismo instante se sienta a mi lado.
Me pregunta si escribo acerca de la vida.
-Ahá- respondí.
Le alcanzo el paquete de tabaco y comienza a hablarme de sus demonios.
Le pregunto el nombre.
-Gabriel y el tuyo?-
-Gabriel-
-Joder "tío"...- Y con ojos de asombro agrega: -Dos Gabriel es mucha cosa- y cambia el tono de su charla.
Deja de lado sus demonios para hablarme ahora de sus fantasmas.
-Lindo pibe- pensé
Gabriel se levantó, va hacia mi amigo el chino (quien ya había montado nuevamente su particular kiosco) compra dos cervezas y deja una a mi lado, en silencio.
Y en silencio se va calle abajo, pateando los restos de las botellas vacías.
De pronto, das vuelta la esquina.
Te veo venir desde lejos, dejando atrás tus ocho horas de trabajo.
Se iluminó la calle.
Nos abrazamos.
Nos besamos.
Nos fuimos.
Para el fin del mundo o el Año Nuevo - Lhasa de Sela
Lhasa de Sela... enorme descubrimiento.
Conocía una de sus canciones debido a que mi buena amiga Flor Guerrero la había incluído dentro del espectáculo "Las Casas" del Grupo de Danza Punto Cachi.
Pero no sabía nada acerca de la autora o de quien la cantaba.
Hace unos días atrás me llegó un correo de Laura con la recomendación de que escuchara a Lhasa de Sela.
Con Laura mantenemos desde hace ya un buen tiempo, un ida y vuelta permanente.
-Escuchá esto... a ver que te parece esto otro...-
Y si Laura, colombianísima ella... te recomienda algo, no lo dudes.
Así fue que a través de ella descubrí por ejemplo a Marta Gómez.
Y fue escuchar a Lhasa y se me partió la cabeza...
Habitualmente me sucede (cosa que está muy mal...) que tengo que creerle al artista.
No sé que cosa... pero algo tengo que creerle.
Acaso alguien puede discutir a Sinatra? Yo no pienso hacerlo. Un fenómeno... pero pobre Francki... no le creo nadita.
Por supuesto que también tengo mis honrosas excepciones... sino no podría volver a escuchar a Ana Belén o a Víctor Manuel, a quien por cierto... acaban de entregarle las llaves de la ciudad de Montevideo... mucho me temo que le estamos dando las llaves de la ciudad a cualquiera. Claro, después los montevideanos se quejan de que la ciudad es cada vez más insegura...
También!!! Con personajes como Vïctor Manuel... y si no que le pregunten a los socios de la SGAE (Sociedad General de Autores de España).
Pero volviendo a lo que importa... a medida que escuchaba a Lhasa quería más y más... esta mujer resultó ser una mezcla de Chavela con Lila Downs, de Martirio con Rossana Taddei (hola Rossana!!!), de Violeta Parra a Amalia Rodríguez y no exagero nada.
Me puse a buscar datos sobre la obra de Lhasa y me llevé una triste sorpresa.
Lhasa se fue el 1º de enero del 2010.
Murió víctima de cáncer de mama.
Tenía solamente 37 años.
Apenas llegó a grabar tres cd's.
Lhasa nació en EE.UU., en el estado de Nueva York y ya a los 13 años cantaba en cafés y pubs.
Hija de un escritor mejicano y de madre estadounidense y fotógrafa de profesión.
Toda su niñez transcurrió en una furgoneta junto a sus padres y tres hermanas, recorriendo todo el territorio de los EE.UU.
A los 19 años grabó su primer disco, "La Llorona", una joya... una verdadera obra de arte de comienzo a fin. De esa grabación fue que elegí "Para el fin del mundo del Año Nuevo", una canción que al escucharla te moviliza, te perturba... de las que duelen.
Pero bien podría haber elegido cualquiera de las otras que integran "La Llorona".
Lhasa va de las rancheras al folk, del blues a la "chanson" francesa con una naturalidad que te desarma...
Cuando murió, estaba a punto de comenzar a grabar su nuevo disco, con canciones de Víctor Jara y Violeta Parra.
El Témpano - Música y letra: Adrián Abonizio
Voces: Juan Carlos Baglietto y Silvina Garré
El témpano - Adrián Abonizio
A veces cuando pienso que todo está perdido voy hacia alguna de las formas de la muerte. Me pego un tiro con una palabra que alguna vez me fue tan transparente.
En la ternura del agua que corre, me refugio en la llegada de unos trenes. Sales de los mares, curvas de los puertos con mujeres descalzas en el verde.
Voy hacia el fuego como la mariposa, y no hay rima que rime con vivir. No te pares, no te mates, sólo es una forma más de demorarse.
En las tardes tranquilas cuando extraño todo siento que todo no es lo que perdí. Una rosa de fe y aún a costa de perder se pierde pero se gana.
La lucha es de igual a igual contra uno mismo, y eso es ganar. No te pares, no te mates, sólo es una forma más de demorarse.
Recuerdo la quietud de la tierra, la quietud estaba adentro. Se cree más en los milagros a la hora del entierro.
Este hombre trabajó, ¿quién escribirá su historia? La cal reseca, la viuda que sueña, los amigos que siguen igual...
La gloria en zapatillas, el florero vacío. ¿Quién sabe si se puso a pensar para qué vivo?... Vivo para no perder!!!
Espero que aquellos que me reclaman y con razón seguir actualizando el blog, lo entiendan.
Este audio lo extraje del último programa de "Las Crónicas del Gato" y son varias las razones que me llevan a compartirlo aquí.
Porque fue un momento mágico del programa.
Porque cuando suceden estas cosas, me reconcilio con el mundo.
Porque siguen siendo más las cosas que nos unen que aquellas que nos separan.
Palestina - Mahmud Darwish Música: Anachid Voces: el Gato y un amigo marroquí.
Sobre esta tierra
hay algo que merece vivir:
sobre esta tierra está la
señora de la tierra,
la madre de los comienzos,
la madre de los finales.
Se llamaba Palestina.
Se sigue llamando Palestina.
Señora: yo merezco,
porque tú eres mi dama,
yo merezco vivir.’
Mahmud Darwish
Hoy a la tarde copié el
fragmento de un poema de Mahmud Darwish, poeta palestino y salí a buscar a
alguno de mis vecinos marroquíes, para que lo grabara en su propia lengua, con
toda la dulzura y la cadencia que tiene el idioma árabe...
على هذه الأرض
هناك شيء يستحق أن يعيش :
على هذه الأرض سيدة الأرض ،
أم البدايات ،
والدة المرحوم.
كانت تسمى فلسطين.
لا يزال يسمى فلسطين.
سيدة : أستحق،
لأنك سيدتي
أنا يستحق ان يعيش ".
محمود درويش
Palestina existe y por lo
tanto debe ser reconocida como tal.
Y ese muro de la verguenza,
levantado por el sionismo... caerá tarde o temprano y espero que sean manos
judías y palestinas, quienes retiren cada piedra, de esa infamia hecha pared.
Se puede leer, también escuchar...
La vida - Rolling's, el viejo Dylan y cierto gato
La vida
del lugar de donde venimos
de los ríos que nos llevarán
de playas con chozas de coral
y aquella flor en medio de las dunas
de cuando teníamos todo por delante
de nuestros sueños y desvelos
de eso que llamaban futuro
y nuestro presente ahora pasado
de nuestra ropa desgarrada
de la sangre vertida en mil copas
de los vasos hondos y fríos
y tu ropa tendida al sol
una canción de los rolling’s o el viejo Dylan
un colibrí bebiéndote el sexo
un paraguas seco una guitarra sin cuerdas
la vieja Ford avanzando/
por una carretera interminable y polvorienta
es la vida, mi pequeña sombra
la vida
tan solo eso
like a rolling stone.
g.t.
(de cuando el sol se ocultaba detrás de un escándalo de nubes, y yo observaba como la carretera que pasa por la puerta de mi casa... se iba quien sabe adonde)
Sugerencia:
Plato del día: Léase escuchando "Rayuela" de Gotán Project. Dele al play...
"Rayuela" - Gotán Project
Cuando se cerró la puerta del bar, por una vez dejé la intuición de lado y me dejé llevar.
Vos... tan peligrosa, tan flamenca... y más hermosa que una luna de Cúneo.
Y hablo de lunas y escucho a Cortazar decir... yo te sentí temblar junto a mí, como una luna en el agua.
Aquellos gestos entre sueños, a la hora en que no nos es posible mentir y salí entonces a caminar por el filo de tus labios como un equilibrista sin red.
El canto de los pájaros hicieron de la corrala nuestra banda sonora, las campanadas de la vieja catedral anunciaban que el fin del hechizo estaba próximo.
Después el sol madrileño, tu dolor de cabeza y mi resaca.
Lavapiés, Latina, Puente de Baylén y Las Vistillas...
todo Madrid regalándonos sus mejores dorados.
DOS
"luna" José Cuneo
Me quedaré para siempre con esta pena enorme
que nos produce el habernos salteado la trama...
vos y yo lo sabemos.
Juntos, de la mano...
nos fuimos directamente al desenlace.
Juntos, como si fuera una rayuela,
nos fuimos directamente al cielo.
O lo que es peor...
nos ahogamos
en torno a un mundo de juego
a esa grave ocupación que es jugar
cuando se buscan otras puertas.
Cuando llegué a la soledad de mi cuarto, la tarde ya era parte de nuestro pasado.
Tal vez por eso es que demoré la noche cuanto pude. Utilicé todos los métodos posibles.
Cambié el autobús por el tren y una copa de vino en el bar de Jesús.
Para completar el cuadro, desde la sierra comenzó a bajar un viento frío, llevándose toda la tibieza de la que es capaz una tarde de sol a tu lado.
Luego el silencio inundando la habitación.
El último incienso de romero, un lucky quemándose en el cenicero y esa sensación de impotencia y de desgano.
De saber que no depende de vos, pero retumba adentro tuyo... cada vez con más fuerza la duda que se transforma en certeza y el llanto por saber cada una de las respuestas.
Y la noche se hizo madrugada y este viento que no cesa... que se mete por todos mis rincones y no deja de preguntar y preguntar...
La ternura y la infelicidad de tu abuelo y vos, de rodillas sobre el escenario, mirando hacia la última butaca, desde donde te miro y ya no sos vos...
es Bernarda quien exclama:
"Es así como se tiene que hablar en este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos, donde siempre se bebe el agua con el miedo de que esté envenenada." (*)
UNO
Me quedaré para siempre con esta pena enorme
que nos produce el habernos salteado la trama...
vos y yo lo sabemos.
Juntos, de la mano... nos fuimos directamente al desenlace.
Juntos,
como si fuera una rayuela,
nos fuimos directamente al desenlace.
O lo que es peor...
nos ahogamos
en torno a un mundo de juego
a esa grave ocupación que es jugar
cuando se buscan otras puertas.
(*)Citas de "La casa de Bernarda Alba" de Federico García Lorca
"Nada me detuvo.
Me liberé y me fui.
Hacia placeres que estaban como
en mi ser,
a través de la noche iluminada.
Y bebí un vino fuerte,
como solo los audaces
beben el placer."
Konstantino Kavafis
(extraído de la contratapa del menú del Libertad 8,
mientras esperaba turno para entrar al baño...)
No... tal vez no es éste el lugar.
Y por qué no?
Acaso compartir la alegría no es buena cosa?
Podcast del programa emitido el miércoles 14 de septiembre.
Angel González, Salvador Allende, Dylan, Las Pastillas del Abuelo, el "Polaco" Goyeneche y la Canoura.
La primera de ellas es mi agradecimiento para todos aquellos que nos acompañaron anoche mientras hacíamos el programa en directo.
Según datos de raddios.com, a las 23hs, había más de 230 compañer@s conectados.
Por radiointernet.es lo hacían 83.
Si le sumamos las 16 que estaban haciéndolo directamente a través de esta página, más los que escucharon el programa por Radio Utopía al Sur y los que lo hicieron a través de Itunes y del sitio de Radionomy... anoche éramos además de buenos... muchos!
Para una radio como la nuestra, que no tiene mayor difusión que el "boca a boca" no son cifras menores.
Y ese es nuestro mayor tesoro. Nuestra audiencia.
El agradecimiento también para todos aquellos que a lo largo de la semana lo escuchan a través del podcast de Ivoox o lo bajan a través de Megaupload.
La segunda buena noticia es que en un par de semanas "Las Crónicas del Gato" comienzan a salir por una radio de FM de Tenerife, Islas Canarias.
Nos podrán escuchar por Radio Pimienta, la 100.3 del dial.
El alcance de la radio abarca la isla de Tenerife y la zona este de la isla de Palma.
Por lo que sumamos entonces a Radio Pimienta a las otras dos radios hermanas que retransmiten el programa: Radio Utopía al Sur de Montevideo, Uruguay y Club de Radio del porteñísimo barrio de Almagro, Buenos Aires, Argentina.
Enhorabuena!
Fue hace diez años atrás.
Exactamente transcurrieron diez años desde aquel 4 de agosto del 2001, cuando a esta misma hora estaba desembarcando en el aeropuerto de Miami.
Aún recuerdo la despedida en Solymar...
No quería despedidas en el aeropuerto. Sencillamente no lo hubiera soportado.
Cuando llegó Gonzalo, quien me llevaría en su auto hasta el aeropuerto, todo se volvió nerviosismo...
“Llevás el pasaporte?”
“No te olvides de llamarme cuando llegues a casa de Ana.”
“Poné el pasaje en el bolso de mano...”
Adriana buscaba cualquier excusa para demorar el abrazo final.
Camilo y Tamara me miraban con sus ojitos llenitos de despedida.
Revisar una vez más que habías metido parte de tu vida en una maleta, el último vistazo a tu casa... el adiós a tus discos, tus libros y tus cuadros.
-Dale primo que se nos hace tarde- murmuró Gonzalo...
Y allí comenzó el desgarro.
El abrazo y los besos con mi compañera de vida y mis hijos agarrados a mis piernas.
Yo no quería... no podía llorar y no lo hice.
En seis meses nos reencontraríamos los cuatro ya en Atlanta, y volvería entonces a armar el puzzle en que se había convertido mi cuerpo en aquella despedida.
Cuando subí al auto ya no pude volver a mirar...
La despedida con Gonzalo en la puerta de la sala de embarque... el abrazo de dos hermanos más que primos.
Al comenzar a carretear el avión por la pista, la gente comenzó a cantar el himno.
La sensación del despegue aún me sigue dando nervios en el estómago al recordarla.
Fue diferente a otros despegues... muy diferente.
Sentía que me iba de mi país, de mi Montevideo, de mi Malvín, de mi familia y de mi gente.
El piloto no tuvo mejor idea que apenas despegar, comenzar la maniobra de viraje y poner rumbo norte sobre mi casa... allá abajo estarían Adriana, Tamara y Camilo viendo el avión donde se iba papá... y no pude más... exploté en llanto.
En la madrugada del 4 de agosto desembarcaba en Miami.
Me habían pasado el dato de que allí pasar la “migra” era un simple trámite y así lo fue.
No así para muchos otros que venían en el mismo vuelo... pero en ese momento no podés mirar para los costados. Es esa, la primer lección que todo inmigrante aprende.
El abrazo con Ana y al llegar a su casa la llamada prometida, confirmando que todo había salido bien.
Al otro día, vuelo para Atlanta y ahí sí comenzaba a ejercer mi nuevo oficio... inmigrante y sin papeles.
Ha pasado mucha cosa en estos diez años... pero mucha cosa.
Fue hace exactamente diez años atrás.
Como dijo Neruda: “Nosotros... los de entonces, ya no somos los mismos.”
Decímelo a mí...
Fue hace unas horas atrás.
Mientras caminaba por Madrid sonó el móvil.
Alguien que no conozco me dio la noticia.
En la madrugada de hoy, mi querido compañero y amigo, el escultor Jorge Castro había decidido dejar de vivir.
Una mezcla de alivio y tristeza fue la primer sensación.
Al fin mi querido “Gallego” había dejado de sufrir.
Tristeza por no habernos podido dar el último abrazo.
Al regresar a casa se lo conté a mis hijos y sus reacciones fueron similares a la mía.
Recién nomás, Tamara me dijo que debería sentir alegría por haber sido compañero del Gallego, por haber sido elegido por ese ser tan querido para compartir los sueños al fin de su vida.
Y tiene razón Tamara... claro que sí.
La historia del Gallego es tan hermosa como increíble y sabiendo que su enfermedad no le daría tregua alguna fue que decidí rescatar esa historia a través de un documental.
Lo soñé... juro que lo soñé. Fueron varias las noches en los que iba imaginando la trama... primero que el Gallego cuente su historia.
Su niñez bajo las bombas franquistas y los días en aquel campo de concentración. El viaje en barco junto al resto de su familia rumbo a Uruguay, su amistad con el Ruso Rosencoff, el descubrimiento de la escultura, su ida a Canadá y finalmente el cierre de ese viaje que fue su vida, nuevamente España.
Así fue que comencé a hablar con amigos y conocidos, tratando de entusiasmarlos con el proyecto.
El primero que se subió fue otro querido amigo, José María Hortelano, fotógrafo y director de cine.
La Universidad de Alicante a través de Carmen Alemany, directora del Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti, me dio el espaldarazo definitivo.
A Daniel Viglietti, amigo personal del Gallego no me costó nada convencerlo de que participara en la banda sonora del documental.
Y allá nos fuimos en febrero del año pasado con José María a Agost, pueblo de la provincia de Alicante donde el Gallego vivió sus últimos años.
Debemos tener unas 30 horas de filmación.
Por cuestiones de la vida ese proyecto quedó un tanto dormido.
No cuento con los medios tecnológicos adecuados para editar correctamente y junto con José María decidimos que el día que decidamos editar el documental será con los mejores recursos técnicos.
Tal vez no tengamos el mejor sonido, en algunas tomas hay errores de iluminación... no importa Gallego... no importa.
Acabo de ver algunas tomas y verte así, tan natural... hablando de la vida, del arte y nuevamente de la vida.
La decisión está tomada.
Ahora sí Gallego, ahora sí.
Porque y sin hablarlo, los dos siempre supimos que esos momentos que filmamos, el ruido del taller, la forja de los nudos, el noble metal... todo eso sería para rescatar al hombre del olvido.
Hace pocas horas que te fuiste...
Aún me parece que en cualquier momento me sonará el móvil y escucharé tu voz...
Yo no sé que hay cuando sucede la muerte.
Yo no lo sé.
Pero sí sé lo que hubo y lo que fuiste mientras ocurrió la vida.
Fuiste un artista comprometido con su tiempo.
Fuiste un amante enamorado.
Fuiste un Compañero entrañable.
Mucho te debo, querido Gallego... mucho.
Y aunque entre Compañeros no existen las deudas, algún día habré de saldar la mía.
Que lo sepan todos, hoy se murió una parte grande de mi alegría.
Se me murió el Gallego Castro.
Se me murió un Compañero.
Cuanto amor y no poder ante la muerte... junto al Sabalero y al Gallego...
me van dejando solo...
(A la tarde y mientras buscaba un lugar para sentarme junto al agua que baja de la montaña...)
Ahora sí... el bosque está verdequetequieroverde.
Las últimas lluvias y el sol hacían su trabajo de clorofila. La sierra se llenó de flores. Todas las flores. Las lavandas y el romero ejerciendo su destino de perfumarlo todo. Las margaritas y sus primas las violetas, parecían orgullosas de su humildad. Los insectos embriagados de tanto néctar y ellas, como toda buena flor, dejándose amar sin vergüenza ni pudor. La geometría perfecta del sol entre robles y encinas.
Difícilmente me guste un video musical complementado con fotos.
Pero éste es diferente. Además de emocionarte con la voz de la Filgueiras y la guitarra de Jorge Alastra (haciendo Soledad de Gardel y Lepera), se puede ver y hasta sentir todo el encanto de Montevideo, de sus fachadas art-decó, de su alma aristocráticamente tanguera y decadente.
La ciudad donde habitan los duendes de Onetti, Falco, Idea Vilariño y L'autremont...
Montevideo, gaviota al sur... puerto de mi alma.
Montevideo, mi ciudad.