sábado, 24 de febrero de 2007

El "Washi", el pan y las rosas...

El “Washi”... lo voy a llamar Washi. Me escribió ayer... después de muchos años con paradero desconocido, apareció.
Me cuenta cosas, está casado y divorciado, tiene 3 hijos y como 3 millones de hermanos. Se acaba de mudar a Nicaragua. El nuevo gobierno de Daniel Ortega, le ofreció llevar adelante un proyecto de cooperativismo con campesinos, tratando de reflotar la experiencia del anterior gobierno sandinista.
Washi, después de su pasaje por varios países centroamericanos, se afincó en Costa Rica. Me habla de su permanente asombro por la similitud entre uruguayos y ticas.
Inmediatamente me puse a revisar papeles, fotos... fotos che... justamente tengo una en la que estamos junto a Washi y Roque, festejando en tiempos de dictadura la vigencia del Frente Amplio. Aquella enorme patriada del “Voto en Blanco”. Trabajamos duro para eso. Aquella noche, Montevideo se volcó a las calles con el pretexto de las elecciones internas autorizadas por los militares para los partidos políticos autorizados por ellos. Obviamente, nuestro Frente Amplio estaba proscrito. Pero había que marcar presencia, decir que estábamos vivos. Fue entonces, cuando desde la cárcel el querido Gral. Líber Seregni lanzó aquella consigna... “vamos a demostrar la vigencia de nuestro Frente Amplio... a votar en blanco”. Y allá se llenaron las terrazas y ventanas de sábanas blancas, sin leyenda alguna. No podían prohibir el voto en blanco. No podían, pero... allá marcharon presos todos los compañeros que habían conformado la Comisión por el Voto en Blanco. El presidente de aquella comisión era el Compañero Dr. Ottonelli, lo más bueno que conocí en la vida. Pero se lo llevaron igual.
Mientras tanto, los partidos políticos autorizados a participar en la elección, dignos representantes de la burguesía uruguaya, miraban para otro lado. Ahí surgió la figura del Washi. Una capacidad pocas veces vista. Asombraba. Sacábamos un diarito de barricada, clandestino... de esos que uno ama el resto de su vida. Mucho amor puesto en aquellos papelitos. Yo los redactaba, los armaba y Washi se encargaba del resto. Llegamos a estar más de 48 horas imprimiendo, nos dormíamos parados. A veces pienso, que sería de las dictaduras con todas estas nuevas tecnologías. Apretás “print” y ya está...
A los pocos días de aquel festejo, me avisan que desaparezca unos días... andaban atrás nuestro. Teníamos que encontrarnos con Washi en un boliche de Millán y Caiguá. Washi no llegaba, pasaba el rato y nada. Me fui. Contacto con otro compañero... me cuenta que Washi había sido detenido. Se lo habían llevado al trístemente célebre departamento 5 de Inteligencia y Enlace... Aguantaría la tortura? Pobre Washi... aguantá Washi aguantá... éramos muchos los que dependíamos de su silencio. Y el Washi aguantó... aguantó el submarino, el plantón, la picana... el Washi aguantó. Pero lo destrozaron, físicamente lo destrozaron. Le quebraron la mano izquierda en mil pedazos. Le quedó inmóvil para siempre. Pero no habló. Triunfó, sobre el terror. Luego estuvo unos meses en el cuarte de La Paloma, allá en el Cerro. A pesar de los zarpazos de la dictadura, ya estábamos en época de apertura... pero qué zarpazos pegaban! Aún faltaba la caída de gran parte del Comité Central de la UJC, el asesinato de Vladimir Roslik... todavía quedaba margen para el horror.
Pero allá nos fuimos a ver a Washi. Estaba demacrado, flaquísimo pero aquella sonrisa... era la de siempre. Es entonces cuando cambia esta historia...
No voy a entrar en mayores detalles, no voy a dar nombres. Solo contar que recibimos junto a un grupo de compañeros, la invitación de Washi para ir a combatir a El Salvador. Eramos cuatro o cinco, no más. Washi nos da una larga charla acerca de la situación política y social del continente. Nos cuenta sobre el FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional). Ahora, con la revolución sandinista en Nicaragua y la siempre solidaria Cuba, se estaba llevando a cabo una fuerte ofensiva de las guerrillas populares en todo el continente.
Con 20 añitos, llenos de frescura... y toda nuestra admiración por aquella lucha desigual, por aquella lección de amor que estaba dando el pueblo salvadoreño con Shafik Chandal al frente... Tendríamos que llegar a Colombia, quedarnos en un hotel en Bogotá hasta que alguien nos fuera a buscar. Luego, pasar a Nicaragua y finalmente ingresar clandestinamente a El Salvador. Era complicado. Por aquella época llegaban combatientes de todo el mundo y no había que levantar sospechas. Quedamos a la espera de mayores detalles. Nunca llegaron...
A todo esto, Washi desapareció de todos lados. No sabíamos nada. Solo que estaba bien.
Una noche de invierno, aún la recuerdo... me llama Washi. Quedamos en vernos en un boliche de la Ciudad Vieja. Se estaba despidiendo. Al otro día partía para El Salvador. Me regaló un cassette con todas aquellas canciones revolucionarias que escuchábamos mientras hacíamos aquel periódico. Y no nos vimos más. Solo supe que estaba combatiendo en una columna de brigadistas sudamericanos. Después... poco más. Con la muerte de su madre, que era quien me facilitaba alguna noticia de Washi, perdí todo rastro.
La noche del triunfo del Frente Amplio, cuando Tabaré salió al balcón a festejar me acordé de toda aquella gente que había forjado este presente. Los que ya no están, los de siempre... pero también de aquellos como Washi, los anónimos. Me acordé del “Meme Altesor” y del “Gordo” Alpuín, camaradas caídos en combate durante la Revolución Sandinista. Recordé a todos aquellos que son capaces de dar hasta su vida si es preciso por amor a la humanidad. Por amor a la vida. Por la sociedad del pan y las rosas.

“Farabundo Martí vive hoy en la lucha del pueblo salvadoreño. Revolucionario cabal, patriota de la Patria Grande, salvadoreño, centroamericano y latinoamericano caribeño, Farabundo es un ejemplo de constancia, sacrificio y solidaridad. Allí está él, junto a Sandino, Bolívar, San Martín, Morazán, Artigas y tantos otros. Es seguro que, en el próximo triunfo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, se lo verá a él, confundido y alegre con el pueblo salvadoreño, festejando, sonriendo y también dispuesto a comenzar nuevos combates. Porque como bien dijo el poeta cubano: “Y colosal se eleva y borda con mil estrellas Farabundo” . (Extraído del sitio oficial del FMLN)

Que suenen entonces aquellas viejas canciones nuevamente...

3 comentarios:

Simone de Beauvoir dijo...

Qué nostalgia.

Anónimo dijo...

El otro día me dio fiaca leerme todo esto, hoy por la foto de puro chusma me lo leí todito...Qué historias las de esos tiempos.Inolvidables por todo lo que significaron y por los momentos que se vivían.
Abrazo botija

el gato utópico dijo...

simone:
que halago recibir la visita de tan distinguida dama! Como me gustaría tomar un café con usted... prometo no abrir la boca, solo escuchar.

vaya:
y sí... la síntesis es un don del cual carezco en todas sus formas... que le voy a hacer! que razón tenés... fueron tiempos de efervescencia y acción. no teníamos tiempo, no alcanzaba... abrazo grande bo'