Decía en un post anterior que para los que creemos en el ser humano por sobre todas las cosas, son días difíciles. Así nos va... Nos dan cada palo! Las noticias se repiten días tras día sin solución de continuidad. Israel sigue con los bombardeos al Líbano, las víctimas de civiles se multiplican hora tras hora. Por otro lado, siguen llegando pateras y cayucos a las costas de Canarias. Pero solo llegan algunos... Muchos otros mueren en el intento. Claro está, la noticia son los cientos que logran llegar, pero y esos otros que mueren y que son miles? Dice una canción de Ismael Serrano: “...Se rompen las cáscaras de nuez contra tus costas. Y el estrecho es un abismo que salva a la vieja Europa. ¿De qué? ¿Ya no recuerdas? Pueblo emigrante, enfermo de amnesia.” Muros es la solución. Muros en la frontera de EE.UU. con Méjico. Muros de océano para preservar a la Europa muy bien educada de la hambrienta Africa. Muros levantados por Israel para aislar a los palestinos. Recuerdo la noche en que fue derribado el muro de Berlín... la caída del socialismo real, la ola de libertad... al fin los alemanes renegados del este podían vivir libremente en el mundo occidental y cristiano. Pero y estos otros muros? Están tapando el sol con la mano y declaran impúnemente que lisa y llanamente, el sol no existe más. Hace dos noches atrás fue la noche de San Lorenzo. Cada 10 de agosto en el hemisferio norte, se produce un fenómeno increíblemente hermoso en el cielo, la lluvia de estrellas fugaces más espectaculares que se pueda observar a simple vista. Hace unos cuantos años ya, vi en Cinemateca una película de los hermanos Taviani llamada La Noche de San Lorenzo. Los Taviani, trataban de reflejar a través del cine, como vivió un pueblo italiano de la Toscana, la tragedia de la II Guerra Mundial. Una de las escenas que más recuerdo de esa película y que además considero de las mejores imágenes que pude ver en cine hasta el día de hoy, mostraba a dos hermanas que esperaban ver a través de la ventana de su casa a la primera de aquellas estrellas fugaces. Esa noche era mágica, al otro día... otra vez los bombardeos. En medio de la destrucción y la muerte, eran capaces de disfrutar de la noche de San Lorenzo. Creían que si las estrellas venían, que no les fallaban, todo lo malo pasaría. Al igual que la película de los Taviani, cuando vi caer la primer estrella en el cielo de Denia, sentí que al final, y pese a los Bush, Blair y Olmert, vamos a terminar ganando los buenos.
6 comentarios:
¿Vos decís? Ojalá que sea así. Después de todo, creo que nos (me incluyo, ja!) lo merecemos.
Saludos :)!
Gise, estás incluído/a.
Realmente, espero que sí, que por una vez en la historia del mundo ganen los buenos.Muchas veces me cuestiono si vale el seguir enseñándole a mis hijos una escala de valores que parece no estar a tono con estos tiempos.Pero siempre la respuesta es que vale...la igualdad, la justicia , la paz, la libertad de todos los seres de esta tierra se merecen la oportunidad de que sigamos peleando por ellas. Aunque suene "utópico", don Gato.
( No pude ver el post anterior!)
Gaby, a vos también te incluyo en la lista de los buenos! Somos más de los que creemos... el problema es que nos cuesta juntarnos, si lo hicíeramos... otro gallo cantaría.(Cómo que no pudiste ver el post anterior? Será que te falta algún pluggin? Lo he probado desde varios pc's y con diferentes navegadores y no he tenido problemas.)
Me encanto leer lo que sucede cada 10 de agosto, me encanto leerte y creo firmemente en mi corazòn que todo lo que sucede en este maltratado mundo nuestro tiene que terminar, tienen que ganar los que desean vivir en paz, trabajando, viviendo en el amor,teniendo sueños, bien dice la frase: Quien no sucumbe con la muerte, aquèl vive.
Maga, es un verdadero honor que visites el blog. Me alegra tanto saber que: "en la calle codo a codo, somos muchos más que dos" como dice Don Mario. También estás incluída en la lista de los buenos. Esto sigue creciendo!
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