"He dicho Escuela del Sur; porque en realidad, nuestro norte es el Sur. No debe haber norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo. La punta de América, desde ahora, prolongándose, señala insistentemente el Sur, nuestro norte.” (Joaquín Torres García)
Marcelo Urtiaga (El Sur - Óleo sobre tela)
Ahí estaré - Hugo Trova
"...La lluvia que se llora, mancha que te mancha techos y miradas, igual que la luna, canta.
Cada gota llorada, cae finalmente dentro de una galera.
Galera de papel y barco.
Galera verde que te quiero verde.
Cuando alguien dirige el parche del bobo directamente al sur.
El sur, que fuma con la vista clavada en un adoquín, de pronto y repente: vibra. Tiembla.
Y pone, inevitablemente, su propio parche como segunda voz.
El sur, se escurre ausente de palabras y gentes, por su propia boca, hasta la brasa, para prenderse fuego y hacerse humo.
Y este nuevo humo, leve, liviano, con actitud casi solemne; pretendiéndose prestidigitador (ignorante por elección de límites o capacidades; sucede que en casos así, no es posible habilitar las reales limitaciones, porque nos quedaríamos quietitos), se quita la galera…
Para hacerla, primero, redecita.
Redecita donde cada pena –nacida en sur o norte, lo mismo es- se filtre.
Redecita capaz, de atrapar cada una de esas gotas, para procurarlas luego, remo.
Remo fuerte. Construido con lo que decanta de la pena –que a veces se viste de lluvias o distancias- y con el polvo que dejan en su sombrita los minutos al morir.
Argamasa que en si misma se resignifica.
Indisoluble.
El sur hecho humo, navegante es de una galera hecha barco, que hizo de la pena un remo.
Y desde ese puerto adoquín, guiado por estrellas que son un grito en el silencio, audible y claro; parte con la sonrisa –que también es silencio- por único timón.
Y la sonrisa, es risa. Y la risa, alegría. Alegría que se acrecienta, también sorda de límite, al ver que cerca de los techos de Carabanchel, enterados de una tristeza que maulla lluvia, otros Parches Corazón, se hacen orquesta. Orquesta que no da espacio a la pena.
Que con buenas palabras bien abrazan. Bien comparten. Y bien se ocupan.
¿Y cómo no hacer de tamaña alegría, festiva vela?
Si no existe viento más limpio que el querer del amigo. Querer que es naranja, o silencio, querer que es golondrina y peces.
Motivo más que suficiente, para atiborrar mostradores de copas y festejos.
Y pasa más aún:
El sur sabe, que el norte en verdad, es Sur también.
Por solo ser Sur, el sur sabe.
Sabe que bien pronto el Sur, podrá hacerse abrazo en el Sol y en la Luna.
Porque ellos le buscan. Porque ellos siempre le esperan.
Y porque ellos bien comprenden.
Y jamás abandonan.
No saben de abandonos.
Solo de presencia.
El Sol y la Luna, llevan en su Sur corazón, todo lo sabio y todo lo fresco del abrazo. Que es eterno.
Pasa, que el Sur les enseñó. Y ellos bien aprendieron.
De sur a sur. Siempre, de ida y vuelta, salvaje y puro.
Tu lucecita, faro.-
F."
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1 comentario:
Sentimos
Un gran orgullo de ser
Rabiosamente uruguayos.
Nos vemos pronto!
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