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domingo, 29 de julio de 2012

Acerca de los locos y sus creaciones.

Cuando Vivaldi terminó de componer las Cuatro Estaciones,
cuentan que se sirvió un buen vaso de vino y se reía.
Escandalosamente reía.
Claro, el muy cretino sabía que había entrado en la inmortalidad.


Eduardo Mateo no estaba loco, pese a que la mayoría pensara lo contrario.
Lo que pasa es que Mateo era muy sensible y ya se sabe lo que le pasa a la gente sensible.
Un día, allá por 1972, lo encerraron en un estudio de grabación.
Solo él y su alma.
Miró a su alrededor y vio varias guitarras, un piano, dos tambores y un bajo.
A las horas, golpeó la puerta del estudio pidiendo que lo dejaran salir.Salió a la calle y se fue para su casa.
Dentro del estudio, el técnico de grabación no podía entender como carajo había sucedido, pero en sus manos tenía el mejor disco grabado por un músico uruguayo.
Por supuesto que se llamó "Mateo solo, bien se lame".

Cuando Piazzolla guardó su bandoneón después de tocar por primera vez Adiós Nonino, se sentó en un sofá que estaba justo al lado de un gran ventanal.
Y nos veía pasar a nosotros, hombres y mujeres comunes y el pobre Astor no entendía nada.
O nos entendía demasiado.


El viejo Dylan, antes fue joven.
Allá por 1973, Bob se leyó en una noche Pat Garrett & Billy The Kid.
A la mañana siguiente tomó su guitarra y compuso Knockin’on Heaven’s door.
De un tirón la escribió.
A mí, escucharla me lleva la vida entera.


Fernando Cabrera tenía que componer una canción para así terminar de grabar su disco “Fines”.
Algo le decía que debía ser una nueva canción y no elegirla entre las cuatrocientas o quinientas que ya tenía escritas.
Pero de su guitarra no salían notas y la página de su cuaderno, estaba en blanco.
De pronto se le apareció la imagen de su abuelo.
Y así compuso "La casa de al lado", la mejor canción de la música uruguaya.

Yo, quietito. No se preocupen. Aunque lo intenté. No fueron pocas las madrugadas en las que me sentaba en la barra del Libertad 8 allá en Madrid. Justo en el lugar donde se sentaba Angel González.Lo convocaba como si fuera un ritual. El vaso lleno de whisky, el cuaderno y un boli. Pero no hubo caso. Tal vez la culpa no fuera mía. Es que el viejo Ángel nunca vino... y así fue que jamás verá la luz el peor libro de la literatura mundial.


.

martes, 27 de septiembre de 2011

La vida... like a rolling stone.



Se puede leer, también escuchar...
La vida - Rolling's, el viejo Dylan y cierto gato



La vida

del lugar de donde venimos
de los ríos que nos llevarán
de playas con chozas de coral
y aquella flor en medio de las dunas

de cuando teníamos todo por delante
de nuestros sueños y desvelos
de eso que llamaban futuro
y nuestro presente ahora pasado

de nuestra ropa desgarrada
de la sangre vertida en mil copas
de los vasos hondos y fríos
y tu ropa tendida al sol

una canción de los rolling’s o el viejo Dylan
un colibrí bebiéndote el sexo
un paraguas seco una guitarra sin cuerdas
la vieja Ford avanzando/
por una carretera interminable y polvorienta

es la vida, mi pequeña sombra
la vida
tan solo eso
like a rolling stone.

g.t.
(de cuando el sol se ocultaba detrás de un escándalo de nubes, y yo observaba como la carretera que pasa por la puerta de mi casa... se iba quien sabe adonde)

lunes, 14 de marzo de 2011

"Strike another match, go start a new... Baby blue"




"Strike another match, go start a new
and it's all over now, Baby Blue"
Bob Dylan



cuando vos decías "dark" yo dije "baby blue"
cuando el hombro buscaba otro hombro
cuando la espalda necesitaba otra espalda
y el cansancio denso y la ropa por lavar
el sueldo que no alcanza para nada
y aquella foto frente al ropero


fue cuando la noche se quedó sin luna
y las estrellas caían como copos de nieve
no había luz en el túnel y ya ni túnel quedaba
y vos parada frente a la cajera
riendo y apartando paquetes de fideos


no había luz pero hubo hombro
no había luna pero hubo espalda
no había dinero pero hubo silencio
y tu sonrisa y tu música
y tu madrid y mi rosario


volviste a decir "dark" en cincuenta intentos
y la cañada se volvió río, las algas y el vaivén
solo el bosque y aquel escándalo de pájaros
la palabra esperada y el silencio necesario
como la noche en que dormías sonriendo
por mi certeza y mi deseo, cuando callé
solo la voz del viejo Dylan 
"it's all over now, Baby blue"


g.t. - marzo'11
(en una madrugada helada con cielo limpio y lunita de marzo en mi ventana, para quien siempre estuvo y estará. aún en silencio... amiga, cómplice y cazadora de estrellas)


jueves, 18 de febrero de 2010

Desolation Row


Todos los caminos todas las rutas
somos miles y muchos más
caminando por esta carretera
a mi lado va una anciana vestida de fiesta
lleva de la mano a una niña sin pupilas en los ojos
el mendigo de la parada de autobuses
una afgana sin gurka besándose con una rubia que fue del Opus
me subo el cuello de la chaqueta
cae una lluvia que cala los ya congelados huesos

todos los caminos todas las rutas
nadie pregunta el motivo del otro
todos sabemos el nuestro propio mío
una prostituta del brazo de un cura
un murguista sin brillantina y un astronauta sin lunas
un vendedor de la once con prismáticos
un preso y su abogado de oficio
una yonky va desparramando jeringas a nuestro paso
todos caminamos por la misma carretera

todos los caminos todas las rutas
somos miles y muchos más
caminando por esta carretera
encabezo la larga fila llegamos a un cruce
no se por donde tomar dudo y la multitud se detiene
marilyn me toma de la mano solo una mueca entre sus dos lunares
el rubio pelo asoma bajo un sombrero negro
elige el camino de la izquierda y me susurra al oído
no temas conozco de memoria el camino a Desolation Row

G.T.
(divague inspirado al escuchar "Desolation Row"
de Bob Dylan mientras observaba la foto de
Marilyn Monroe sin maquillaje y con tristeza...)


jueves, 23 de abril de 2009

Knockin'on Heaven's door






Knockin'on Heaven's door
(Golpeando a las puertas del cielo)


Mama, put my guns in the ground
I can't shoot them anymore.
That long black cloud is comin' down
I feel like I'm knockin' on heaven's door.

Bob Dylan

El hombre se despertó temprano aquella mañana tibia de primavera.
Por el ventanal, entraban los primeros rayos de un sol que asomaba tímidamente. Aquel hombre, sonrió agradecido. Tomó el desayuno sobre la mesa de la cocina. Miró su reloj y se bebió de un sorbo el café recién hecho.
Bajó a la calle y comenzó a caminar... algo lento al comienzo. De pronto echó a correr. Sintió que estaba llegando tarde a una cita. Se desesperó al darse cuenta que no sabía la dirección ni la hora en que debería producirse, pero estaba seguro que aquella cita finalmente ocurriría. Solo intuía el rostro de la persona que tal vez aún, lo estaría esperando. Al llegar frente a unas enormes puertas, reconoció el lugar y golpeó con todas sus fuerzas hasta conseguir que le abrieran. Era alguien sin rostro, no pudo distinguir su sexo ni su edad. Solo supo que vestía una enorme capa negra. Sin palabra alguna, aquella persona lo invitó a entrar y con un frío ademán le indicó que lo siguiera. El hombre pudo ver que detrás de aquella puerta comenzaba un largo camino. Fue entonces cuando sacó un arma de su chaqueta también negra y vació el cargador sobre aquella sombra.

Comenzó a desandar el camino...
Al llegar a su casa, aún tenía el arma en su mano derecha.
No le creyeron... no le creyeron nada.
Pero yo estaba allí.
Yo lo vi.
Yo le creo.
De aquellas enormes puertas, de sus ojos llenos de lágrimas, de su arma aún humeante...

Foto: Hodari (http://hodarifotoblog.com)