lunes, 17 de enero de 2011

Alfredo Zitarrosa... acerca de la vida y sus vicisitudes


Un 17 de enero como el de hoy, Alfredo se fue.
Alfredo Zitarrosa agarró y se fue de gira para siempre.
Y con él se fue una parte grande de aquel Uruguay.
La muerte del Flaco me sigue pegando en el alma.
No me acostumbro a su ausencia, a su no poder conversar como a él le gustaba decir... "acerca de la vida y sus vicisitudes" o "de los locos y sus pensamientos".
Como siempre sucede con los cantores que el pueblo elige para que sean su propia voz, Alfredo al igual que Gardel, cada día canta mejor.
Me sigo sorprendiendo y emocionando con la vigencia de sus milongas... las milongas sangrantes.
Flaco, allá donde estés, salud!


"Guitarra negra" (fragmento)

Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra.
Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía.
Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas.
Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan.
Cómo traspasarte mis hombres y mujeres blen queridos, guitarra; mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos.
Cómo entregarte todos esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazón de sombras, de temblores y muerte, de ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de lágrimas idiotas...

Hago falta... Yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco, si no estoy.
Siento que hay un sitio para mi en la fila, que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera.
Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañero, el amor del que me aguarda lastimado. Falta mi cara en la grafíca del pueblo, mi voz en la consigna, en el canto, en la pasión de andar, mis piernas en la marcha, mis zapatos hollando el polvo.
Los siete ojos míos en la contemplación del mañana.
Mis manos en la bandera, en el martillo, en la guitarra, mi lengua en el idioma de todos, el gesto de mi cara en la honda preocupación de mis hermanos.

Y he sabido, guitarra, que este otro perro que criaste, ladrador, campesino, a veces manso o vigilante, que roe su propio hueso en la penumbra y gruñe... cual casi todo perro popular, vagará por tus anchas veredas, tus milongas sangrantes... hasta morir también... Tal vez un día... De soledad y rabia... De ternura... O de algún violento amor: de amor... sin duda. (Alfredo Zitarrosa - Guitarra Negra - 1972)

Zitarrosa en El Gato Utópico:
Alfredo Zitarrosa... la milonga sangrante
La canción y el poema
"Desexilios" de Mario Benedetti y Alfredo Zitarrosa
Alfredo Zitarrosa... que 20 años no es nada

1 comentario:

mef dijo...

Sí, nos seguimos emocionando. Eso pasa con los gigantes de corazón sin medida. Gracias por el recuerdo. No hacía falta, lo teníamos presente, pero vale igual, la vibración sigue en el aire por siempre, cargada de musicalidad y contenido por igual...